miércoles, 15 de junio de 2022

BICENTENARIO. Generosa y Benemérita Ciudad de Lambayeque.

Estatua de la Libertad de Lambayeque

El pueblo de San Pedro de Lambayeque, antiguo partido de la extensa intendencia de Trujillo, harto de llevar las ignominiosas cadenas que por espacio de casi tres siglos su alma, mente y cuerpo ciñó, se sublevó, primero en el norte del Perú, y consiguió, de modo incruento, la tan ansiada y codiciada libertad del opresor régimen peninsular la memorable noche del 27 de diciembre de 1820.

En esa impresionante e histórica noche se arriaron, para no ser vistas jamás en estas ubérrimas tierras, los símbolos y banderas del invasor y conquistador español.

Momento culminante, impactante, que mi desaparecido y recordado padre, el mayor del ejército Jorge Elías Izquierdo Llanos (un lambayecano de corazón), estampara de su puño y letra en una estrofa, y cito:

    “¡Lambayeque! fuiste tú la primera en el Norte del Perú/ que Libertad en unánime grito dio/ rompiendo yugos y cadenas que por espacio de tres siglos el pendón de Castilla apoyó”.

Lambayeque cumplía así con un deber inapelable y se convertía, de este modo, en el crisol, ejemplo y preludio de los movimientos libertarios de las ciudades de Trujillo, Piura y Lima. Hazaña que se sellara definitivamente con las gloriosas jornadas de Junín, el 6 de agosto de 1824 y Ayacucho, el 9 de diciembre del mismo año.

Desde ese histórico momento, esa significativa fecha, que ha conmemorado y celebrado su primer Bicentenario (27/12/1820 – 27/12/2020), se convirtió en el icono más glorioso de su dilatada y esplendorosa historia.

Apenas consumada la jura de su independencia, el pueblo de Lambayeque envió inmediatamente cuantiosa contribución logística y pecuniaria a la revolucionaria empresa independentista.

Valiosísimo aporte a la campaña lo constituyeron también los jóvenes voluntarios lambayecanos que, desde un primer momento, fueron a engrosar las filas del emergente ejército patriota, acantonado en Huaura.

El general don José de San Martín, al encontrarse frente al disciplinado contingente lambayecano, comandado por el prócer de la independencia de Lambayeque, el entonces capitán don Pascual Saco Oliveros, exclamó lleno de emoción:

    Con estos hombres y estos auxilios se hará la independencia del Perú.

Se dice que muchos de ellos formaron la selecta escolta del ilustre general argentino.

Hijos de Lambayeque unidos a los de Piura y Trujillo, integraron la legión de bravos soldados que contribuyeron en forma decisiva a la victoriosa batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822, que dio libertad e independencia a la hermana república del Ecuador. Poco después, el 25 de agosto de ese mismo año, combatieron en Otuzco cargando exitosamente a caballo contra la sorprendida caballería realista.

Fueron también hijos de esta “santa tierra”, unidos a sus congéneres de Chiclayo Ferreñafe, San Pedro de Lloc, Pacasmayo, los que regaron con su sangre los campos de Junín. Histórica jornada donde quedó demostrado que nada era superior a la entrega y valor de estos “huerequeques” a caballo.

Es por todo ello y más, que de una u otra forma la vieja Yampallec o Ñampagic, de tiempos tan remotos que hasta el momento nadie puede expresar con meridiana claridad; el otrora opulento y señorial pueblo de San Pedro de Lambayeque, de los siglos XVII y XVIII, celebra en esta fecha, con cívica y patriótica emoción, el primer Bicentenario del merecido, inolvidable e  histórico momento en que, por sus denodados esfuerzos en pro de la independencia del Perú, fuera elevado, mediante un Decreto provisional, al rango de “Ciudad” y se le otorgara, además, el honroso galardón de “Generosa y Benemérita”, el 15 de junio de 1822.

Decreto ratificado por el Primer Congreso Constituyente del Perú, el 18 de diciembre de ese mismo año. Reconociendo, este cuerpo legislativo, que “Lambayeque había dado el ejemplo a los demás pueblos del departamento de Trujillo, en la proclamación de la patria independiente”, tal y como literalmente consta en el citado instrumento.

Han pasado dos siglos de la obtención de aquel histórico Decreto, que le valiera a esta ciudad, cuna del huerequeque, caciques, pachacas, mandones y mandoncillos, los honrosos títulos a que hemos hecho mención. Todo esto, repetimos, por su espontaneo, valeroso e innegable. aporte a la campaña final de la independencia nacional.

No cabe duda, que esta histórica fecha constituye también otro de los destacados acontecimientos en la dilatada y por momentos critica historia de esta sugestiva comarca lambayecana de pasado esplendoroso.

Y no nos quepa la menor duda también, que deben haber sido momentos de intensa emoción patriótica los vividos en aquellos inigualables y álgidos días en la urbe de Lambayeque, que fundara el legendario y mítico Naylamp.

Para demostrarlo y teniendo como fuente principal la histórica acta que, para el efecto, el cabildo de Lambayeque suscribió, hagamos juntos una ligera remembranza de los hechos. Veamos.

Corrían los primeros días del mes de julio de 1822, el coronel Nicasio Ramallo ejercía el cargo de gobernador político y militar del pueblo de San Pedro de Lambayeque, en reemplazo del sargento mayor don Juan del Carmen Casós Barrionuevo. Ramallo, de nacionalidad argentina, había arribado al Perú, con el grado de teniente coronel, en la Expedición Libertadora del Sur comandada por el ilustre general argentino don José de San Martín y Matorras.

Precisamente el día 5, del citado mes y año, el aludido gobernador se había enterado, por correo, de la llegada de importantes documentos enviados por el Supremo Gobierno a través del despacho de Gobierno y Relaciones Exteriores. Inmediatamente, Ramallo, envió sendas esquelas de invitación a los miembros de la corporación edilicia lambayecana, con el objeto de que sin pérdida de tiempo se constituyeran, al siguiente día, a la sede del cabildo, y, en sesión extraordinaria, se diera cuenta del contenido de aquella documentación. 

Efectivamente, el acto se verifico en horas de la mañana del 6 de julio de 1822. Por la premura del tiempo hubo ausencia de algunos pocos cabildantes, Así y todo, estuvieron presentes, además del gobernador político y militar, los señores Santiago Leguía, alcalde de primera nominación; don Miguel Callo, regidor vice-regente del de segunda nominación; don Manuel Navarrete, don José María Costa, don José Antonio Burgos, el procurador sindico don Antonio Carrión y el secretario.

Siguiendo el procedimiento de rigor, que para estos casos exigía el reglamento, el procurador síndico hizo la presentación de los pliegos remitidos por el Supremo Gobierno a los miembros de la corporación allí reunidos. Seguidamente el alcalde procedió a abrirlos y enterar a los cabildantes de su contenido.

Nos imaginamos cual sería la sorpresa y la indescriptible emoción que embargó a los presentes al saber, por la lectura de una nota fechada el 16 de junio de 1822, en la que se adjuntaba un ejemplar del decreto inserto en la “Gaceta Ministerial”, del 15 de junio de 1822, por el que al pueblo de Lambayeque se le concedía el título provisional de Ciudad y el honroso blasón de Generosa y Benemérita, por ser una de las primeras […] que proclamaron su adhesión a la causa continental”, y por los caros servicios que ininterrumpidamente venía prestando a la campaña final de la independencia nacional.

El histórico Decreto, del 15 de junio de 1822 (emitido veintiún días después de la victoriosa batalla de Pichincha 24/5/1822), estaba refrendado por el ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores don Bernardo Monteagudo (de nacionalidad argentina), por orden del Supremo Delegado don José Bernardo de Tagle y Portocarrero, natural de Lima y IV Marqués de Torre Tagle.

Fueron tales las muestras de regocijo en el viejo recinto consistorial, que los presentes, al tomar cada uno el uso de la palabra, no dudaron en manifestar, en altas e inteligibles voces, los mayores sentimientos de gratitud al Supremo Gobierno del estado. Con la expedición de este Decreto veían, en gran medida, satisfechos los denodados e ingentes sacrificios que venía realizando el antiguo, ubérrimo e importante, partido de Lambayeque, en aras de la anhelada libertad.

La algarabía llegó a su punto máximo, cuando uno de los cabildantes propuso al pleno, que en eterna gratitud al dignísimo “Protector Excmo. Sr. Don José de San Martín”, el pueblo de Lambayeque debería, en adelante, titularse: generosa y benemérita ciudad de San Martín de Lambayeque. La corporación, por unanimidad, tomo como suyo el pedido, y en uso de sus facultades acordó elevar - a vuelta de correo - al Excmo. Supremo Delegado se sirva aprobar esta manifestación de la recomendable Lambayeque, por su gratitud al Héroe Libertador del Perú, tal y consta en el acta que para el efecto se suscribió. Sin embargo, como es obvio, el pedido no llego a cristalizarse.

Han pasado exactamente 200 años de la promulgación de este histórico Decreto, que, sin duda, constituye una fecha que hoy, los lambayecanos de cuna y adopción, debemos recordar con unción patriótica.

Recordemos también, de paso y de nuevo, que el Decreto provisional, anteriormente citado, fue confirmado el 18 de diciembre del mismo año, por la Suprema Junta Gubernativa del Perú, […] atendiendo a los auxilios que prestó al Ejército Libertador antes y después de su ingreso a esta capital, y al ejemplo que dio a los demás pueblos de aquel Departamento en la proclamación de la independencia.”

La Junta Gubernativa del Perú, fue un cuerpo colegiado que se hizo cargo del poder ejecutivo tras la renuncia del general José de San Martín, hasta entonces Protector del Perú. Fue creada el 21 de septiembre de 1822 por el primer Congreso Constituyente del Perú.

Los miembros de la Junta fueron escogidos de entre los diputados del mismo Congreso y fueron los siguientes: José de La Mar (presidente), Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano, conde de Vista Florida. Estos personajes fueron los que firmaron el Decreto confirmatorio antes mencionado.

Para terminar, debemos acotar: que además de conmemorarse en esta fecha el Bicentenario de la justa elevación del pueblo de Lambayeque al rango de “Ciudad” y otorgársele el honroso título de “Generosa y Benemérita”, se celebra también un aniversario más de la importante feria y evento denominado: “Día de la Gastronomía Lambayecana”. Que el 15 de junio, de cada año, y en recuerdo a esta histórica fecha, se realiza en esta ciudad a propuesta de la “Asociación Lambayecana de Gastronomía”, creada en 2018, en su tenaz lucha porque esta región sea considerada “Capital de la Gastronomía Nacional”. La feria y el evento gastronómico, fue respaldada mediante Resolución emitida en 2019, por el Municipalidad Provincial de Lambayeque, que presidía, en su momento, el burgomaestre lambayecano ingeniero Alexander Rodríguez Alvarado.



APÉNDICE

 

Acta de proclamación de la independencia de Lambayeque

27 de diciembre de 1820

 

    “En el pueblo de Lambayeque, a las diez de la noche del día de hoy, veintisiete de diciembre de mil ochocientos vente, y primero de la independencia de este pueblo, los señores doctor don Pedro Antonio López y Vidaurre, alcalde de primera nominación y abogado de la audiencia nacional del distrito; don Melchor Sevilla, alcalde de segunda nominación y teniente del escuadrón (de milicias) de Pacasmayo; los regidores, Dr. D. José maría Muga, alguacil mayor y subteniente del regimiento de infantería de milicias de este pueblo; don José Manuel Poemape, depositario de la caja de propios; don Eugenio Crisanto Yerren; don Valentín Mondragón, subteniente de milicias de infantería de este partido y alcalde provincial, don Pedro Yuyas; los síndicos procuradores Mariano Quesada y don Hilario Gil – que componen el primer ayuntamiento de esta población – se han reunido los señores susodichos en hora imtempestiva (sic) y en la casa del señor alcalde de segunda nominación don Melchor Sevilla, por graves varias razones, siendo entre ellas, la que más ha obligado a esta Junta, extraordinaria en tiempo y lugar, eludir el continuo espionaje y las trabas que, por ser español europeo el subdelegado presidente (Manuel Jacinto Romero) podría oponer a las miras beneficiosas de esta corporación, si se reuniese en la casa consistorial; resolvieron cautelarlo todo del modo expresado y, en su consecuencia, después de haber hecho presentes las diversas cartas del Excmo. Sr. D. José de San Martín, general del Ejército Libertador del Perú, escritas a varios individuos de este cuerpo, y conferenciado muy detenidamente sobre el espíritu de todos sus capítulos; e igualmente después de haber balanceado la justicia de la causa que defiende, por cortejo de sus papeles públicos, superiores en todo a los buenos conceptos de los papeles de lima; convencidos, en mérito de todo, de la buena causa que defienden las armas patrióticas, de cada uno anticipadamente estaba persuadido; y tratando de dar ejemplo a los demás cabildos de esta provincia, adicto al sano sistema de la libertad e independencia de la América del gobierno español, a que desgraciadamente ha estado sujeta hasta el día, por el duro sistema colonial, deseando romper las cadenas opresoras de tan ignominiosa esclavitud – por un rasgo generosos y unido de la libre y espontánea voluntad de este ilustre cuerpo – ha resuelto jurar, como de facto jura, la independencia absoluta del gobierno español, por sí y a nombre de toda esta población a quien representa, satisfecho, hasta la evidencia, de ser este voto común, subordinándose totalmente al sistema de constitución y leyes que el gobierno supremo de la Patria estableciere para el arreglo, buen orden y felicidad de todos sus hijos nacidos en esta América, protestando ante Dios, y la faz de todo el universo, sostener y defender, con sus vidas y haciendas, la santa religión que profesa, los códigos y las leyes que en lo presente y futuro dictare la Patria para el mejor orden y régimen de sus pueblos, previniendo que, si este juramento no lo hace con todas las demostraciones y solemnidad que desea este cuerpo, y el modo público que correspondería, no es por otra causa que la de evitar el escándalo de las opiniones de los jefes militares de esta población, que juzgan poder contrariar sus votos y juramentos, en mérito del total recato y falta de noticia de este ayuntamiento, conque ha procedido hasta el día el señor comandante militar, acerca de cuanto se le ha comunicado de oficio sobre el estado de los negocios públicos; para cuya constancia así lo dijeron y firmaron, previniendo que, sacándose copia certificada de esta acta, se remita, en tiempo oportuno, al Excmo. Sr. Capitán general y en jefe del Ejército Libertador, para su superior satisfacción, siendo del resorte de esta corporación el manifestar – variadas las circunstancias – de un modo solemne y público, sus sentimientos patrióticos, en celebridad del día feliz en que ha recuperado el Perú la antigua libertad en que fué creado por el Eterno, de que certificamos.- Firmados: - Dr. Pedro Antonio López y Vidaurre.- Melchor Sevilla. – José María Muga.- Eugenio Crisanto Yerrén.- José Manuel Puémape.- Pedro Yuyas.- Valentín Mondragón.- Dr. Mariano Quesada.- Hilario Gil.- Ante mí; José Manuel Otiniano, secretario patriótico”. 


ACTA DEL CABILDO DE LAMBAYEQUE

6 DE JULIO DE 1822


En esta benemérita y generosa ciudad de Lambayeque, a los seis días del mes de julio de mil ochocientos veintidós, tercero de su libertad e independencia, junta y congregada esta ilustre municipalidad en la sala consistorial, compuesta dicha corporación de los señores don Nicasio Ramallo, gobernador político y militar de este partido, etc.; el señor don Santiago Leguía, alcalde de primera nominación; don José Manuel Callo, regidor vice-regente del de segundo¸ don Manuel Navarrete, don José María Costa, don José Antonio Burgos y el procurador síndico don Antonio Carrión, con el objeto de abrir los pliegos que en este presente correo ha recibido del Supremo Gobierno por el Ministerio de Estado y Relaciones Exteriores, a cuyo efecto se ha celebrado este extraordinario; y habiéndose presentado en él por el procurador síndico los expresados pliegos, los que, abiertos por el señor presidente, se encontró la nota del señor ministro de Estado D. Bernardo Monteagudo, con fecha dieciséis del próximo pasado junio, a la que fue adjunto un ejemplar del decreto inserto en la “Gaceta Ministerial”, N°. 48, tomo II, por el que el Supremo Gobierno del Estado se ha servido conceder el título de ciudad a esta capital de Lambayeque, con el renombre de “generosa y benemérita”, cuyo tenor es como sigue: - Ministerio de Estado. – Los procuradores de la ciudad de Lambayeque han elevado al Supremo Gobierno una representación, exponiendo los interesantes servicios de aquel partido, a la causa pública, especialmente mientras el Ejército Libertador fundaba casi toda su subsistencia en los recursos de la costa del Norte. Entre los notables servicios de aquel vecindario, no es justo olvidar que fue uno de los primeros que proclamaron su adhesión a la causa continental, y que ha acreditado, desde entonces con no interrumpidos sacrificios – Su heroico patriotismo, la importancia de su población, y el interés que resultará al Estado de sus adelantamientos, añaden doble razón a la exposición de los procuradores de Lambayeque; y, guiado el gobierno por sentimientos de justicia, ha resuelto lo que sigue: 

    El Supremo Delegado. – Ha acordado y decreta: - 1°. Se expedirá el título provisional de Ciudad a la capital del partido de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita. – 2°. Se establecerá una escuela de primeras letras, con la dotación de trescientos pesos de los fondos de aquella municipalidad, y con sujeción a las variaciones que exija el plan de instrucción pública, luego que las circunstancias permitan realizarlo. El ministro de Estado queda encargado de presentar este decreto al Poder legislativo, para su sanción. -  dado en el palacio del Supremo Gobierno, Lima, a quince de junio de mil ochocientos veintidós. – 3° Firmado: Trujillo. – Por Orden de S. E., Bernardo Monteagudo. –

En este acto, la ilustre corporación y cada uno de sus individuos manifestaron los mayores sentimientos de gratitud al Supremo Gobierno del Estado por la gracia concedida a esta benemérita población, a quien representan, viendo recompensados, por esta primera vez, los ingentes sacrificios y patrióticos sentimientos de esta población, que, entre los ominosos compromisos de la dominación española, levanto con energía la voz, por su decisión a la sagrada causa de nuestra independencia; ofreciendo cada uno de los dichos señores el continuar personalmente, y avivar entre los demás individuos de esta población el fuego patriótico que han manifestado siempre en sus corazones para seguir las banderas de la madre patria, y exponer sus personas y sus vidas, hasta conseguir la extinción de las últimas reliquias de la opresión, y prestar los auxilios necesarios a tan sagrado fin; determinando, por último, se diesen las gracias al Supremo Gobierno, por la correspondiente nota, a nombre de la Municipalidad – En consecuencia, determino la misma corporación que, para la eterna memoria del reconocimiento en que el Perú, en general, y cada una de sus provincias y partidos en particular, deben, al Excmo. Sr. Don José de San Martín, dignísimo Protector, por las fatigas y empeño que le ha costado la independencia e independencia del Estado, usará de una de sus atribuciones, agregando, al renombre de generosa y benemérita, la expresión de San Martín, debiendo, por esto, titularse esta población: la generosa y benemérita ciudad de San Martín de Lambayeque, para cuya confirmación debía suplicarle al Excmo. Supremo delegado se sirva aprobar esta manifestación de la recomendable Lambayeque, por su gratitud al Héroe Libertador del Perú. – Para cuya constancia, y encargando antes a este gobierno * la orden de los regocijos públicos que puedan efectuarse, en consideración a las circunstancias de la población, y a las de hallarse nuestro ejército entre las angustias de procurar exterminar las últimas reliquias de nuestra opresión; firmaron los expresados señores que se hallaron presentes, no habiendo asistido los demás, por ausencia de unos y enfermedad de otros, de que certifico. – Nicasio Ramallo. - Santiago Leguía. - José Manuel Callo. – Manuel Navarrete. – José María Costa. – José Antonio Burgos. – Antonio Carrión. – Francisco Pozo, secretario.

    


Decreto del 15 de junio de 1822


El Supremo Delegado. – Ha acordado y decreta: - 1°. Se expedirá el título provisional de Ciudad a la capital del partido de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita. – 2°. Se establecerá una escuela de primeras letras, con la dotación de trescientos pesos de los fondos de aquella municipalidad, y con sujeción a las variaciones que exija el plan de instrucción pública, luego que las circunstancias permitan realizarlo. El ministro de Estado queda encargado de presentar este decreto al Poder legislativo, para su sanción. -  dado en el palacio del Supremo Gobierno, Lima, a quince de junio de mil ochocientos veintidós. – 3° Firmado: Trujillo. – Por Orden de S. E., Bernardo Monteagudo. –

 


Decreto del 18 de diciembre de 1822


La Suprema Junta Gubernativa del Perú, comisionada por el Soberano Congreso Constituyente – Por cuanto el mismo ha declarado lo siguiente:

    El Congreso Constituyente, atendiendo a los auxilios que prestó al Ejército, antes y después de su ingreso a esta capital, y al ejemplo que dio a los demás pueblos de aquel departamento en la proclamación de la independencia, la población de Lambayeque, partido de ese nombre – Ha venido en decretar y decreta – Que confirman el título provisional de ciudad a la población de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita, que se le expidió, en 15 de junio de este año, por el Gobierno provisorio. – Tendréislo entendido, y dispondréis lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar y circular. – Dado en la casa del Congreso, en Lima, a dieciocho de diciembre de 1822. – 3° de la Independencia. – 1° de la República – Juan Antonio Andueza, presidente. – Gregorio Luna, diputado secretario. – Por tanto, ejecútese, guárdese y cúmplase en todas sus partes por quien convenga. Dará cuenta de su cumplimiento el secretario de su despacho en el departamento de Gobierno. – Dado en el palacio de la Junta Gubernativa, en Lima, a los dieciocho días de diciembre de mil ochocientos veintidós. – 3°José de la Mar. – Felipe Antonio Alvarado. - El Conde de Vista Florida. – Por orden de S. E.- Francisco Valdivieso.


Fotografía

Guillermo Luna Lorenzo (Memo Luna).

 

 

 

    

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