domingo, 19 de junio de 2022

Corpus Christi. La fiesta de la Eucaristía en la ciudad de Lambayeque

El recordado fraile dominico Miguel Matamala Ortiz, en una de las festividades del Corpus Christi en Lambayeque 

La fiesta del Corpus Christi. Antecedentes

En el calendario de la Iglesia Católica Apostólica y Romana el Corpus Christi, o del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es la fiesta que honra la presencia de Cristo en el Sacramento de la Eucaristía. Fue instituido el Jueves Santo en la Última Cena, donde Jesús convirtió el pan y el vino en su cuerpo y sangre. Con los siglos se ha convertido en uno de los momentos más grandiosos que registra el mundo cristiano y una de sus fiestas más importantes y representativas de ahí que se le reconozca como la fiesta de fiestas.

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos extraordinarios eventos contribuyeron a la institución de la fiesta de la Eucaristía: Las visiones de la beata de la Orden agustina Juliana del Monte Conillón en Lieja (Bélgica), y el milagro eucarístico de Orvieto / Bolsonia.

El ardiente amor al Santísimo Sacramento de la beata Juliana del Monte Conillón, la llevo a emplear todas sus energías a introducir y promover la fiesta del Corpus Christi. Deseo intensificado por una visión que ella tuvo de la iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

Con respecto al segundo evento, cuenta la tradición que en el año 1263 (siglo XIII), mientras el sacerdote alemán, Pedro de Praga, celebraba la misa junto a la tumba de Santa Cristina en la iglesia de la localidad de Bolsena (Italia), al romper la hostia consagrada brotó sangre salpicándole las manos, el altar y el corporal.

Este hecho fue comunicado de inmediato al Papa Urbano IV que tenía su residencia en Orvieto, cercano al pueblo de Bolsena. En 1264, pasado un año del singular acontecimiento, la festividad fue establecida por el mismo Papa, ordenando se conmemorará el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. El Papa otorgaba al mismo tiempo muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio.

La liturgia, considerada como una de las más hermosos del breviario Romano, fue compuesta por Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, además de la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo Eucaristía, entre los que destaca la secuencia “Lauda Sion” que se canta en la Misa de Corpus Christi.

Posteriormente, en 1311, el Papa Clemente V lo ratificó. Se sabe que en ese año se celebró por primera vez en la ciudad española de Barcelona. El Papa Juan XII, consolidó definitivamente esta celebración sobre todo en el norte de Europa. Actualmente el Corpus Christi es una festividad movible al igual que en España, salvo la ciudad de Sevilla que aún conserva la tradición de conmemorarla pasados exactamente los 60 días del domingo de Pascua de Resurrección.

En el Concilio de Vienne de 1311, Clemente V dará las normas para regular el cortejo procesional en el interior de los templos e incluso indicará el lugar que deberán ocupar las autoridades que quisieran añadirse al desfile. En el año 1316, Juan XXII introduce la Octava con exposición del Santísimo Sacramento.

Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo, o sea la hostia consagrada al interior de una custodia, como un aspecto de la celebración. Es en 1447, bajo el pontificado de Nicolás V, que la festividad del Corpus Christi sale procesionalmente con la Hostia Santa por las calles de Roma.

El arqueólogo e historiador trujillano Juan Castañeda Murga, nos dice: 

    “A diferencia de las procesiones no penitentes, la del Corpus incluía un vocabulario del triunfo heredado de los desfiles romanos como arcos triunfales, conocidos también como posas. Las calles del recorrido eran engalanadas y, en vez del emperador triunfante, estaba la hostia consagrada que representaba a Cristo como el supremo vencedor. De esta manera, se celebraba no solamente el triunfo de Cristo sobre la muerte, sino también sobre el pecado y la herejía. La visualización del Corpus incluyó entonces las victorias de la Cristiandad sobre los infieles, incluyendo a los moros y a los indígenas en los Andes” (Ob. cit., 2006: 233).

A finales del siglo XVIII, formaba parte de la víspera y del día mismo de la fiesta en Lambayeque el desfile de unos gigantes que recorrían las calles del pueblo. No cabe duda una fiesta barroca propia del momento, algo similar, aunque salvando las diferencias, a las antiguas y famosas procesiones del Corpus Christi de algunas ciudades importantes de España.

El dato lo exhumamos de un viejo e inédito testamento otorgado en artículo de muerte el 8 de mayo de 1792, por el indio principal de Lambayeque don José Chudan al clérigo presbítero don Justo Siancas.

En una de las cláusulas del aludido instrumento se lee lo siguiente:

    Ítem. - Declara que los gigantes los deja con toda su decencia correspondiente como lo saben su mujer e hijos, y que sin disiparse se entreguen al Señor Sacramentado, y Santísimo Corazón en sus vísperas, y días festivos, y que acabadas sus funciones los guarde su mujer con el aseo como yo los tenia. Y para que haga fe como mejor haya lugar en derecho hago esta declaración jurando a Dios Nuestro Señor y esta señal de + en verbo Sacerdotis y no estar pechado ni llevar interés el mas leve de ninguno de los interesados, y lo firme a 8 de Mayo de 1792 (sic) (Archivo Regional de Lambayeque (ARL). Causas Civiles 1792). 

Todo esto amenizado por un conjunto de músicos armados de sus chirimías, caja y tambor. Lo que no sabemos exactamente es a que o a quienes representaban los gigantones de cartón que al final de la procesión bailaban en honor del Sacramento pese a la tajante prohibición del rey Carlos III de 1780.

Desde los primeros años del siglo pasado, se conserva al interior de la antigua ramada de San Pedro, hoy Capilla “San Francisco de Asís”, una imagen de Santa Clara de Asís (Patrona de la ciudad de Asís y de la Orden de las Clarisas), extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento. La efigie se encuentra colocada en un nicho ubicado al lado derecho del altar principal de dicha capilla. Se le representa con uno de sus atributos principales: sosteniendo con su mano derecha y sobre su pecho un ostensorio o custodia eucarística conque, según testimonios avalados por testigos de la época, ahuyentó a los infieles sarracenos que, en 1241, atacaron la ciudad de Asís y el conventito de San Damián donde se encontraba en compañía de las monjas de su congregación.

Altar principal de la Capilla “San Francisco de Asís” en Lambayeque

Imagen de Santa Clara de Asís. Capilla “San Francisco de Asís” en Lambayeque

Ahora bien, sabemos que a partir de las primeras décadas del siglo XIX, las principales celebraciones religiosas en la ciudad de Lambayeque, lo constituían, por orden de importancia, la de Semana Santa, considerada como una de las fiestas más célebres en esta ciudad, por su popularidad y por su gentío. Le seguía la del Corpus Christi, por su recogimiento y por su unción, la del Sagrado Corazón de Jesús, que hacia época por ser fiesta de la aristocracia y de la elegancia, y por último la festividad de Nuestra Señora del Carmen, cuyos mayordomos, se dice, echaban la casa por la ventana con motivo de su celebración.

Como hemos visto la celebración del Corpus Christi, que no cabe duda debe tener muy antigua data, se convirtió también, en la ciudad de Lambayeque, en una de las principales manifestaciones del quehacer católico de la feligresía lambayecana.

Pero lamentablemente, como en la mayoría de las conmemoraciones religiosas que desde antaño se celebran en esta ciudad, es difícil ocuparnos con rigor de su proceso histórico, de su devenir en el tiempo; en otras palabras, nos es imposible reseñar, con honestidad, su historia. El motivo principal: la carencia de fuentes documentales tempranas en los archivos públicos y eclesiásticos de nuestra región. Sumémosles a estos obstáculos, la escasez de testimonios orales veraces.

Estos factores, entre otros, no permiten realizar una investigación seria, real y justa, de esta importante festividad católica en Lambayeque, tal y como se han efectuado en otras ciudades del Perú, como Cuzco y Trujillo.

Si embargo, hemos logrado rescatar algunos interesantes datos que creemos servirán como un claro testimonio de lo que, en algún momento, constituyó la celebración de esta grandiosa festividad católica en la generosa y benemérita ciudad de San Pedro de Lambayeque. 

Para esto hemos recogido algunos inéditos datos de entre la copiosa papelería que se conserva en el Archivo Regional de Lambayeque (ARL); una curiosa e interesante anécdota; logramos adquirir un viejo “Programa” alusivo a esta festividad; exhumado un antiguo inventario. lamentablemente muy deteriorado y trunco, de la Cofradía del Santísimo Sacramento en el Archivo de la Parroquia de Lambayeque (APL) y revisado los libros de actas, que felizmente aún se conservan, de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Lambayeque. Todo este exiguo material nos ha servido para poder rememorar, de alguna manera, la antigua y solemne festividad del Corpus Christi en Lambayeque. Veamos.


 UNA ANTIGUA TRADICIÓN SOBRE LA FESTIVIDAD

DEL CORPUS CHRISTI EN LAMBAYEQUE

Existe una interesante y anecdótica narración, de fines del siglo XIX, sobre esta festividad religiosa en Lambayeque. Se sabe que el 3 de junio de 1891, a las cuatro de la tarde, un voraz incendio destruyó totalmente el retablo mayor de la iglesia San Pedro de esta ciudad, aquel que mandara edificar, por el año de 1814, el presbítero don José Bernuy y Eslava, a la sazón mayordomo de la cofradía del Santísimo Sacramento. (Izquierdo Castañeda, 2005: 4,5). Se celebraba la semana del festival del Corpus Christi y una vela de cera encendida, de las muchas que solían colocar los feligreses a los pies del retablo mayor para dicha ocasión, fue la causante de tan irreparable pérdida.

Junto con el retablo se perdió “la custodia que allí se guardaba que era una obra de arte y una joya valiosísima. Esta Custodia solamente se sacaba en el Corpus y en ciertas solemnidades notables. Era de oro purísimo, tenía incrustada una gran cantidad de esmeraldas, rubíes y zafiros, siendo tan pesada que debían turnarse los curas, cada cuadra, para poder sostenerla”. (Barandiarán – Paredes, 1934:.388).

Vanos resultaron los denodados esfuerzos de la enorme cantidad de fieles reunidos al son de arrebato, tocado por la campana de su única e imponente torre del lado sur, con el propósito de tratar de contener o dominar el voraz incendio. Lamentablemente, como lo hemos señalado anteriormente, esto no se pudo conseguir.

Contaba una antigua tradición, felizmente hoy desaparecida, que la fiesta del Corpus Christi de 1890, “no había sido alumbrado por el sol”, por lo tanto, constituía un “castigo”, un “aviso” y, por último, “una maldición”. Todo esto debido a que los organizadores habían variado la fecha y el normal recorrido de la procesión.  Es más, la ceremonia se realizó por la tarde, en vez de hacerlo por la mañana que era la costumbre, con solo el sacerdote bajo palio portando en sus manos la pesada custodia, sin la compañía de “andas o efigies de ninguna especie”. Esa premonitoria tarde solamente “un anda llevaba la Cruz Alta" (Barandiarán, 1938: 233,234). Antaño era costumbre que las cofradías asistieran a la procesión con sus imágenes titulares. Se deduce, según el relato, que esta participación fue perdiendo presencia a fines del siglo XIX, y que, a las finales, se prohibiera, no cabe duda, en aras de favorecer una mayor concentración en el Misterio principal. 

A esta terrible falta se debió, le contaba el Sr. Augusto F. León a su hijo Augusto León Barandiarán, la total ruina del retablo mayor de la iglesia, la irreparable pérdida de la fina custodia y la fatídica presencia del recurrente fenómeno de el "Niño" en el verano del siguiente año de 1891. (Ibid.).

Cuentos, tradiciones o supersticiones aparte, lo cierto es que el retablo mayor fue consumido por las llamas en el citado año. Poco tiempo después de esta catástrofe se nombró una comisión presidida por el Sr. Carlos D. Pella, que se encargaría de la restauración del retablo mayor. Sin embargo el nuevo altar mayor fue realizado "enteramente de acero laminado en los Estados Unidos de Norteamérica, y se estrenó, en solemne ceremonia, la primera quincena de julio de 1899".(Menéndez Rúa, 1935: 157, 158). 

En esta ocasión también se bendijeron la hermosa Custodia, que hasta nuestros días preside la procesión del Corpus Christi en esta ciudad, y la lograda imagen, de yeso policromado, del Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en la hornacina central del primer cuerpo del retablo rococó, forrado en pan de oro, consagrado a esta advocación, que se encuentra en el muro testero de la nave del Evangelio.

Altar Mayor de la iglesia San Pedro de Lambayeque (Memo Luna, 2020)

La estructura de la cúpula o media naranja del crucero de la iglesia San Pedro de Lambayeque, data también de 1899. Vino a suplantar a la antigua cúpula realizada en ladrillo cal y canto, que se vino al suelo como consecuencia de las voraces llamas que produjo el incendio del retablo mayor de la iglesia en 1890. La moderna media naranja está compuesta de doce vigas curvas de perfiles metálicos con tensores distribuidos radialmente, y cubierta de gruesas planchas de zinc galvanizado empernadas y remachadas. La media naranja remata en una linterna del mismo material. Se encuentra asentada sobre un entablamento en anillo, de circunferencia perfecta, con friso decorado por ménsulas y modillones, soportado por los cuatro arcos torales y sus cuatro pechinas en los rincones. En las pechinas se pueden observar cuatro pinturas al óleo realizadas por el pintor trujillano Manuel Márquez, entre los años de 1940 - 1943, con las figuras de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan Masías, todos de la Orden de Santo Domingo, y el apóstol San Pedro, patrono de la iglesia y de la ciudad.

Cúpula o media naranja. Iglesia San Pedro de Lambayeque (Memo Luna, 2018)

Debemos acotar, que el Congreso de la República, mediante Resolución Legislativa emitida el 26 de octubre de 1891, dispuso el derecho libre de derecho fiscal, a todas las piezas que formaban la cúpula o media naranja de la iglesia. Siete años después, el 14 de noviembre de 1898, el Congreso de la República, emitía otra Resolución Legislativa, esta vez, declarando libre de derecho fiscal la importación del altar mayor que los vecinos de Lambayeque habían mandado construir en los Estados Unidos de Norteamérica, para la iglesia San Pedro de esta ciudad. 


LA HEMANDAD VEINTICUATRO O COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

EN LAMBAYEQUE (1878 - 1881)

A raíz de las torrenciales lluvias y consecuente fatal inundación que asolara la ciudad de Lambayeque, como consecuencia de la recurrente y fatídica presencia del fenómeno el “Niño” del verano de 1871, catalogado por los especialistas de “muy fuerte”, la cofradía entro relativamente en receso. Se sabe fueron años muy difíciles para los pobladores de esta ciudad.

Recuperados los ánimos, se reunieron, el 29 de septiembre de 1878, en la iglesia parroquial San Pedro de esta ciudad un selecto grupo de personajes lambayecanos bajo la presidencia del párroco Manuel Orbegoso, todos “animados del religioso deseo de que se reorganice la Hermandad Veinticuatro para tributar el debido Culto del Santísimo Sacramento” que para esa fecha se encontraba “en estado decadente por falta de ese cuerpo que se encuentra y que ha existido en esta ciudad desde tiempo inmemorial”. En la reunión el párroco presentó y dio lectura a un Proyecto de Reglamento que a su entender debería regir los destinos de la Hermandad.

El Proyecto fue debatido y luego aprobado por unanimidad. La Hermandad quedó instalada y conformada por los siguientes cofrades: Mariano Pastor Sevilla, subrogado poco después por Fructuoso Eneque; Juan Manuel Iturregui Montalvo; Gregorio del Castillo; Guillermo Valentín Fry; José María del Castillo; Manuel de Neco; Salvador Olivares; Antonio O. Fernández, subrogado por Ricardo Iturregui; Juan Aurich; Salvador Descalzi; Manuel Samillán, subrogado por Nicanor Leguía; Bernardino Salcedo; José Andrés Delgado; Juan Manuel Trelles; Manuel Seclén; José Silva; Edilberto Paredes; José P. Barandiarán; Belisario Piedra; Manuel Rivadeneira; Aurelio Ruiz; José María Barandiarán; Rufino Cartagena y Miguel Gonzales. (Libro de Actas de Asamblea de Mayordomos, años 1999 – 2003: 1).       

En 1881, en plena Guerra del Pacifico, fue mayordomo de esta cofradía el Sr. Bernardino Salcedo Taforo (dueño, desde mayo de 1865, de la Hacienda Mayascón y Mochumí Viejo), actuando como secretario el Sr. José del Carmen Valiente.

Sr. Bernardino Salcedo Taforo 

Dado los trágicos momentos por los que atravesaba Lambayeque y la nación en general a causa de la infausta guerra del guano y el salitre, creemos justo dar a conocer, literalmente, el inédito y breve discurso pronunciado por el mayordomo Sr. Salcedo Taforo, en la Junta General de la cofradía realizada el domingo 31 de julio de 1880, con motivo de la presentación de la memoria anual de dicha entidad, veamos:

Señores. En acatamiento a las disposiciones de la Hermandad cumple a mi como primer Mayordomo y presidente de la Junta Directiva, presentaros la memoria de nuestra administración en el año económico que termina en esta fecha.

Pero antes de pasar a haceros conocer todos nuestros actos nos permitiremos un pequeño desahogo al sentimiento que llena nuestros corazones causado por los deplorables sucesos a que esta ciudad como todos los pueblos de la costa están

sometidos, a consecuencia de los desastres que sufrieron nuestras armas en las desgraciadas jornadas vecinas a la capital.

Tan graves sucesos como la subsiguiente ocupación de esta ciudad por el Ejército vencedor, todo lo paralizo y diezmando nuestros recursos con la fuerte contribución mensual que se nos impusiera distrayendo o aplicando a este objeto los ahorros que, de buena voluntad, hubiéramos querido invertir en paramentos y enriquecer de alguna manera la cofradía.

Sucesos tan graves a nuestra voluntad han contrariado nuestros mas íntimos deseos, y que deplorando cual merecen, confiamos amanezcan días mas serenos en que podamos dar expansión y convertir en hechos los piadosos sentimientos que abundan en nuestros corazones; intertanto séame permitido en mi nombre y en el de mis colegas de la Junta Directiva que represento expresaros nuestro jubilo porque ha llegado el día de hacerse la cuarta designación de la  Junta Directiva de mayordomos, hecho de tan alta significación que implica la estabilidad de la cofradía, la unidad que reina en la hermandad, y que el vinculo que nos une no se ha aflojado a pesar de las vicisitudes y calamidades que vamos soportando, y finalmente que es un hecho la alternabilidad en el servicio y consagración de todos los hermanos al culto del Santísimo Sacramento – fundamento de nuestra fe – objeto de nuestras adoraciones y fin de todas nuestras piadosas aspiraciones. (Archivo Parroquial de Lambayeque (APL) Libro Cofradías desde 1797 a 1855).

No sabemos en qué momento dejó de ser una Cofradía para convertirse en una mera Sociedad, aunque, tal vez, con las mismas funciones de aquella, porque para las primeras décadas del siglo XX se autodenominaba simplemente como “Sociedad del Santísimo”. Actualmente se le denomina como: “Hermandad Santísimo Sacramento Corpus Christi – Lambayeque”, o “Hermandad del Corpus Christi Lambayeque”.


INVENTARIO DE LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO

(AÑO - 1906)

Felizmente se conserva en el Archivo Parroquial de Lambayeque un viejo inventario de la cofradía del Santísimo Sacramento de esta ciudad, cuya data se remonta al año de 1906.  Su paciente lectura nos permite saber ahora que entre los bienes de dicha cofradía se encontraba el Altar Mayor y su respectivo repertorio iconográfico compuesto por: El Padre Eterno con su triangulo de plata, que representa la Santísima Trinidad; el Patriarca San José, con su respectiva corona y azucena de plata; la efigie de la Virgen con su respectivo vestuario, no cabe duda se trataría de una imagen de candelero de vestir. Además de un pelicano con sus alas, todo forrado de plata, y un sol de plata dorado que cubría la Custodia en el Altar Mayor.

Hoy el Padre Eterno, realizado en madera policromada, aún se conserva en su lugar, en el ático del retablo, pero sin su triangulo equilátero de plata. La efigie del Patriarca San José, de candelero o de vestir, fue sustituida por la imagen contemporánea, de tamaño natural y realizada en yeso policromado, de Santo Domingo de Guzmán; la antigua efigie de la Virgen María, de candelero o de vestir, por la talla de vestir, de madera policromada y ojos de cristal, del apóstol San Pedro. Últimamente las imágenes de San Pedro y Santo Domingo han sido sustituidas por las de la Virgen del Rosario y San José respectivamente. El pelicano de madera forrado en plata, que se encontraba en la hornacina principal del retablo, por una talla de madera policromada de Cristo Crucificado. 

Detalle del altar mayor de la iglesia San Pedro de Lambayeque (Memo Luna, 2022)

A esta cofradía pertenecían también las efigies (de vestir o candelero) de los doce apóstoles con sus respectivos vestuarios, y el Señor de la Cena con sus tres potencias de plata y su cabellera postiza. Este singular grupo escultórico constituye uno de los once pasos de la tradicional procesión de Viernes Santo en esta ciudad.

La última Cena del Señor

Después de haber hecho estas anotaciones, pasemos ahora a dar lectura a la copia literal del viejo e inédito inventario de esta cofradía. Veamos:

          “Un Altar Mayor con sus respectivas imágenes: El Padre Eterno, el Patriarca San José con su respectiva corona y azucena de plata (el Padre eterno tiene su triangulo de plata), la Virgen con su respectivo vestuario, un pelicano con sus alas todo forrado de plata = Un estandarte de plata con seis campanillas también de plata, dos pasadizos también de plata, su báculo forrado en plata con su Cruz de plata = Un centellero con siete candelejos de plata = Dos incensarios = Una naveta = Una cuchara de plata = Cinco báculos forrados en plata = Dos cañas de ciriales con sus candelejos de plata y las cañas forradas en plata = Cuatro atriles forrados en plata = Doce candeleros grandes de plata (a uno le falta un ruedo de pulgada y ½) = Cuatro candeleros chicos de plata = Una caña de plata con tres candelejos (para las tres marías) = Una Campana de plata (en la agarreda le faltan las perillas) = Un platillo de plata de la demanda del Santísimo = Tres potencias de plata del paso de la cena y su cabellera = Un relicario de plata con su cadena de plata (sirve para las renovaciones) = Un sitial para el viatico con la delantera forrada en plata, este sitial tiene una Cruz de plata = Un sol de plata dorado que cubre la Custodia en el Altar Mayor = Cuatro faroles buenos y dos quebrados = Una caja de madera de la antigua Custodia = Doce apóstoles retocados con sus respectivos vestidos y el Señor de la Cena = Una caja grande para guardar la cera  = Un palio de lama de media vida = Un estandarte de media vida = Una funda de lama de la Cruz Alta = Ocho banderas de raso nuevas = Cuatro banderas de media vida = (APL. Libro de Cofradías e Inventarios).

Pelicano de madera forrado en plata 8Memo Luna, 2018)

 

LA FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

EN LAMBAYEQUE

Festividad del Corpus Christi en Lambayeque (Brüning, 1903)

A principios del XX, aunque despojada la procesión en su totalidad del aparato barroco del siglo XVIII, seguirá siendo una fiesta importante y de gran seguimiento popular en Lambayeque.

Sabemos ahora que, hasta las tres primeras décadas del siglo XX, la fiesta se caracterizaba por la salida, en el lapso de los nueve días que duraban las celebraciones, de dos esplendidas procesiones por las principales arterias de la ciudad. El recorrido de la procesión por esos años, acompañada de la Banda Municipal “Juan Aurich” y la Banda del Regimiento N 9, eran las calles “2 de Mayo”, “Atahualpa”, “8 de Octubre” y “Bolognesi”, pernotando en los altares respectivos. Era Antigua y bella costumbre el de instalar altares a lo largo del trayecto de la procesión como actos de ofrenda y honor al Santísimo, y como hitos para rezar las estaciones durante el paso de esta. Su realización corría a cargo de alguna institución y principalmente de familias cuyas moradas se encontraban en el recorrido de la procesión. En la actualidad esta costumbre se ha reducido considerablemente, tal vez porque el solemne desfile se realiza solamente alrededor de la plaza principal de esta ciudad, o a raíz de los aires de “modernidad” emanados de la aplicación de los postulados del Concilio Vaticano II.

En ambas procesiones participaban los colegios primarios de varones y mujeres, tanto nacionales como particulares, acompañados de sus respectivas planas docentes. Todas las principales autoridades de la ciudad, tanto civil como militar, tomaban parte en la festividad y asistían puntualmente a las dos tradicionales procesiones, que como ya hemos dicho, solían efectuarse con motivo de tan solemne acto.

El reparto de programas; los albazos de la víspera; las retretas; la quema de vistosos fuegos artificiales en la plaza de armas; las diarias misas, donde los feligreses eran obsequiados con ramilletes, estampas alusivas y bouquets; velorios; encierros y novenas conmemorativas; las carreras de caballos; las grandes jugadas de gallos y los vistosos altares colocados al paso de cada una de las procesiones constituían también parte de las celebraciones de esta extraordinaria festividad religiosa.

Desde hace algún tiempo obra en nuestro poder un viejo e inédito “Programa” elaborado por la Sociedad del Santísimo de la ciudad de Lambayeque con motivo de la conmemoración anual “De la Gran Festividad del Corpus Christi” celebrada los días 2 al 10 de junio de 1926.  Hemos creído conveniente transcribirlo en su totalidad, para que el lector tenga una clara idea de cómo conmemoraba esta ciudad la festividad del Corpus Christi en aquellos “maravillosos” años. Y, de paso, para que muchos de sus pobladores recuerden con cierta nostalgia los nombres de algunos de sus ascendientes más directos. Veamos:


PROGRAMA

 

DIA 2 DE JUNIO

A las 5 - Albazo por la Banda “Juan Aurich” que dirige Dn. José Rosario Acosta.

A las 9 a. m.- Bendición de las estampas conmemorativas de la fiesta, ceremonia que será apadrinada por la señora Carmen Yerren y el señor José Supo.

Acto continuo se bendecirá también el estandarte de pana que ha sido convenientemente arreglado por el conocido bordador Ricardo Chonate, sirviendo de padrinos la señora Enriqueta Sampedrano de Custodio y el señor Isidoro Ballena.

A las 4 p. m.- Conducción de los Fuegos Artificiales al Parque Principal.

A las 8 p. m.- Solemnes vísperas.

A las 10 p. m.- GRAN RETRETA apuntada por la banda “Juan Aurich”, cuyas piezas son las siguientes: - 1 Marcha General Pellegrini. - 2 Fox Trot Carmen Camel. - 3 Obertura la Peruanita. - 4 Vals Hijos del Sol. - 5 Tango Desolación. - Jazz Noche de Angustias. - 7 Yaraví Recuerdos de Puno. - 8 Tamba Tristes canciones. - 9 Pasa Calle El Gato.

En los intervalos se elevarán globos de diferentes colores, bombardas, cohetones y paracaídas.

A las 11 p. m.- El pirotécnico Eliseo Vílchez sorprenderá al público con la quema de una Hermosa TORRE MISTERIOSA de combinaciones caprichosas, adornada de su respectivo jardín.

Además, quemara las siguientes piezas accesorias: “Carrera de Duendes”, “Danza Mágica”, Esperanza de la Libertad”, “Te quiero Muchísimo”, “Nunca me Olvides”, y “El Capricho del Arte”.

DIA 3 DE JUNIO

A las 5 a. m.- Misa discantada en homenaje al Santísimo.

A las 6 a. m.- Se saludará el gran día con 21 cañonazos, y con sus nuevas y escogidas piezas musicales, del repertorio recién llegado de Lima a la banda “Aurich”.

A las 8 a. m.- Reunión de los devotos acompañados de la banda.

A las 10 a. m.- Misa solemne de fiesta, celebrada por el párroco. Antes del Credo ocupara la Catedra del Espíritu Santo el padre dominico Ángel Menéndez Rúa, en donde desarrollara su panegírico cuyo tema versara sobre la Institución del Santísimo Sacramento.

En el coro se tocará música escogida y adecuada escrita por los R. R. P. P. Gonzales y Donicet, amenizando la Misa la banda del Regimiento de Infantería N 9.

Los concurrentes al Santo sacrificio de la Misa, serán obsequiados con ramilletes, estampas y bouquets.

Terminada la Misa, saldrá en procesión el Cuerpo de Cristo, recorriendo las calles San Roque, Atahualpa, Real y Chancay, pernotando en los altares respectivos.

El turno corresponde en este día a las R. R. M. M. Dominicas del Santísimo Rosario con el Colegio de Nuestra Señora del Carmen; Centro Escolar de Niñas N 212, que dirige la normalista señorita Leonor Niño Ruiz; Centro Escolar de Varones que dirige el señor Flavio Villacorta Gutiérrez; Sras. Lucrecia de Rivero de la Guarda; Águeda Leguía viuda de Ruiz; Victoria viuda de García Castañeda; Rosa Santisteban viuda de Cuneo y Guía; María Fierro; Matilde de Burga y Libia Onetto de Minetti. Señoritas Carmela Rivero de la Guarda; Leonor Niño Ruiz; Elena Monsalve Baca; Zoila Villanueva; Elva Santisteban; Rosa Mercedes Pastor; Virginia Monsalve Baca; Clorinda y Carmen Baca Matos; Carmela Olga, Ana y Lila Ruiz; Honoria Samillán Baca; Rosa y Ricardina Baca.

La procesión será escoltada por la Banda del Regimiento N 9, que ha sido cedida galantemente por el Comandante General, y la Banda “Juan J. Aurich”.

A Las 2 p. m.- CARRERAS DE CABALLOS. Con apuestas valiosas entre los aficionados.

A las 3 p. m.- GRANDES JUGADAS DE GALLOS. - Los aficionados de Lambayeque desafían a los aficionados de cualquier pueblo del departamento a cuatro tapadas y una limpia cancha.

DIA 4 DE JUNIO

A las 8 p. m.- Visita a los altares.

A las 9 a. m.- Misa de segundo día, velorio en la tarde y novena en la noche. En este día les corresponde el turno a las señoras Carmen V. de Pérez García, Oroxia de Oneto, Rosa Amelia de Muro, Estela de Barreto, María Teresa de Ruiz y Matilde Martínez. Señoritas: Angelina Samillán Baca, Lucrecia Delgado, Estevina Reaño, Emilia Santisteban, Blanca María Boggiano, Beatriz Castillo, Ana María y Elena Cuneo, Marta de la Piedra, Angelina y Pepa Ruiz, Clementina de Escobar.

      DIA 5 DE JUNIO

A las 8 a. m.- Tercer turno, Misa, velorio, encierro y novena como el día anterior. En este día harán la guardia de honor al Santísimo Sacramento las señoras Ana de Aita, Luzmila Aguinaga Viuda de Odiaga, Matilde viuda de García, Evelina Quiroz de Malca, Emilia Buendía de Vílchez, Mercedes viuda de Hurtado, Rosa Villafuerte, Josefa Solís, Carlos Sosa, Herminia de Máltese, Rosa Quiroga y Juana Rosa Riojas de Rosado. Señoritas: Herminia Caballero, Gertrudis, María, Margarita, Manuela y Zoila Clara Luzquiños, Consuelo y Genoveva Vílchez Buendía, Lufila y Lola García, Juana y Clotilde Valentín.

      DIA 6 DE JUNIO

A las 8 a. m.- Cuarto Turno – Como el anterior, Misa, velorio, encierro y novena. Corresponde el turno en este día a las señoras: Clementina de Guerrero, Tomasa Vda. de Tello, Lastenia Carranza, Rosa viuda de Yacarini, Evelina viuda de Quiroz, Carmen Mendoza Ilma. Señoritas: Elvira, Leonor y Carmen Julia Tello, Benigna y Natividad Cartagena, Cristina Ruiz, Victoria A. Rivadeneira, M Catalina, Inés y Florencia Monsalve.

       DIA 7 DE JUNIO

Quinto Turno – Misa de encierro y novena correspondiéndole el turno a las señoras Angélica viuda de Iturregui, Elvira Quiroz de García, Magdalena García de García, Esther Portilla de Varillas, Alicia de Rivadeneira, Rita Ponce de Córdova, Ángela Luzquiños de Vílchez, Zoila Portilla, Rita Torres, Juana Morales. Señoritas: Clorinda Varillas, María Victoria, Isabel y Florencia Rivadeneira Madueño, Mercedes Fiestas, Efigenia Valiente, Rosa Hortensia y Obdulia Sánchez, Flor de María Ponce y Emilia Varillas.

      DIA 8 DE JUNIO

Sexto turno. - Como en los anteriores, correspondiéndoles a las señoras Elena Monsalve de Carpena, Laura Iturregui viuda de Ruiz, Isabel de Nieto, Rosa Pastor Aguilar, Clementina Monsalve viuda de Buzzo, Mercedes y Albertina Chonate, Celia Balarezo, María viuda de Acha. Señoritas: Clementina Carpena, Lucinda Delfina y Herminia Arrincon, Petronila Zapatero, Elena, Anita, Luisa y Teolinda Nieto, Petronila León, María Porras, Santos e Isabel Nue, Vicenta Ortega y María Luisa Prieto.

    DIA 9 DE JUNIO

Séptimo turno. A las 5 a. m.- Albazo por la Banda “Juan J. Aurich” cohetes, globos, etc., etc. A las 8 misa de vísperas de octava. En la tarde retiro. Las señoras y señoritas siguientes están de turno: Susana García de Gómez, Matilde de Tapia, Santos de Temoche Cartagena, Teresa C. Bancayán, Rosa Valiente, Francisca Rivadeneira, Mariana Panta. Señoritas: Carmen Nue, Flor de María Piedra de Piedra, Santos Temoche, Tomasa y Cristina Yovera, Genoveva Huertas, Luisa García, Honoria, Carmen Julia y Evangelina Arica, Juna Rosa Villamonte, María Cruz, Tomasa, Elisa y Julia Bancayán.

A las 7 p. m.- Conducción de los fuegos artificiales al parque 27 de Diciembre.

A las 8 a. m.- Oficio de vísperas por el párroco Fray Celestino García.

A las 10 a. m.- Retreta ambulante.

DIA 10 DE JUNIO

Octava. A las 7 a. m. Recorrerá la Banda las principales calles de la ciudad invitando a los devotos.

A las 9 a. m.- Misa solemne de OCTAVA. Terminada esta quedará descubierta la Divina Majestad hasta las cuatro de la tarde que saldrá en procesión, recorriendo las calles de costumbre.

Corresponde el turno en este día, a la Escuela Mixta, que regenta la señorita Teolinda Nieto, alumnos de la Escuela Nocturna Municipal, a las señoras Juana Navarrete de Zavala, Hermenegilda Jordán de Zapata, Benigna Colmenares, Teresa Siancas Villalobos, Mercedes Arce, Pilar Graus, Josefa Tello. Señoritas: Francisca Portilla, América Ruiz, Carmen Rosado, María Rosa fiestas, Otilia escurra, Jacobita Puemape, Margarita Muñoz, Maximina y Catalina Zavala, Paulina Arica, Leonor Nue Moreno, Gulnara Carmona, Irene Rosado, Elvira Panta y Jacoba Ulloque.

A las 8 a. m.- Novena. Terminada esta habrá servicio religioso por el eterno descanso de los socios fundadores que han fallecido. La Banda “Aurich”, y como término de la fiesta, ejecutara en el atrio de la Iglesia trozos escogidos de su repertorio, terminando así la fiesta.

Notas importantes – Las Señoras y Señoritas en los días 7 y 8 de junio, así como las escuelas que se indican, acompañaran a la procesión, que recorrerá las calles de costumbre.

Las nombradas para los demás días concurrirán a la SANTA MISA y harán la Guardia de Honor hasta la hora de retiro, así mismo invitarán a los caballeros que deban tomar el palio. Además, llevaran consigo los niños de ambos sexos para que rieguen misturas e incienso a la MAGESTAD DIVINA. Se les recomienda puntual asistencia a la hora que se indica.

La Sociedad presenta con antelación su profunda gratitud a las comisiones nombradas.

A los señores que nos visiten encontraran en el Gran Hotel de propiedad del Sr. Antero Gurrero toda clase de felicidades.

Han sido invitados oficialmente para que con su presencia den más realce a la festividad el Sr. Coronel Comandante General de la Región, el Sr. Sub-prefecto, los Jefes del Regimiento N 2, el Señor Alcalde del Consejo Provincial, Jefe de Estado Mayor, el Agente Fiscal, los directores de los Planteles Fiscales y Particulares, el Jefe Militar, el Juez Instructor, el Juez Militar, el Juez de la Instancia en lo Civil, el señor Administrador de Aguas, los señores Jueces de Paz, Diputado regional; la Oficialidad y Regimiento de Infantería, Director del Museo Brüning, Director de Beneficencia. (Sic). (Archivo del autor).


LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI EN LAMBAYEQUE. SIGLO XXI

Las actividades se inician siempre un día jueves y duran por espacio de cinco días. Con misas en honor al Santísimo Sacramento en la iglesia San Pedro. Se embandera el local institucional de la “Hermandad de Santísimo Sacramento – Corpus Christi” y la calle “Huáscar” donde se ubica.

Una Banda de Músicos recorre las principales calles de la ciudad invitando a los feligreses a participar de la fiesta. Se realizan velaciones en el local de la Hermandad, y se reza el Rosario. Se comparte con los feligreses el desayuno, el piqueo, el almuerzo y la cena que ofrecen los padrinos, mayordomos y devotos. De paso también se consume la infaltable y tradicional chicha de jora y la refrescante cerveza.

Se realizan tómbolas, bailes, retretas, serenatas, quema de fuegos artificiales y concursos de bandas de músicos. Todo esto en los días previos al día de la fiesta principal.  

Se ha convertido ya en una tradición que, en la noche de víspera a la fiesta principal del Corpus, diversas instituciones de la ciudad se constituyan en la plaza principal con el objeto de confeccionar, sobre el pavimento central de las calles que la circundan, singulares alfombras decorativas de piso con creativos motivos religiosos realizados con aserrín, viruta, diversidad de ramas y flores naturales. Una auténtica y extraordinaria manifestación de fe religiosa del pueblo católico lambayecano.

Alfombra decorativa (Memo Luna, 2018)

El gran albazo y la quema de 21 camaretazos dan inicio al día central de la fiesta. Horas después se celebra la solemne misa en la iglesia parroquial de la ciudad. En ella están presentes, aparte de las autoridades religiosas, las autoridades municipales presididas por el alcalde de la ciudad, autoridades políticas, civiles, militares, representantes de las hermandades y asociaciones religiosas de la ciudad. Terminado el oficio sale de la iglesia la magna y piadosa procesión con el párroco de turno llevando entre sus manos y bajo palio la sagrada eucaristía - Cristo hecho Hostia - que porta la pesada custodia.

El imponente desfile, discurre solamente por el alfombrado perímetro de la plaza de armas “27 de Diciembre” de esta devota ciudad.

En horas de la tarde del siguiente día se realiza el acto de bajada del Santísimo Sacramento en el local institucional de la Hermandad de esta generosa y benemérita ciudad. La función siempre es apadrinada por una autoridad política de turno o por un personaje solvente de la localidad.

La "Hermandad del Santísimo Sacramento – Corpus Christi" portando sus respectivos estandartes (Memo Luna, 1993)


                                                             Festividad del Corpus Christi en Lambayeque (Memo Luna, 2015)

Festividad del Corpus Christi en Lambayeque (Memo Luna, 2020)



BIBLIOGRAFÍA

CASTAÑEDA MURGA, Juan. El Corpus Christi en Trujillo, siglos XVI y XVII. Pueblos, Provincias y Regiones en la Historia del Perú. Religiosidad popular. Mitos, creencias y festividades religiosas. Academia Nacional de Historia. Lima, 2006.

IZQUIERDO CASTAÑEDA, Jorge. El Retablo Mayor de la Iglesia de Lambayeque. Suplemento Dominical del Diario “La Industria” de Chiclayo. 2005.

IZQUIERDO CASTAÑEDA, Jorge. Corpus Christi. La fiesta de la Eucaristía en Lambayeque. Parroquia San Pedro de Lambayeque. Obispado de Chiclayo. 2014.

LEÓN BARANDIARAN, Augusto, Rómulo PAREDES GONZALES.  A Golpe de Arpa. Folclore lambayecano de humorismo y costumbres. Lima 1934.

LEÓN BARANDIARAN, Augusto. Mitos, Leyendas y Tradiciones Lambayecanas. Contribución al Folclore Peruano. Editado por el Club de Artes y Lectores de Lima. Lima. Agosto 1938.

MENÉNDEZ RÚA, Ángel. Boceto Histórico de la Iglesia de Lambayeque. Imprenta La Gaceta. Lambayeque. 1935.

 

DOCUMENTOS

ARL. Archivo Regional de Lambayeque

Causas Civiles 1792.

APL. Archivo Parroquial de Lambayeque

Libro Cofradías de 1797 a 1855.

AHSSL. Archivo de la Hermandad del Santísimo Sacramento de Lambayeque

Libro de Actas de Asamblea de Mayordomos. 1999 – 2003.

 

FOTOGRAFÍA

Guillermo Luna Lorenzo (Memo Luna).

Hans Heinrich Brüning.

 

 


miércoles, 15 de junio de 2022

BICENTENARIO. Generosa y Benemérita Ciudad de Lambayeque.

Estatua de la Libertad de Lambayeque

El pueblo de San Pedro de Lambayeque, antiguo partido de la extensa intendencia de Trujillo, harto de llevar las ignominiosas cadenas que por espacio de casi tres siglos su alma, mente y cuerpo ciñó, se sublevó, primero en el norte del Perú, y consiguió, de modo incruento, la tan ansiada y codiciada libertad del opresor régimen peninsular la memorable noche del 27 de diciembre de 1820.

En esa impresionante e histórica noche se arriaron, para no ser vistas jamás en estas ubérrimas tierras, los símbolos y banderas del invasor y conquistador español.

Momento culminante, impactante, que mi desaparecido y recordado padre, el mayor del ejército Jorge Elías Izquierdo Llanos (un lambayecano de corazón), estampara de su puño y letra en una estrofa, y cito:

    “¡Lambayeque! fuiste tú la primera en el Norte del Perú/ que Libertad en unánime grito dio/ rompiendo yugos y cadenas que por espacio de tres siglos el pendón de Castilla apoyó”.

Lambayeque cumplía así con un deber inapelable y se convertía, de este modo, en el crisol, ejemplo y preludio de los movimientos libertarios de las ciudades de Trujillo, Piura y Lima. Hazaña que se sellara definitivamente con las gloriosas jornadas de Junín, el 6 de agosto de 1824 y Ayacucho, el 9 de diciembre del mismo año.

Desde ese histórico momento, esa significativa fecha, que ha conmemorado y celebrado su primer Bicentenario (27/12/1820 – 27/12/2020), se convirtió en el icono más glorioso de su dilatada y esplendorosa historia.

Apenas consumada la jura de su independencia, el pueblo de Lambayeque envió inmediatamente cuantiosa contribución logística y pecuniaria a la revolucionaria empresa independentista.

Valiosísimo aporte a la campaña lo constituyeron también los jóvenes voluntarios lambayecanos que, desde un primer momento, fueron a engrosar las filas del emergente ejército patriota, acantonado en Huaura.

El general don José de San Martín, al encontrarse frente al disciplinado contingente lambayecano, comandado por el prócer de la independencia de Lambayeque, el entonces capitán don Pascual Saco Oliveros, exclamó lleno de emoción:

    Con estos hombres y estos auxilios se hará la independencia del Perú.

Se dice que muchos de ellos formaron la selecta escolta del ilustre general argentino.

Hijos de Lambayeque unidos a los de Piura y Trujillo, integraron la legión de bravos soldados que contribuyeron en forma decisiva a la victoriosa batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822, que dio libertad e independencia a la hermana república del Ecuador. Poco después, el 25 de agosto de ese mismo año, combatieron en Otuzco cargando exitosamente a caballo contra la sorprendida caballería realista.

Fueron también hijos de esta “santa tierra”, unidos a sus congéneres de Chiclayo Ferreñafe, San Pedro de Lloc, Pacasmayo, los que regaron con su sangre los campos de Junín. Histórica jornada donde quedó demostrado que nada era superior a la entrega y valor de estos “huerequeques” a caballo.

Es por todo ello y más, que de una u otra forma la vieja Yampallec o Ñampagic, de tiempos tan remotos que hasta el momento nadie puede expresar con meridiana claridad; el otrora opulento y señorial pueblo de San Pedro de Lambayeque, de los siglos XVII y XVIII, celebra en esta fecha, con cívica y patriótica emoción, el primer Bicentenario del merecido, inolvidable e  histórico momento en que, por sus denodados esfuerzos en pro de la independencia del Perú, fuera elevado, mediante un Decreto provisional, al rango de “Ciudad” y se le otorgara, además, el honroso galardón de “Generosa y Benemérita”, el 15 de junio de 1822.

Decreto ratificado por el Primer Congreso Constituyente del Perú, el 18 de diciembre de ese mismo año. Reconociendo, este cuerpo legislativo, que “Lambayeque había dado el ejemplo a los demás pueblos del departamento de Trujillo, en la proclamación de la patria independiente”, tal y como literalmente consta en el citado instrumento.

Han pasado dos siglos de la obtención de aquel histórico Decreto, que le valiera a esta ciudad, cuna del huerequeque, caciques, pachacas, mandones y mandoncillos, los honrosos títulos a que hemos hecho mención. Todo esto, repetimos, por su espontaneo, valeroso e innegable. aporte a la campaña final de la independencia nacional.

No cabe duda, que esta histórica fecha constituye también otro de los destacados acontecimientos en la dilatada y por momentos critica historia de esta sugestiva comarca lambayecana de pasado esplendoroso.

Y no nos quepa la menor duda también, que deben haber sido momentos de intensa emoción patriótica los vividos en aquellos inigualables y álgidos días en la urbe de Lambayeque, que fundara el legendario y mítico Naylamp.

Para demostrarlo y teniendo como fuente principal la histórica acta que, para el efecto, el cabildo de Lambayeque suscribió, hagamos juntos una ligera remembranza de los hechos. Veamos.

Corrían los primeros días del mes de julio de 1822, el coronel Nicasio Ramallo ejercía el cargo de gobernador político y militar del pueblo de San Pedro de Lambayeque, en reemplazo del sargento mayor don Juan del Carmen Casós Barrionuevo. Ramallo, de nacionalidad argentina, había arribado al Perú, con el grado de teniente coronel, en la Expedición Libertadora del Sur comandada por el ilustre general argentino don José de San Martín y Matorras.

Precisamente el día 5, del citado mes y año, el aludido gobernador se había enterado, por correo, de la llegada de importantes documentos enviados por el Supremo Gobierno a través del despacho de Gobierno y Relaciones Exteriores. Inmediatamente, Ramallo, envió sendas esquelas de invitación a los miembros de la corporación edilicia lambayecana, con el objeto de que sin pérdida de tiempo se constituyeran, al siguiente día, a la sede del cabildo, y, en sesión extraordinaria, se diera cuenta del contenido de aquella documentación. 

Efectivamente, el acto se verifico en horas de la mañana del 6 de julio de 1822. Por la premura del tiempo hubo ausencia de algunos pocos cabildantes, Así y todo, estuvieron presentes, además del gobernador político y militar, los señores Santiago Leguía, alcalde de primera nominación; don Miguel Callo, regidor vice-regente del de segunda nominación; don Manuel Navarrete, don José María Costa, don José Antonio Burgos, el procurador sindico don Antonio Carrión y el secretario.

Siguiendo el procedimiento de rigor, que para estos casos exigía el reglamento, el procurador síndico hizo la presentación de los pliegos remitidos por el Supremo Gobierno a los miembros de la corporación allí reunidos. Seguidamente el alcalde procedió a abrirlos y enterar a los cabildantes de su contenido.

Nos imaginamos cual sería la sorpresa y la indescriptible emoción que embargó a los presentes al saber, por la lectura de una nota fechada el 16 de junio de 1822, en la que se adjuntaba un ejemplar del decreto inserto en la “Gaceta Ministerial”, del 15 de junio de 1822, por el que al pueblo de Lambayeque se le concedía el título provisional de Ciudad y el honroso blasón de Generosa y Benemérita, por ser una de las primeras […] que proclamaron su adhesión a la causa continental”, y por los caros servicios que ininterrumpidamente venía prestando a la campaña final de la independencia nacional.

El histórico Decreto, del 15 de junio de 1822 (emitido veintiún días después de la victoriosa batalla de Pichincha 24/5/1822), estaba refrendado por el ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores don Bernardo Monteagudo (de nacionalidad argentina), por orden del Supremo Delegado don José Bernardo de Tagle y Portocarrero, natural de Lima y IV Marqués de Torre Tagle.

Fueron tales las muestras de regocijo en el viejo recinto consistorial, que los presentes, al tomar cada uno el uso de la palabra, no dudaron en manifestar, en altas e inteligibles voces, los mayores sentimientos de gratitud al Supremo Gobierno del estado. Con la expedición de este Decreto veían, en gran medida, satisfechos los denodados e ingentes sacrificios que venía realizando el antiguo, ubérrimo e importante, partido de Lambayeque, en aras de la anhelada libertad.

La algarabía llegó a su punto máximo, cuando uno de los cabildantes propuso al pleno, que en eterna gratitud al dignísimo “Protector Excmo. Sr. Don José de San Martín”, el pueblo de Lambayeque debería, en adelante, titularse: generosa y benemérita ciudad de San Martín de Lambayeque. La corporación, por unanimidad, tomo como suyo el pedido, y en uso de sus facultades acordó elevar - a vuelta de correo - al Excmo. Supremo Delegado se sirva aprobar esta manifestación de la recomendable Lambayeque, por su gratitud al Héroe Libertador del Perú, tal y consta en el acta que para el efecto se suscribió. Sin embargo, como es obvio, el pedido no llego a cristalizarse.

Han pasado exactamente 200 años de la promulgación de este histórico Decreto, que, sin duda, constituye una fecha que hoy, los lambayecanos de cuna y adopción, debemos recordar con unción patriótica.

Recordemos también, de paso y de nuevo, que el Decreto provisional, anteriormente citado, fue confirmado el 18 de diciembre del mismo año, por la Suprema Junta Gubernativa del Perú, […] atendiendo a los auxilios que prestó al Ejército Libertador antes y después de su ingreso a esta capital, y al ejemplo que dio a los demás pueblos de aquel Departamento en la proclamación de la independencia.”

La Junta Gubernativa del Perú, fue un cuerpo colegiado que se hizo cargo del poder ejecutivo tras la renuncia del general José de San Martín, hasta entonces Protector del Perú. Fue creada el 21 de septiembre de 1822 por el primer Congreso Constituyente del Perú.

Los miembros de la Junta fueron escogidos de entre los diputados del mismo Congreso y fueron los siguientes: José de La Mar (presidente), Felipe Antonio Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano, conde de Vista Florida. Estos personajes fueron los que firmaron el Decreto confirmatorio antes mencionado.

Para terminar, debemos acotar: que además de conmemorarse en esta fecha el Bicentenario de la justa elevación del pueblo de Lambayeque al rango de “Ciudad” y otorgársele el honroso título de “Generosa y Benemérita”, se celebra también un aniversario más de la importante feria y evento denominado: “Día de la Gastronomía Lambayecana”. Que el 15 de junio, de cada año, y en recuerdo a esta histórica fecha, se realiza en esta ciudad a propuesta de la “Asociación Lambayecana de Gastronomía”, creada en 2018, en su tenaz lucha porque esta región sea considerada “Capital de la Gastronomía Nacional”. La feria y el evento gastronómico, fue respaldada mediante Resolución emitida en 2019, por el Municipalidad Provincial de Lambayeque, que presidía, en su momento, el burgomaestre lambayecano ingeniero Alexander Rodríguez Alvarado.



APÉNDICE

 

Acta de proclamación de la independencia de Lambayeque

27 de diciembre de 1820

 

    “En el pueblo de Lambayeque, a las diez de la noche del día de hoy, veintisiete de diciembre de mil ochocientos vente, y primero de la independencia de este pueblo, los señores doctor don Pedro Antonio López y Vidaurre, alcalde de primera nominación y abogado de la audiencia nacional del distrito; don Melchor Sevilla, alcalde de segunda nominación y teniente del escuadrón (de milicias) de Pacasmayo; los regidores, Dr. D. José maría Muga, alguacil mayor y subteniente del regimiento de infantería de milicias de este pueblo; don José Manuel Poemape, depositario de la caja de propios; don Eugenio Crisanto Yerren; don Valentín Mondragón, subteniente de milicias de infantería de este partido y alcalde provincial, don Pedro Yuyas; los síndicos procuradores Mariano Quesada y don Hilario Gil – que componen el primer ayuntamiento de esta población – se han reunido los señores susodichos en hora imtempestiva (sic) y en la casa del señor alcalde de segunda nominación don Melchor Sevilla, por graves varias razones, siendo entre ellas, la que más ha obligado a esta Junta, extraordinaria en tiempo y lugar, eludir el continuo espionaje y las trabas que, por ser español europeo el subdelegado presidente (Manuel Jacinto Romero) podría oponer a las miras beneficiosas de esta corporación, si se reuniese en la casa consistorial; resolvieron cautelarlo todo del modo expresado y, en su consecuencia, después de haber hecho presentes las diversas cartas del Excmo. Sr. D. José de San Martín, general del Ejército Libertador del Perú, escritas a varios individuos de este cuerpo, y conferenciado muy detenidamente sobre el espíritu de todos sus capítulos; e igualmente después de haber balanceado la justicia de la causa que defiende, por cortejo de sus papeles públicos, superiores en todo a los buenos conceptos de los papeles de lima; convencidos, en mérito de todo, de la buena causa que defienden las armas patrióticas, de cada uno anticipadamente estaba persuadido; y tratando de dar ejemplo a los demás cabildos de esta provincia, adicto al sano sistema de la libertad e independencia de la América del gobierno español, a que desgraciadamente ha estado sujeta hasta el día, por el duro sistema colonial, deseando romper las cadenas opresoras de tan ignominiosa esclavitud – por un rasgo generosos y unido de la libre y espontánea voluntad de este ilustre cuerpo – ha resuelto jurar, como de facto jura, la independencia absoluta del gobierno español, por sí y a nombre de toda esta población a quien representa, satisfecho, hasta la evidencia, de ser este voto común, subordinándose totalmente al sistema de constitución y leyes que el gobierno supremo de la Patria estableciere para el arreglo, buen orden y felicidad de todos sus hijos nacidos en esta América, protestando ante Dios, y la faz de todo el universo, sostener y defender, con sus vidas y haciendas, la santa religión que profesa, los códigos y las leyes que en lo presente y futuro dictare la Patria para el mejor orden y régimen de sus pueblos, previniendo que, si este juramento no lo hace con todas las demostraciones y solemnidad que desea este cuerpo, y el modo público que correspondería, no es por otra causa que la de evitar el escándalo de las opiniones de los jefes militares de esta población, que juzgan poder contrariar sus votos y juramentos, en mérito del total recato y falta de noticia de este ayuntamiento, conque ha procedido hasta el día el señor comandante militar, acerca de cuanto se le ha comunicado de oficio sobre el estado de los negocios públicos; para cuya constancia así lo dijeron y firmaron, previniendo que, sacándose copia certificada de esta acta, se remita, en tiempo oportuno, al Excmo. Sr. Capitán general y en jefe del Ejército Libertador, para su superior satisfacción, siendo del resorte de esta corporación el manifestar – variadas las circunstancias – de un modo solemne y público, sus sentimientos patrióticos, en celebridad del día feliz en que ha recuperado el Perú la antigua libertad en que fué creado por el Eterno, de que certificamos.- Firmados: - Dr. Pedro Antonio López y Vidaurre.- Melchor Sevilla. – José María Muga.- Eugenio Crisanto Yerrén.- José Manuel Puémape.- Pedro Yuyas.- Valentín Mondragón.- Dr. Mariano Quesada.- Hilario Gil.- Ante mí; José Manuel Otiniano, secretario patriótico”. 


ACTA DEL CABILDO DE LAMBAYEQUE

6 DE JULIO DE 1822


En esta benemérita y generosa ciudad de Lambayeque, a los seis días del mes de julio de mil ochocientos veintidós, tercero de su libertad e independencia, junta y congregada esta ilustre municipalidad en la sala consistorial, compuesta dicha corporación de los señores don Nicasio Ramallo, gobernador político y militar de este partido, etc.; el señor don Santiago Leguía, alcalde de primera nominación; don José Manuel Callo, regidor vice-regente del de segundo¸ don Manuel Navarrete, don José María Costa, don José Antonio Burgos y el procurador síndico don Antonio Carrión, con el objeto de abrir los pliegos que en este presente correo ha recibido del Supremo Gobierno por el Ministerio de Estado y Relaciones Exteriores, a cuyo efecto se ha celebrado este extraordinario; y habiéndose presentado en él por el procurador síndico los expresados pliegos, los que, abiertos por el señor presidente, se encontró la nota del señor ministro de Estado D. Bernardo Monteagudo, con fecha dieciséis del próximo pasado junio, a la que fue adjunto un ejemplar del decreto inserto en la “Gaceta Ministerial”, N°. 48, tomo II, por el que el Supremo Gobierno del Estado se ha servido conceder el título de ciudad a esta capital de Lambayeque, con el renombre de “generosa y benemérita”, cuyo tenor es como sigue: - Ministerio de Estado. – Los procuradores de la ciudad de Lambayeque han elevado al Supremo Gobierno una representación, exponiendo los interesantes servicios de aquel partido, a la causa pública, especialmente mientras el Ejército Libertador fundaba casi toda su subsistencia en los recursos de la costa del Norte. Entre los notables servicios de aquel vecindario, no es justo olvidar que fue uno de los primeros que proclamaron su adhesión a la causa continental, y que ha acreditado, desde entonces con no interrumpidos sacrificios – Su heroico patriotismo, la importancia de su población, y el interés que resultará al Estado de sus adelantamientos, añaden doble razón a la exposición de los procuradores de Lambayeque; y, guiado el gobierno por sentimientos de justicia, ha resuelto lo que sigue: 

    El Supremo Delegado. – Ha acordado y decreta: - 1°. Se expedirá el título provisional de Ciudad a la capital del partido de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita. – 2°. Se establecerá una escuela de primeras letras, con la dotación de trescientos pesos de los fondos de aquella municipalidad, y con sujeción a las variaciones que exija el plan de instrucción pública, luego que las circunstancias permitan realizarlo. El ministro de Estado queda encargado de presentar este decreto al Poder legislativo, para su sanción. -  dado en el palacio del Supremo Gobierno, Lima, a quince de junio de mil ochocientos veintidós. – 3° Firmado: Trujillo. – Por Orden de S. E., Bernardo Monteagudo. –

En este acto, la ilustre corporación y cada uno de sus individuos manifestaron los mayores sentimientos de gratitud al Supremo Gobierno del Estado por la gracia concedida a esta benemérita población, a quien representan, viendo recompensados, por esta primera vez, los ingentes sacrificios y patrióticos sentimientos de esta población, que, entre los ominosos compromisos de la dominación española, levanto con energía la voz, por su decisión a la sagrada causa de nuestra independencia; ofreciendo cada uno de los dichos señores el continuar personalmente, y avivar entre los demás individuos de esta población el fuego patriótico que han manifestado siempre en sus corazones para seguir las banderas de la madre patria, y exponer sus personas y sus vidas, hasta conseguir la extinción de las últimas reliquias de la opresión, y prestar los auxilios necesarios a tan sagrado fin; determinando, por último, se diesen las gracias al Supremo Gobierno, por la correspondiente nota, a nombre de la Municipalidad – En consecuencia, determino la misma corporación que, para la eterna memoria del reconocimiento en que el Perú, en general, y cada una de sus provincias y partidos en particular, deben, al Excmo. Sr. Don José de San Martín, dignísimo Protector, por las fatigas y empeño que le ha costado la independencia e independencia del Estado, usará de una de sus atribuciones, agregando, al renombre de generosa y benemérita, la expresión de San Martín, debiendo, por esto, titularse esta población: la generosa y benemérita ciudad de San Martín de Lambayeque, para cuya confirmación debía suplicarle al Excmo. Supremo delegado se sirva aprobar esta manifestación de la recomendable Lambayeque, por su gratitud al Héroe Libertador del Perú. – Para cuya constancia, y encargando antes a este gobierno * la orden de los regocijos públicos que puedan efectuarse, en consideración a las circunstancias de la población, y a las de hallarse nuestro ejército entre las angustias de procurar exterminar las últimas reliquias de nuestra opresión; firmaron los expresados señores que se hallaron presentes, no habiendo asistido los demás, por ausencia de unos y enfermedad de otros, de que certifico. – Nicasio Ramallo. - Santiago Leguía. - José Manuel Callo. – Manuel Navarrete. – José María Costa. – José Antonio Burgos. – Antonio Carrión. – Francisco Pozo, secretario.

    


Decreto del 15 de junio de 1822


El Supremo Delegado. – Ha acordado y decreta: - 1°. Se expedirá el título provisional de Ciudad a la capital del partido de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita. – 2°. Se establecerá una escuela de primeras letras, con la dotación de trescientos pesos de los fondos de aquella municipalidad, y con sujeción a las variaciones que exija el plan de instrucción pública, luego que las circunstancias permitan realizarlo. El ministro de Estado queda encargado de presentar este decreto al Poder legislativo, para su sanción. -  dado en el palacio del Supremo Gobierno, Lima, a quince de junio de mil ochocientos veintidós. – 3° Firmado: Trujillo. – Por Orden de S. E., Bernardo Monteagudo. –

 


Decreto del 18 de diciembre de 1822


La Suprema Junta Gubernativa del Perú, comisionada por el Soberano Congreso Constituyente – Por cuanto el mismo ha declarado lo siguiente:

    El Congreso Constituyente, atendiendo a los auxilios que prestó al Ejército, antes y después de su ingreso a esta capital, y al ejemplo que dio a los demás pueblos de aquel departamento en la proclamación de la independencia, la población de Lambayeque, partido de ese nombre – Ha venido en decretar y decreta – Que confirman el título provisional de ciudad a la población de Lambayeque, con el renombre de generosa y benemérita, que se le expidió, en 15 de junio de este año, por el Gobierno provisorio. – Tendréislo entendido, y dispondréis lo necesario a su cumplimiento, mandándolo imprimir, publicar y circular. – Dado en la casa del Congreso, en Lima, a dieciocho de diciembre de 1822. – 3° de la Independencia. – 1° de la República – Juan Antonio Andueza, presidente. – Gregorio Luna, diputado secretario. – Por tanto, ejecútese, guárdese y cúmplase en todas sus partes por quien convenga. Dará cuenta de su cumplimiento el secretario de su despacho en el departamento de Gobierno. – Dado en el palacio de la Junta Gubernativa, en Lima, a los dieciocho días de diciembre de mil ochocientos veintidós. – 3°José de la Mar. – Felipe Antonio Alvarado. - El Conde de Vista Florida. – Por orden de S. E.- Francisco Valdivieso.


Fotografía

Guillermo Luna Lorenzo (Memo Luna).