domingo, 9 de junio de 2019

El retablo de Nuestra Señora de Fátima. Iglesia San Pedro de Lambayeque

Retablo de Nuestra Señora de Fátima (Memo Luna 2018)

El retablo de Nuestra Señora de Fátima, conocido también como retablo de Las Tres Marías, se encuentra ubicado en la nave del Evangelio de la iglesia San Pedro de Lambayeque. Es de estilo rococó o post-barroco, se compone de banco, dos cuerpos horizontales y tres calles verticales con soportes de cabezas modillón con follaje en la parte inferior de la pilastra. Cuenta también con una exenta mesa de altar, de madera policromada y dorada, a sus pies.

Ésta maquina lignaria se encuentra cubierta enteramente con finas hojas de pan de oro y policromada. Data de finales del siglo XVIII y su autor es anónimo. Debemos agregar que el retablo se encontraba en mal estado de conservación por lo que fue intervenido con recursos proporcionados por la parroquia de Lambayeque, siendo administrador eclesiástico el P. Freddy Beltrán García.

Otra vista del retablo, pero esta vez con las puertas de la hornacina principal cerradas
Repertorio iconográfico

En la hornacina principal del primer cuerpo del retablo, se encuentra la imagen titular de la Virgen de Fátima, o Nuestra Señora de Fátima, elaborada en yeso policromado. Mide aproximadamente 160 centímetros, incluyendo, en la medida, los nueve centímetros de altura de la peana de madera en que se levanta. Se trata de una imagen contemporánea (siglo XX) de autor desconocido.

A la Virgen se le representa de pie y de frente con sus pies calzados de sandalias posados en un copo de nubes. El rostro ovalado y de aspecto joven. Su cabeza ha sido coronada por un nimbo de metal dorado con doce estrellas alusivas, según algunos estudiosos, a las doce tribus de Israel, o, según otros, a los doce apóstoles. Lleva una túnica o vestido blanco hasta los pies, ceñida su cintura un cinturón dorado y cerrado el cuello con un cordón también dorado. Un manto blanco con ligeros tonos celestes y de ribetes dorados la cubre desde la cabeza hasta los pies. Las manos juntas en actitud orante y un rosario entre ellas...«Ni triste, ni alegre, sino seria». Festividad 13 de mayo.

Imagen de Nuestra Señora de Fátima (Memo Luna 2019)

En la hornacina lateral derecha del retablo, desde el punto de vista del espectador, la imagen de la Inmaculada Concepción de María. Efigie contemporánea (siglo XX) realizada en yeso policromado y de autor desconocido. Se representa a la Virgen María como una joven de bello rostro ovalado. Con labios y mejillas sonrosadas. Con los cabellos largos cubriéndole buena parte de la espalda hasta debajo de la cintura. Su cabeza coronada por un limbo de metal dorado. Esta vestida con túnica color marfil y manto celeste terciado sobre el hombro izquierdo al que sostiene con las manos juntas sobre el pecho. La cabeza ligeramente ladeada hacia el lado izquierdo. A sus pies una media luna y una serpiente. Se posa sobre un copo de nubes esponjosas de las que emergen tres querubines. Su festividad 8 de diciembre.

Inmaculada Concepción de María (Memo Luna 2019)

En la hornacina de la calle lateral izquierda, la imagen de Nuestra Señora de Lourdes. Efigie elaborada en yeso policromado. Data del siglo XX y su autor es anónimo. La imagen sigue la descripción que Bernadette Soubirous hiciera de la Señora, con ocasión de su aparición en Lourdes: Joven. Vestida de blanco con una cinta de color azul a la cintura que le cae por el frente. El rostro ovalado con la mirada hacia lo alto y las manos juntas en expresión orante, un rosario le cuelga del brazo derecho. Una rosa dorada en cada pie. La corona un nimbo de metal dorado con la inscripción: “Soy la Inmaculada Concepción”. Es la Patrona de los enfermos y su festividad el 11 de febrero. 

Nuestra Señora de Lourdes (Memo Luna 2019)
En la hornacina central del segundo cuerpo se ubica la escultura de San Agustín de Hipona. Fue obispo de Hipona, en África. Es fundador de la Orden que lleva su nombre.

Se trata de una efigie de vestir realizada en madera policromada, ojos de vidrio. Data de finales del siglo XVIII y su autor desconocido. San Agustín de Hipona, aparece representado de pie y de frente, con el rostro de tonos claros, cabellos cortos, con bigote y abundante barba ondulada que le cubre el cuello. Viste túnica color negro, ciñe su cintura un cinturón dorado y sobre su testa una burda mitra de latón color plata. Originalmente su vestimenta debe haber sido la que corresponde a un Obispo. Sus brazos flexionados hacia delante, a la altura de la cintura. La mano derecha en actitud de sostener el báculo o cayado de madera con el extremo superior curvo, y en la palma de la mano izquierda el libro de la Orden o en su defecto la maqueta de una iglesia, por ser considerado como uno de los cuatro sabios y doctores de ella. La iglesia católica, apostólica y romana honra su memoria el 28 de agosto de cada año.

San Agustín de Hipona
En las hornacinas laterales del segundo cuerpo del retablo se encuentran dos significativas tallas barrocas de vestir, realizadas en madera policromada y ojos de vidrio, que a todas luces datarían de mediados del siglo XVIII, su autor es anónimo.

Sin duda se trata de un grupo escultórico conformado, en un principio, por el Patriarca San José, la Virgen María y el Niño Jesús. En otras palabras: La Sagrada Familia de Nazaret. Suponemos que la pequeña efigie del Niño desapareció hace ya muchos años atrás, de ahi que no se tenga memoria de Él. Actualmente las dos tallas restantes se encuentran separadas y, dado su volumen, en hornacinas distintas.

Así tenemos: en la hornacina de la calle lateral izquierda del retablo se encuentra la efigie de la Virgen María. Se le representa con el rostro ovalado y de aspecto joven. Tiene la cabeza ligeramente inclinada hacia el hombro izquierdo. Frente amplia y despejada. El cabello recogido hacia atrás y cayéndole sobre los hombros, dejando traslucir ambos pabellones auditivos. Cejas ligeramente arqueadas. La mirada hacia abajo, en clara actitud de observar al Niño. Los párpados bien dibujados y los pelos de las pestañas pintados sobre la madera. La nariz larga y recta. Las mejillas sonrosadas. Los labios pequeños, en forma de corazón, cerrados y pintados de rojo. El mentón redondeado. Viste túnica larga de cuello redondo y color fucsia oscuro que le deja ver los pies calzados de zapatos negros. Pintada sobre el pecho una flor de lis de color dorado como símbolo de la Virgen María. La pierna derecha flexionada en clara actitud de dar un paso y los brazos (articulados) extendidos y abiertos.

Efigie de la Virgen María
En la hornacina lateral de la calle del lado derecho del segundo cuerpo del retablo se ubica la efigie del Patriarca San José. Se le representa en la plenitud de su edad, con el cabello recogido hacia atrás y cayéndole sobre los hombros, un pequeño mechón de pelos le cae sobre el lado izquierdo de la frente amplia y despejada. La nariz recta, las cejas delineadas y los párpados bien dibujados. La cabeza ligeramente inclinada hacia el hombro derecho. Mirada hacia abajo, en actitud de contemplar al Niño. Bigote y pequeña barba bífida. Mejillas sonrosadas y labios pintados de rojo. Viste túnica pintada de color verde, que deja traslucir los pies calzados de sandalias. La pierna izquierda ligeramente flexionada. Los brazos (articulados) extendidos y abiertos.

Efigie del Patriarca San José