lunes, 9 de julio de 2012

El retablo del Señor de la Exaltación. Iglesia San Pedro de Lambayeque


El Retablo del Señor de la Exaltación (Grupo del Calvario)
Se trata de un retablo de madera policromada, de pequeñas proporciones y gran sencillez. Se ubica en la nave del Evangelio, al lado izquierdo del primer tramo de ingreso al Templo lambayecano. Es de estilo neoclásico y  se compone de un solo cuerpo y ático con  pináculos en sus extremos, corona el retablo un sol radiante rematado en una Cruz. Data de principios del siglo XIX y su autor es anónimo

Su función es enmarcar el gran camarín de dosel, con puertas decoradas, que custodia el conjunto del Calvario que consta de cuatro figuras: Cristo Crucificado; la Virgen, a su derecha, María Magdalena de rodillas y San Juan, a su izquierda. La apertura de la hornacina  queda flanqueada por columnas dóricas de fuste liso sobre pedestal. Estas columnas tienen una característica especial ya que son huecas y están armadas por medio de tablillas de madera colocadas en sentido vertical. Cubre el techo de la hornacina una pintura mural al óleo representando al Padre Eterno bendiciendo con la bola del mundo, rodeado por cuatro querubines de rostros indígenas. El retablo descansa sobre una base rectangular de ladrillo con mortero de cal. La mesa de altar de madera ha sido recientemente restaurada. El ingreso a esta capilla es a través de una verja de balaustres de pequeña altura, elaborada en fina madera de cedro.
   
Repertorio iconográfico:

El Señor de la Exaltación. Escultura de madera policromada. Mide 1.73 m. de altura. Data de finales del siglo XVIII o comienzos del XIX. Su autor es anónimo. 

Tema iconográfico. "La crucifixión de Cristo es el tema central de la iconografía cristiana y especialmente de la católica. A Cristo se le infringió el sufrimiento que correspondía a los esclavos fugitivos o en rebelión, condena esencialmente romana pero de origen persa. Este episodio de la vida de Cristo es el más estrictamente probado como hecho histórico y es además el principal argumento de la redención de la doctrina cristiana: la Sangre de Dios encarnado como hombre es derramada para la redención de todos los pecados" (Amparto López Redondo).
   
Descripción. Es un Cristo Muerto de tamaño natural, que reclina la cabeza hacia la derecha y hacia delante. Se fija a la cruz, de tablero plano, con tres clavos, cruzando el pie derecho sobre el izquierdo. Los brazos extendidos son articulados. Su frente es despejada y las cejas de trazos finos y rectos. Los ojos, de grandes párpados, aparecen prácticamente cerrados. La nariz es recta y amplia, dotada de aletas de correctas dimensiones. Los pómulos acusados y en la mejilla derecha se puede observar la herida producida por el bastonazo que le dio un guardián del sumo sacerdote Caifás. La boca, de pronunciado labio inferior, aparece entreabierta pudiéndose apreciar la lengua. La cabellera se presenta repartida, desde el centro de la bóveda craneana, cayendo un gran mechón elaborado a base de finos y movidos rizos, sobre el pectoral derecho. En el lado opuesto el pelo se desliza hacia la zona escapular, dejando libre el cuello y parte del pabellón auditivo del mismo lado. La barba, apuntada y ligeramente bífida, está tratada con la misma técnica de la cabellera. El cuerpo desnudo, de anatomía ampulosa, muestra las heridas y llagas causadas por el vía crucis y la crucifixión, la sangre le mana abundante de la herida del costado derecho abierta. Solo se cubre con un paño de pudor, sin ninguna ampulosidad, que rodea las caderas y se enlaza al centro del pubis. Sobre la testa porta corona y tres potencias elaboras en metal dorado. Su estado de conservación es bueno aunque se encuentra cubierto de polvo.


Vista del rostro, lado derecho



Vista del rostro, lado izquierdo



El Señor de la Exaltación (detalle)


La Virgen Madre Dolorosa
, es una imagen "de vestir" o "de candelero", solamente la cabeza, brazos y manos (articulados) están realizados en madera policromada, posee ojos de cristal. Data de finales del siglo XVIII y su autor es desconocido. Mide 1.45 m. de altura.

La Virgen María, Madre Dolorosa

Tema iconográfico. El misterio de la participación de la Virgen María, Madre Dolorosa, en la pasión y muerte de su Hijo Jesús es, tal vez, el acontecimiento evangélico que ha encontrado una más amplia, notable e intensa repercusión en la religiosidad popular. Es en este, por demás, lamentable suceso donde encontramos el significado primero y último de la Dolorosa. 

Descripción. La Virgen esta de pie expresando abiertamente su dolor. La cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. El rostro ovalado y completamente repintado, los elementos compositivos de la cuenca orbital del ojo derecho lamentablemente han desaparecido, igual suerte están a punto de correr los de la cuenca orbital del lado izquierdo. Las cejas, de trazado rectilíneo, no siguen el rumbo de la talla. La nariz  recta y los labios imperceptiblemente entreabiertos. Justo encima del labio superior del lado derecho un pequeño lunar de color negro. La imagen se encuentra con las manos entreabiertas y separadas, en algunas ocasiones se coloca un pañuelo en su mano derecha. Mira hacia arriba, hacia la Cruz donde yace Cristo. Viste el hábito de una monja: túnica blanca y manto negro confeccionados en burdas telas. Una tosca e inadecuada corona su testa. Su estado de conservación es malo.
   
María Magdalena, imagen de candelero para vestir. Cabeza, brazos (articulados) y manos de madera policromada, ojos de cristal. Data de finales del siglo XVIII y su autor es anónimo.

María Magdalena

Tema iconográfico. A María Magdalena se le menciona, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada santa por la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio. Reviste una especial importancia para las corrientes gnósticas del cristianismo. Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: María de Magdala, localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades.

Descripción. Se le representa de rodillas al pie de la Cruz. La cabeza ligeramente inclinada hacia la izquierda. El rostro ovalado, la frente ancha y despejada, la cabellera corta y pegada al craneo, cejas delineadas, las mejillas y los labios sonrosados, la boca ligeramente entreabierta y la nariz recta. Los elementos compositivos de la cuenca orbital del ojo derecho han desaparecido. Los brazos flexionados, a la altura de la cintura, y las manos separadas y abiertas. Viste túnica rosada y manto celeste, confeccionados en burdas telas. Su estado de conservación es malo.
    
El apóstol San Juan. Se trata de una lograda talla de madera policromada con ojos de cristal, de cuerpo entero y de regular tamaño. Data de finales del siglo XVIII y su autor es  desconocido.


San Juan Evangelista

Tema iconográfico. Juan era hijo del pescador Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, discípulo del Bautista y apodado "hijo del trueno". Fue llamado por Jesús al mismo tiempo que su hermano, como uno de los doce apóstoles y se convirtió en el discípulo preferido. Participó con Pedro y Santiago de los episodios más significativos de la vida de Jesús. Asistió a las bodas de Caná. Es uno de los tres apóstoles que acompañaron al Maestro en el monte Tabor, durante su transfiguración, y en el del Los Olivos, durante su agonía. En la Última Cena recostó su cabeza en el pecho del Señor. Estuvo con María "junto a la cruz", y es aquí donde, desde lo alto de la Cruz, Cristo le confiere la misión de cuidar a su madre. Fue después testigo, junto a Pedro, del sepulcro vacío. Predico el Evangelio en Judea y Asia Menor. Fuentes muy antiguas -algunas legendarias- señalan que vivió primero en Antioquia y luego en Éfeso, donde escribió el cuarto Evangelio. Luego viajó a Roma donde, por orden del emperador Tito Flavio Domiciano, fue echado (ya cerca de los noventa años de edad) al aceite hirviendo; salió indemne del suplicio y fue deportado a la isla de Patmos, donde habría escrito el Apocalipsis. Murió a finales del siglo I.
   
Descripción. Dentro del conjunto es el que presenta una actitud más declamatoria y abierta. Con la cabeza ligeramente inclinada a la derecha eleva su mirada hacia Cristo, a la vez que abre los brazos, en diagonal, el derecho lo eleva hacia el crucificado. Por contra el brazo izquierdo lo extiende hacia fuera. Se le representa joven e imberbe: el más joven de los doce apóstoles, el virginal. Con los cabellos lacios y recogidos hacia atrás, la frente es ancha y con imperceptibles arrugas, las cejas pobladas y horizontales, el entrecejo ligeramente fruncido, la nariz recta y los pómulos acusados. La boca, de finos labios, entreabierta, dejando traslucir la lengua, el mentón ligeramente partido y pronunciado. La expresión de su mirada, las visibles ojeras y las dos pequeñas lágrimas pintadas, le imprimen al rostro una clara sensación de angustia y  dolor. Viste una burda túnica color rosado, que le llega por debajo de las rodillas, pudiéndose observar ambos pies descalzos. Su estado de conservación es regular.




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