El recordado fraile dominico Miguel Matamala Ortiz, en una de las festividades del Corpus Christi en Lambayeque
La fiesta del Corpus Christi. Antecedentes
En el calendario de la Iglesia Católica Apostólica
y Romana el Corpus Christi, o del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es la fiesta
que honra la presencia de Cristo en el Sacramento de la Eucaristía. Fue
instituido el Jueves Santo en la Última Cena, donde Jesús convirtió el pan y el
vino en su cuerpo y sangre. Con los siglos se ha convertido en uno de los
momentos más grandiosos que registra el mundo cristiano y una de sus fiestas más
importantes y representativas de ahí que se le reconozca como la fiesta de
fiestas.
La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al
siglo XIII. Dos extraordinarios eventos contribuyeron a la institución de la
fiesta de la Eucaristía: Las visiones de la beata de la Orden agustina Juliana
del Monte Conillón en Lieja (Bélgica), y el milagro eucarístico de Orvieto /
Bolsonia.
El ardiente amor al Santísimo Sacramento de la
beata Juliana del Monte Conillón, la llevo a emplear todas sus energías a
introducir y promover la fiesta del Corpus Christi. Deseo intensificado por una
visión que ella tuvo de la iglesia bajo la apariencia de luna llena con una
mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.
Con respecto al segundo evento, cuenta la
tradición que en el año 1263 (siglo XIII), mientras el sacerdote alemán, Pedro
de Praga, celebraba la misa junto a la tumba de Santa Cristina en la iglesia de
la localidad de Bolsena (Italia), al romper la hostia consagrada brotó sangre
salpicándole las manos, el altar y el corporal.
Este hecho fue comunicado de inmediato al Papa
Urbano IV que tenía su residencia en Orvieto, cercano al pueblo de Bolsena. En
1264, pasado un año del singular acontecimiento, la festividad fue establecida por
el mismo Papa, ordenando se conmemorará el jueves después del domingo de la
Santísima Trinidad. El Papa otorgaba al mismo tiempo muchas indulgencias a todos
los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio.
La liturgia, considerada como una de las más
hermosos del breviario Romano, fue compuesta por Santo Tomás de Aquino, por petición
del Papa, además de la creación de cantos e himnos para celebrar a Cristo
Eucaristía, entre los que destaca la secuencia “Lauda Sion” que se canta en la
Misa de Corpus Christi.
Posteriormente, en 1311, el Papa Clemente V lo
ratificó. Se sabe que en ese año se celebró por primera vez en la ciudad
española de Barcelona. El Papa Juan XII, consolidó definitivamente esta
celebración sobre todo en el norte de Europa. Actualmente el Corpus Christi es
una festividad movible al igual que en España, salvo la ciudad de Sevilla que
aún conserva la tradición de conmemorarla pasados exactamente los 60 días del
domingo de Pascua de Resurrección.
En el Concilio de Vienne de 1311, Clemente V
dará las normas para regular el cortejo procesional en el interior de los
templos e incluso indicará el lugar que deberán ocupar las autoridades que quisieran
añadirse al desfile. En el año 1316, Juan XXII introduce la Octava con
exposición del Santísimo Sacramento.
Ninguno de los decretos habla de la procesión
con el Santísimo, o sea la hostia consagrada al interior de una custodia, como
un aspecto de la celebración. Es en 1447, bajo el pontificado de Nicolás V, que
la festividad del Corpus Christi sale procesionalmente con la Hostia Santa por
las calles de Roma.
El arqueólogo e historiador trujillano Juan Castañeda Murga, nos dice:
“A diferencia de las procesiones no penitentes, la
del Corpus incluía un vocabulario del triunfo heredado de los desfiles romanos
como arcos triunfales, conocidos también como posas. Las calles del recorrido
eran engalanadas y, en vez del emperador triunfante, estaba la hostia consagrada
que representaba a Cristo como el supremo vencedor. De esta manera, se
celebraba no solamente el triunfo de Cristo sobre la muerte, sino también sobre
el pecado y la herejía. La visualización del Corpus incluyó entonces las
victorias de la Cristiandad sobre los infieles, incluyendo a los moros y a los
indígenas en los Andes” (Ob. cit., 2006:
233).
A finales del siglo XVIII, formaba parte de la
víspera y del día mismo de la fiesta en Lambayeque el desfile de unos gigantes
que recorrían las calles del pueblo. No cabe duda una fiesta barroca propia del
momento, algo similar, aunque salvando las diferencias, a las antiguas y
famosas procesiones del Corpus Christi de algunas ciudades importantes de
España.
El dato lo exhumamos de un viejo e inédito
testamento otorgado en artículo de muerte el 8 de mayo de 1792, por el indio
principal de Lambayeque don José Chudan al clérigo presbítero don Justo Siancas.
En una de las cláusulas del aludido instrumento
se lee lo siguiente:
Ítem. - Declara que los gigantes los deja con toda su decencia correspondiente como lo saben su mujer e hijos, y que sin disiparse se entreguen al Señor Sacramentado, y Santísimo Corazón en sus vísperas, y días festivos, y que acabadas sus funciones los guarde su mujer con el aseo como yo los tenia. Y para que haga fe como mejor haya lugar en derecho hago esta declaración jurando a Dios Nuestro Señor y esta señal de + en verbo Sacerdotis y no estar pechado ni llevar interés el mas leve de ninguno de los interesados, y lo firme a 8 de Mayo de 1792 (sic) (Archivo Regional de Lambayeque (ARL). Causas Civiles 1792).
Todo esto amenizado por un conjunto de músicos
armados de sus chirimías, caja y tambor. Lo que no sabemos exactamente es a que
o a quienes representaban los gigantones de cartón que al final de la procesión
bailaban en honor del Sacramento pese a la tajante prohibición del rey Carlos
III de 1780.
Desde los primeros años del siglo pasado, se conserva al interior de la antigua ramada de San Pedro, hoy Capilla “San Francisco de Asís”, una imagen de Santa Clara de Asís (Patrona de la ciudad de Asís y de la Orden de las Clarisas), extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento. La efigie se encuentra colocada en un nicho ubicado al lado derecho del altar principal de dicha capilla. Se le representa con uno de sus atributos principales: sosteniendo con su mano derecha y sobre su pecho un ostensorio o custodia eucarística conque, según testimonios avalados por testigos de la época, ahuyentó a los infieles sarracenos que, en 1241, atacaron la ciudad de Asís y el conventito de San Damián donde se encontraba en compañía de las monjas de su congregación.
Altar principal de la
Capilla “San Francisco de Asís” en Lambayeque
Imagen de Santa Clara de
Asís. Capilla “San Francisco de Asís” en Lambayeque
Ahora bien, sabemos que a partir de las primeras décadas del siglo XIX, las principales celebraciones religiosas en la ciudad de Lambayeque, lo
constituían, por orden de importancia, la de Semana Santa, considerada como una
de las fiestas más célebres en esta ciudad, por su popularidad y por su gentío.
Le seguía la del Corpus Christi, por su recogimiento y por su unción, la del
Sagrado Corazón de Jesús, que hacia época por ser fiesta de la aristocracia y
de la elegancia, y por último la festividad de Nuestra Señora del Carmen, cuyos
mayordomos, se dice, echaban la casa por la ventana con motivo de su
celebración.
Como
hemos visto la celebración del Corpus Christi, que no cabe duda debe tener muy antigua
data, se convirtió también, en la ciudad de Lambayeque, en una de las principales manifestaciones
del quehacer católico de la feligresía lambayecana.
Pero
lamentablemente, como en la mayoría de las conmemoraciones religiosas que desde
antaño se celebran en esta ciudad, es difícil ocuparnos con rigor de su proceso
histórico, de su devenir en el tiempo; en otras palabras, nos es imposible
reseñar, con honestidad, su historia. El motivo principal: la carencia de
fuentes documentales tempranas en los archivos públicos y eclesiásticos de
nuestra región. Sumémosles a estos obstáculos, la escasez de testimonios orales
veraces.
Estos
factores, entre otros, no permiten realizar una investigación seria, real y
justa, de esta importante festividad católica en Lambayeque, tal y como se han
efectuado en otras ciudades del Perú, como Cuzco y Trujillo.
Si
embargo, hemos logrado rescatar algunos interesantes datos que creemos servirán
como un claro testimonio de lo que, en algún momento, constituyó la celebración
de esta grandiosa festividad católica en la generosa y benemérita ciudad de San Pedro de Lambayeque.
Para esto hemos recogido algunos inéditos datos de entre la copiosa papelería que se conserva en el Archivo Regional de Lambayeque (ARL); una curiosa e interesante anécdota; logramos adquirir un viejo “Programa” alusivo a esta festividad; exhumado un antiguo inventario. lamentablemente muy deteriorado y trunco, de la Cofradía del Santísimo Sacramento en el Archivo de la Parroquia de Lambayeque (APL) y revisado los libros de actas, que felizmente aún se conservan, de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Lambayeque. Todo este exiguo material nos ha servido para poder rememorar, de alguna manera, la antigua y solemne festividad del Corpus Christi en Lambayeque. Veamos.
UNA ANTIGUA TRADICIÓN SOBRE LA FESTIVIDAD
DEL
CORPUS CHRISTI EN LAMBAYEQUE
Existe una interesante y anecdótica narración, de fines del siglo XIX, sobre esta festividad religiosa en Lambayeque. Se sabe que el 3 de junio de 1891, a las cuatro de la tarde, un voraz incendio destruyó totalmente el retablo mayor de la iglesia San Pedro de esta ciudad, aquel que mandara edificar, por el año de 1814, el presbítero don José Bernuy y Eslava, a la sazón mayordomo de la cofradía del Santísimo Sacramento. (Izquierdo Castañeda, 2005: 4,5). Se celebraba la semana del festival del Corpus Christi y una vela de cera encendida, de las muchas que solían colocar los feligreses a los pies del retablo mayor para dicha ocasión, fue la causante de tan irreparable pérdida.
Junto con el retablo se
perdió “la custodia que allí se guardaba que era una obra de arte y una joya
valiosísima. Esta Custodia solamente se sacaba en el Corpus y en ciertas
solemnidades notables. Era de oro purísimo, tenía incrustada una gran cantidad
de esmeraldas, rubíes y zafiros, siendo tan pesada que debían turnarse los
curas, cada cuadra, para poder sostenerla”.
Vanos resultaron los
denodados esfuerzos de la enorme cantidad de fieles reunidos al son de
arrebato, tocado por la campana de su única e imponente torre del lado sur, con
el propósito de tratar de contener o dominar el voraz incendio.
Lamentablemente, como lo hemos señalado anteriormente, esto no se pudo
conseguir.
Contaba una antigua tradición, felizmente hoy desaparecida, que la fiesta del Corpus Christi de 1890, “no había sido alumbrado por el sol”, por lo tanto, constituía un “castigo”, un “aviso” y, por último, “una maldición”. Todo esto debido a que los organizadores habían variado la fecha y el normal recorrido de la procesión. Es más, la ceremonia se realizó por la tarde, en vez de hacerlo por la mañana que era la costumbre, con solo el sacerdote bajo palio portando en sus manos la pesada custodia, sin la compañía de “andas o efigies de ninguna especie”. Esa premonitoria tarde solamente “un anda llevaba la Cruz Alta" (Barandiarán, 1938: 233,234). Antaño era costumbre que las cofradías asistieran a la procesión con sus imágenes titulares. Se deduce, según el relato, que esta participación fue perdiendo presencia a fines del siglo XIX, y que, a las finales, se prohibiera, no cabe duda, en aras de favorecer una mayor concentración en el Misterio principal.
A esta terrible falta se debió, le contaba el Sr. Augusto F. León a su hijo Augusto León Barandiarán, la total ruina del retablo mayor de la iglesia, la irreparable pérdida de la fina custodia y la fatídica presencia del recurrente fenómeno de el "Niño" en el verano del siguiente año de 1891. (Ibid.).
Cuentos, tradiciones o supersticiones aparte, lo cierto es que el retablo mayor fue consumido por las llamas en el citado año. Poco tiempo después de esta catástrofe se nombró una comisión presidida por el Sr. Carlos D. Pella, que se encargaría de la restauración del retablo mayor. Sin embargo el nuevo altar mayor fue realizado "enteramente de acero laminado en los Estados Unidos de Norteamérica, y se estrenó, en solemne ceremonia, la primera quincena de julio de 1899".(Menéndez Rúa, 1935: 157, 158).
En esta ocasión también
se bendijeron la hermosa Custodia, que hasta nuestros días preside la procesión
del Corpus Christi en esta ciudad, y la lograda imagen, de yeso policromado,
del Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en la hornacina central del primer cuerpo del
retablo rococó, forrado en pan de oro, consagrado a esta advocación, que se encuentra
en el muro testero de la nave del Evangelio.
Altar Mayor de la iglesia San Pedro de Lambayeque (Memo Luna, 2020)
La estructura de la cúpula o media naranja del crucero de la iglesia
San Pedro de Lambayeque, data también de 1899. Vino a suplantar a la antigua
cúpula realizada en ladrillo cal y canto, que se vino al suelo como
consecuencia de las voraces llamas que produjo el incendio del retablo mayor de
la iglesia en 1890. La moderna media naranja está compuesta de doce vigas
curvas de perfiles metálicos con tensores distribuidos radialmente, y cubierta
de gruesas planchas de zinc galvanizado empernadas y remachadas. La media
naranja remata en una linterna del mismo material. Se encuentra asentada sobre
un entablamento en anillo, de circunferencia perfecta, con friso decorado por
ménsulas y modillones, soportado por los cuatro arcos torales y sus cuatro
pechinas en los rincones. En las pechinas se pueden observar cuatro pinturas al
óleo realizadas por el pintor trujillano Manuel Márquez, entre los años de 1940
- 1943, con las figuras de Santa Rosa de Lima, San Martín de Porres, San Juan
Masías, todos de la Orden de Santo Domingo, y el apóstol San Pedro, patrono de
la iglesia y de la ciudad.
Cúpula o media
naranja. Iglesia San Pedro de Lambayeque (Memo Luna, 2018)
Debemos acotar, que el Congreso de la República, mediante Resolución Legislativa emitida el 26 de octubre de 1891, dispuso el derecho libre de derecho fiscal, a todas las piezas que formaban la cúpula o media naranja de la iglesia. Siete años después, el 14 de noviembre de 1898, el Congreso de la República, emitía otra Resolución Legislativa, esta vez, declarando libre de derecho fiscal la importación del altar mayor que los vecinos de Lambayeque habían mandado construir en los Estados Unidos de Norteamérica, para la iglesia San Pedro de esta ciudad.
LA HEMANDAD VEINTICUATRO O COFRADÍA DEL
SANTÍSIMO SACRAMENTO
EN LAMBAYEQUE (1878 - 1881)
A raíz de las torrenciales lluvias y
consecuente fatal inundación que asolara la ciudad de Lambayeque, como
consecuencia de la recurrente y fatídica presencia del fenómeno el “Niño” del
verano de 1871, catalogado por los especialistas de “muy fuerte”, la cofradía
entro relativamente en receso. Se sabe fueron años muy difíciles para los
pobladores de esta ciudad.
Recuperados los ánimos, se reunieron, el 29 de
septiembre de 1878, en la iglesia parroquial San Pedro de esta ciudad un
selecto grupo de personajes lambayecanos bajo la presidencia del párroco Manuel
Orbegoso, todos “animados del religioso deseo de que se reorganice la Hermandad
Veinticuatro para tributar el debido Culto del Santísimo Sacramento” que para
esa fecha se encontraba “en estado decadente por falta de ese cuerpo que se
encuentra y que ha existido en esta ciudad desde tiempo inmemorial”. En la
reunión el párroco presentó y dio lectura a un Proyecto de Reglamento que a su
entender debería regir los destinos de la Hermandad.
El Proyecto fue debatido y luego aprobado por
unanimidad. La Hermandad quedó instalada y conformada por los siguientes
cofrades: Mariano Pastor Sevilla, subrogado poco después por Fructuoso Eneque;
Juan Manuel Iturregui Montalvo; Gregorio del Castillo; Guillermo Valentín Fry;
José María del Castillo; Manuel de Neco; Salvador Olivares; Antonio O.
Fernández, subrogado por Ricardo Iturregui; Juan Aurich; Salvador Descalzi;
Manuel Samillán, subrogado por Nicanor Leguía; Bernardino Salcedo; José Andrés
Delgado; Juan Manuel Trelles; Manuel Seclén; José Silva; Edilberto Paredes;
José P. Barandiarán; Belisario Piedra; Manuel Rivadeneira; Aurelio Ruiz; José
María Barandiarán; Rufino Cartagena y Miguel Gonzales. (Libro de Actas de
Asamblea de Mayordomos, años 1999 – 2003: 1).
En 1881, en plena Guerra del Pacifico, fue
mayordomo de esta cofradía el Sr. Bernardino Salcedo Taforo (dueño, desde mayo
de 1865, de la Hacienda Mayascón y Mochumí Viejo), actuando como secretario el
Sr. José del Carmen Valiente.
Sr. Bernardino
Salcedo Taforo
Dado los trágicos momentos por los que
atravesaba Lambayeque y la nación en general a causa de la infausta guerra del
guano y el salitre, creemos justo dar a conocer, literalmente, el inédito y breve
discurso pronunciado por el mayordomo Sr. Salcedo Taforo,
en la Junta General de la cofradía realizada el domingo 31 de julio de
1880, con motivo de la presentación de la memoria anual de dicha entidad,
veamos:
Señores. En acatamiento a las disposiciones de
la Hermandad cumple a mi como primer Mayordomo y presidente de la Junta
Directiva, presentaros la memoria de nuestra administración en el año económico
que termina en esta fecha.
Pero antes de pasar a haceros conocer todos
nuestros actos nos permitiremos un pequeño desahogo al sentimiento que llena
nuestros corazones causado por los deplorables sucesos a que esta ciudad como
todos los pueblos de la costa están
sometidos, a consecuencia de los desastres que
sufrieron nuestras armas en las desgraciadas jornadas vecinas a la capital.
Tan graves sucesos como la subsiguiente
ocupación de esta ciudad por el Ejército vencedor, todo lo paralizo y diezmando
nuestros recursos con la fuerte contribución mensual que se nos impusiera
distrayendo o aplicando a este objeto los ahorros que, de buena voluntad,
hubiéramos querido invertir en paramentos y enriquecer de alguna manera la
cofradía.
Sucesos tan graves a nuestra voluntad han
contrariado nuestros mas íntimos deseos, y que deplorando cual merecen,
confiamos amanezcan días mas serenos en que podamos dar expansión y convertir
en hechos los piadosos sentimientos que abundan en nuestros corazones;
intertanto séame permitido en mi nombre y en el de mis colegas de la Junta
Directiva que represento expresaros nuestro jubilo porque ha llegado el día de
hacerse la cuarta designación de la
Junta Directiva de mayordomos, hecho de tan alta significación que
implica la estabilidad de la cofradía, la unidad que reina en la hermandad, y que
el vinculo que nos une no se ha aflojado a pesar de las vicisitudes y
calamidades que vamos soportando, y finalmente que es un hecho la
alternabilidad en el servicio y consagración de todos los hermanos al culto del
Santísimo Sacramento – fundamento de nuestra fe – objeto de nuestras adoraciones
y fin de todas nuestras piadosas aspiraciones. (Archivo Parroquial
de Lambayeque (APL) Libro Cofradías desde 1797 a 1855).
No sabemos en qué momento dejó de ser una
Cofradía para convertirse en una mera Sociedad, aunque, tal vez, con las mismas
funciones de aquella, porque para las primeras décadas del siglo XX se
autodenominaba simplemente como “Sociedad del Santísimo”. Actualmente se le
denomina como: “Hermandad Santísimo Sacramento Corpus Christi – Lambayeque”, o “Hermandad
del Corpus Christi Lambayeque”.
INVENTARIO DE LA COFRADÍA DEL SANTÍSIMO
SACRAMENTO
(AÑO - 1906)
Felizmente se conserva en el Archivo Parroquial de Lambayeque un viejo inventario de la cofradía del Santísimo Sacramento de esta ciudad, cuya data se remonta al año de 1906. Su paciente lectura nos permite saber ahora que entre los bienes de dicha cofradía se encontraba el Altar Mayor y su respectivo repertorio iconográfico compuesto por: El Padre Eterno con su triangulo de plata, que representa la Santísima Trinidad; el Patriarca San José, con su respectiva corona y azucena de plata; la efigie de la Virgen con su respectivo vestuario, no cabe duda se trataría de una imagen de candelero de vestir. Además de un pelicano con sus alas, todo forrado de plata, y un sol de plata dorado que cubría la Custodia en el Altar Mayor.
Hoy el Padre Eterno, realizado en madera
policromada, aún se conserva en su lugar, en el ático del retablo, pero sin su
triangulo equilátero de plata. La efigie del Patriarca San José, de candelero o
de vestir, fue sustituida por la imagen contemporánea, de tamaño natural y realizada
en yeso policromado, de Santo Domingo de Guzmán; la antigua efigie de la Virgen
María, de candelero o de vestir, por la talla de vestir, de madera policromada y
ojos de cristal, del apóstol San Pedro. Últimamente las imágenes de San Pedro y
Santo Domingo han sido sustituidas por las de la Virgen del Rosario y San José respectivamente.
El pelicano de madera forrado en plata, que se encontraba en la hornacina
principal del retablo, por una talla de madera policromada de Cristo
Crucificado.
Detalle del altar mayor de la iglesia San Pedro de
Lambayeque (Memo Luna, 2022)
A esta cofradía pertenecían también las efigies (de vestir o candelero) de los doce apóstoles con sus respectivos vestuarios, y el Señor de la Cena con sus tres potencias de plata y su cabellera postiza. Este singular grupo escultórico constituye uno de los once pasos de la tradicional procesión de Viernes Santo en esta ciudad.
La última Cena del Señor
Después de haber hecho estas anotaciones,
pasemos ahora a dar lectura a la copia literal del viejo e inédito inventario de
esta cofradía. Veamos:
“Un Altar Mayor con sus respectivas imágenes: El Padre Eterno, el Patriarca San José con su respectiva corona y azucena de plata (el Padre eterno tiene su triangulo de plata), la Virgen con su respectivo vestuario, un pelicano con sus alas todo forrado de plata = Un estandarte de plata con seis campanillas también de plata, dos pasadizos también de plata, su báculo forrado en plata con su Cruz de plata = Un centellero con siete candelejos de plata = Dos incensarios = Una naveta = Una cuchara de plata = Cinco báculos forrados en plata = Dos cañas de ciriales con sus candelejos de plata y las cañas forradas en plata = Cuatro atriles forrados en plata = Doce candeleros grandes de plata (a uno le falta un ruedo de pulgada y ½) = Cuatro candeleros chicos de plata = Una caña de plata con tres candelejos (para las tres marías) = Una Campana de plata (en la agarreda le faltan las perillas) = Un platillo de plata de la demanda del Santísimo = Tres potencias de plata del paso de la cena y su cabellera = Un relicario de plata con su cadena de plata (sirve para las renovaciones) = Un sitial para el viatico con la delantera forrada en plata, este sitial tiene una Cruz de plata = Un sol de plata dorado que cubre la Custodia en el Altar Mayor = Cuatro faroles buenos y dos quebrados = Una caja de madera de la antigua Custodia = Doce apóstoles retocados con sus respectivos vestidos y el Señor de la Cena = Una caja grande para guardar la cera = Un palio de lama de media vida = Un estandarte de media vida = Una funda de lama de la Cruz Alta = Ocho banderas de raso nuevas = Cuatro banderas de media vida = (APL. Libro de Cofradías e Inventarios).
Pelicano de madera forrado en plata 8Memo Luna, 2018)
LA FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
EN LAMBAYEQUE
Festividad del Corpus
Christi en Lambayeque (Brüning, 1903)
A principios del XX, aunque despojada la
procesión en su totalidad del aparato barroco del siglo XVIII, seguirá siendo
una fiesta importante y de gran seguimiento popular en Lambayeque.
Sabemos ahora que, hasta las tres primeras
décadas del siglo XX, la fiesta se caracterizaba por la salida, en el lapso de
los nueve días que duraban las celebraciones, de dos esplendidas procesiones
por las principales arterias de la ciudad. El recorrido de la procesión por
esos años, acompañada de la Banda Municipal “Juan Aurich” y la Banda del
Regimiento N 9, eran las calles “2 de Mayo”, “Atahualpa”, “8 de Octubre” y “Bolognesi”,
pernotando en los altares respectivos. Era Antigua y bella costumbre el de
instalar altares a lo largo del trayecto de la procesión como actos de ofrenda
y honor al Santísimo, y como hitos para rezar las estaciones durante el paso de
esta. Su realización corría a cargo de alguna institución y principalmente de
familias cuyas moradas se encontraban en el recorrido de la procesión. En la
actualidad esta costumbre se ha reducido considerablemente, tal vez porque el
solemne desfile se realiza solamente alrededor de la plaza principal de esta
ciudad, o a raíz de los aires de “modernidad” emanados de la aplicación de los
postulados del Concilio Vaticano II.
En ambas procesiones participaban los colegios
primarios de varones y mujeres, tanto nacionales como particulares, acompañados
de sus respectivas planas docentes. Todas las principales autoridades de la
ciudad, tanto civil como militar, tomaban parte en la festividad y asistían puntualmente
a las dos tradicionales procesiones, que como ya hemos dicho, solían efectuarse
con motivo de tan solemne acto.
El reparto de programas; los albazos de la
víspera; las retretas; la quema de vistosos fuegos artificiales en la plaza de
armas; las diarias misas, donde los feligreses eran obsequiados con ramilletes,
estampas alusivas y bouquets; velorios; encierros y novenas conmemorativas; las
carreras de caballos; las grandes jugadas de gallos y los vistosos altares
colocados al paso de cada una de las procesiones constituían también parte de
las celebraciones de esta extraordinaria festividad religiosa.
Desde hace algún tiempo obra en nuestro poder
un viejo e inédito “Programa” elaborado por la Sociedad del Santísimo de la
ciudad de Lambayeque con motivo de la conmemoración anual “De la Gran
Festividad del Corpus Christi” celebrada los días 2 al 10 de junio de
1926. Hemos creído conveniente
transcribirlo en su totalidad, para que el lector tenga una clara idea de cómo
conmemoraba esta ciudad la festividad del Corpus Christi en aquellos
“maravillosos” años. Y, de paso, para que muchos de sus pobladores recuerden
con cierta nostalgia los nombres de algunos de sus ascendientes más directos.
Veamos:
PROGRAMA
DIA 2
DE JUNIO
A las 5 - Albazo por la Banda “Juan Aurich”
que dirige Dn. José Rosario Acosta.
A las 9 a. m.- Bendición de las estampas
conmemorativas de la fiesta, ceremonia que será apadrinada por la señora Carmen
Yerren y el señor José Supo.
Acto continuo se bendecirá también el estandarte
de pana que ha sido convenientemente arreglado por el conocido bordador Ricardo
Chonate, sirviendo de padrinos la señora Enriqueta Sampedrano de Custodio y el
señor Isidoro Ballena.
A las 4 p. m.- Conducción de los Fuegos
Artificiales al Parque Principal.
A las 8 p. m.- Solemnes vísperas.
A las 10 p. m.- GRAN RETRETA apuntada por la
banda “Juan Aurich”, cuyas piezas son las siguientes: - 1 Marcha General Pellegrini.
- 2 Fox Trot Carmen Camel. - 3 Obertura la Peruanita. - 4 Vals Hijos del Sol. -
5 Tango Desolación. - Jazz Noche de Angustias. - 7 Yaraví Recuerdos de Puno. - 8
Tamba Tristes canciones. - 9 Pasa Calle El Gato.
En los intervalos se elevarán globos de
diferentes colores, bombardas, cohetones y paracaídas.
A las 11 p. m.- El pirotécnico Eliseo Vílchez
sorprenderá al público con la quema de una Hermosa TORRE MISTERIOSA de
combinaciones caprichosas, adornada de su respectivo jardín.
Además, quemara las siguientes piezas
accesorias: “Carrera de Duendes”, “Danza Mágica”, Esperanza de la Libertad”,
“Te quiero Muchísimo”, “Nunca me Olvides”, y “El Capricho del Arte”.
DIA 3 DE JUNIO
A las 5 a. m.- Misa discantada en homenaje al
Santísimo.
A las 6 a. m.- Se saludará el gran día con 21
cañonazos, y con sus nuevas y escogidas piezas musicales, del repertorio recién
llegado de Lima a la banda “Aurich”.
A las 8 a. m.- Reunión de los devotos
acompañados de la banda.
A las 10 a. m.- Misa solemne de fiesta,
celebrada por el párroco. Antes del Credo ocupara la Catedra del Espíritu Santo
el padre dominico Ángel Menéndez Rúa, en donde desarrollara su panegírico cuyo
tema versara sobre la Institución del Santísimo Sacramento.
En el coro se tocará música escogida y
adecuada escrita por los R. R. P. P. Gonzales y Donicet, amenizando la Misa la
banda del Regimiento de Infantería N 9.
Los concurrentes al Santo sacrificio de la
Misa, serán obsequiados con ramilletes, estampas y bouquets.
Terminada la Misa, saldrá en procesión el
Cuerpo de Cristo, recorriendo las calles San Roque, Atahualpa, Real y Chancay,
pernotando en los altares respectivos.
El turno corresponde en este día a las R. R.
M. M. Dominicas del Santísimo Rosario con el Colegio de Nuestra Señora del
Carmen; Centro Escolar de Niñas N 212, que dirige la normalista señorita Leonor
Niño Ruiz; Centro Escolar de Varones que dirige el señor Flavio Villacorta
Gutiérrez; Sras. Lucrecia de Rivero de la Guarda; Águeda Leguía viuda de Ruiz;
Victoria viuda de García Castañeda; Rosa Santisteban viuda de Cuneo y Guía;
María Fierro; Matilde de Burga y Libia Onetto de Minetti. Señoritas Carmela
Rivero de la Guarda; Leonor Niño Ruiz; Elena Monsalve Baca; Zoila Villanueva;
Elva Santisteban; Rosa Mercedes Pastor; Virginia Monsalve Baca; Clorinda y
Carmen Baca Matos; Carmela Olga, Ana y Lila Ruiz; Honoria Samillán Baca; Rosa y
Ricardina Baca.
La procesión será escoltada por la Banda del
Regimiento N 9, que ha sido cedida galantemente por el Comandante General, y la
Banda “Juan J. Aurich”.
A Las 2 p. m.- CARRERAS DE CABALLOS. Con
apuestas valiosas entre los aficionados.
A las 3 p. m.- GRANDES JUGADAS DE GALLOS. -
Los aficionados de Lambayeque desafían a los aficionados de cualquier pueblo
del departamento a cuatro tapadas y una limpia cancha.
DIA 4 DE JUNIO
A las 8 p. m.- Visita a los altares.
A las 9 a. m.- Misa de segundo día, velorio en
la tarde y novena en la noche. En este día les corresponde el turno a las
señoras Carmen V. de Pérez García, Oroxia de Oneto, Rosa Amelia de Muro, Estela
de Barreto, María Teresa de Ruiz y Matilde Martínez. Señoritas: Angelina Samillán
Baca, Lucrecia Delgado, Estevina Reaño, Emilia Santisteban, Blanca María
Boggiano, Beatriz Castillo, Ana María y Elena Cuneo, Marta de la Piedra,
Angelina y Pepa Ruiz, Clementina de Escobar.
DIA 5 DE JUNIO
A las 8 a. m.- Tercer turno, Misa, velorio,
encierro y novena como el día anterior. En este día harán la guardia de honor
al Santísimo Sacramento las señoras Ana de Aita, Luzmila Aguinaga Viuda de
Odiaga, Matilde viuda de García, Evelina Quiroz de Malca, Emilia Buendía de
Vílchez, Mercedes viuda de Hurtado, Rosa Villafuerte, Josefa Solís, Carlos
Sosa, Herminia de Máltese, Rosa Quiroga y Juana Rosa Riojas de Rosado.
Señoritas: Herminia Caballero, Gertrudis, María, Margarita, Manuela y Zoila
Clara Luzquiños, Consuelo y Genoveva Vílchez Buendía, Lufila y Lola García,
Juana y Clotilde Valentín.
DIA 6 DE JUNIO
A las 8 a. m.- Cuarto Turno – Como el
anterior, Misa, velorio, encierro y novena. Corresponde el turno en este día a
las señoras: Clementina de Guerrero, Tomasa Vda. de Tello, Lastenia Carranza,
Rosa viuda de Yacarini, Evelina viuda de Quiroz, Carmen Mendoza Ilma.
Señoritas: Elvira, Leonor y Carmen Julia Tello, Benigna y Natividad Cartagena,
Cristina Ruiz, Victoria A. Rivadeneira, M Catalina, Inés y Florencia Monsalve.
DIA 7 DE JUNIO
Quinto Turno – Misa de encierro y novena
correspondiéndole el turno a las señoras Angélica viuda de Iturregui, Elvira
Quiroz de García, Magdalena García de García, Esther Portilla de Varillas,
Alicia de Rivadeneira, Rita Ponce de Córdova, Ángela Luzquiños de Vílchez,
Zoila Portilla, Rita Torres, Juana Morales. Señoritas: Clorinda Varillas, María
Victoria, Isabel y Florencia Rivadeneira Madueño, Mercedes Fiestas, Efigenia
Valiente, Rosa Hortensia y Obdulia Sánchez, Flor de María Ponce y Emilia
Varillas.
DIA 8 DE JUNIO
Sexto turno. - Como en los anteriores,
correspondiéndoles a las señoras Elena Monsalve de Carpena, Laura Iturregui
viuda de Ruiz, Isabel de Nieto, Rosa Pastor Aguilar, Clementina Monsalve viuda
de Buzzo, Mercedes y Albertina Chonate, Celia Balarezo, María viuda de Acha. Señoritas:
Clementina Carpena, Lucinda Delfina y Herminia Arrincon, Petronila Zapatero,
Elena, Anita, Luisa y Teolinda Nieto, Petronila León, María Porras, Santos e
Isabel Nue, Vicenta Ortega y María Luisa Prieto.
DIA 9 DE JUNIO
Séptimo turno. A las 5 a. m.- Albazo por la
Banda “Juan J. Aurich” cohetes, globos, etc., etc. A las 8 misa de vísperas de
octava. En la tarde retiro. Las señoras y señoritas siguientes están de turno:
Susana García de Gómez, Matilde de Tapia, Santos de Temoche Cartagena, Teresa C.
Bancayán, Rosa Valiente, Francisca Rivadeneira, Mariana Panta. Señoritas:
Carmen Nue, Flor de María Piedra de Piedra, Santos Temoche, Tomasa y Cristina
Yovera, Genoveva Huertas, Luisa García, Honoria, Carmen Julia y Evangelina
Arica, Juna Rosa Villamonte, María Cruz, Tomasa, Elisa y Julia Bancayán.
A las 7 p. m.- Conducción de los fuegos
artificiales al parque 27 de Diciembre.
A las 8 a. m.- Oficio de vísperas por el
párroco Fray Celestino García.
A las 10 a. m.- Retreta ambulante.
DIA 10 DE JUNIO
Octava. A las 7 a. m. Recorrerá la Banda las
principales calles de la ciudad invitando a los devotos.
A las 9 a. m.- Misa solemne de OCTAVA.
Terminada esta quedará descubierta la Divina Majestad hasta las cuatro de la
tarde que saldrá en procesión, recorriendo las calles de costumbre.
Corresponde el turno en este día, a la Escuela
Mixta, que regenta la señorita Teolinda Nieto, alumnos de la Escuela Nocturna
Municipal, a las señoras Juana Navarrete de Zavala, Hermenegilda Jordán de
Zapata, Benigna Colmenares, Teresa Siancas Villalobos, Mercedes Arce, Pilar
Graus, Josefa Tello. Señoritas: Francisca Portilla, América Ruiz, Carmen
Rosado, María Rosa fiestas, Otilia escurra, Jacobita Puemape, Margarita Muñoz,
Maximina y Catalina Zavala, Paulina Arica, Leonor Nue Moreno, Gulnara Carmona,
Irene Rosado, Elvira Panta y Jacoba Ulloque.
A las 8 a. m.- Novena. Terminada esta habrá
servicio religioso por el eterno descanso de los socios fundadores que han
fallecido. La Banda “Aurich”, y como término de la fiesta, ejecutara en el
atrio de la Iglesia trozos escogidos de su repertorio, terminando así la
fiesta.
Notas
importantes – Las Señoras y Señoritas en los días 7 y 8
de junio, así como las escuelas que se indican, acompañaran a la procesión, que
recorrerá las calles de costumbre.
Las nombradas para los demás días concurrirán
a la SANTA MISA y harán la Guardia de Honor hasta la hora de retiro, así mismo invitarán
a los caballeros que deban tomar el palio. Además, llevaran consigo los niños
de ambos sexos para que rieguen misturas e incienso a la MAGESTAD DIVINA. Se
les recomienda puntual asistencia a la hora que se indica.
La Sociedad presenta con antelación su
profunda gratitud a las comisiones nombradas.
A los señores que nos visiten encontraran en
el Gran Hotel de propiedad del Sr. Antero Gurrero toda clase de felicidades.
Han sido invitados oficialmente para que con
su presencia den más realce a la festividad el Sr. Coronel Comandante General
de la Región, el Sr. Sub-prefecto, los Jefes del Regimiento N 2, el Señor Alcalde
del Consejo Provincial, Jefe de Estado Mayor, el Agente Fiscal, los directores
de los Planteles Fiscales y Particulares, el Jefe Militar, el Juez Instructor,
el Juez Militar, el Juez de la Instancia en lo Civil, el señor Administrador de
Aguas, los señores Jueces de Paz, Diputado regional; la Oficialidad y
Regimiento de Infantería, Director del Museo Brüning, Director de Beneficencia. (Sic). (Archivo del autor).
LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI EN LAMBAYEQUE.
SIGLO XXI
Las actividades se inician siempre un día jueves
y duran por espacio de cinco días. Con misas en honor al Santísimo Sacramento
en la iglesia San Pedro. Se embandera el local institucional de la “Hermandad
de Santísimo Sacramento – Corpus Christi” y la calle “Huáscar” donde se ubica.
Una Banda de Músicos recorre las principales
calles de la ciudad invitando a los feligreses a participar de la fiesta. Se
realizan velaciones en el local de la Hermandad, y se reza el Rosario. Se
comparte con los feligreses el desayuno, el piqueo, el almuerzo y la cena que
ofrecen los padrinos, mayordomos y devotos. De paso también se consume la
infaltable y tradicional chicha de jora y la refrescante cerveza.
Se realizan tómbolas, bailes, retretas,
serenatas, quema de fuegos artificiales y concursos de bandas de músicos. Todo
esto en los días previos al día de la fiesta principal.
Se ha convertido ya en una tradición que, en la noche de víspera a la fiesta principal del Corpus, diversas instituciones de la ciudad se constituyan en la plaza principal con el objeto de confeccionar, sobre el pavimento central de las calles que la circundan, singulares alfombras decorativas de piso con creativos motivos religiosos realizados con aserrín, viruta, diversidad de ramas y flores naturales. Una auténtica y extraordinaria manifestación de fe religiosa del pueblo católico lambayecano.
Alfombra decorativa (Memo Luna, 2018)
El gran albazo y la quema de 21 camaretazos
dan inicio al día central de la fiesta. Horas después se celebra la solemne
misa en la iglesia parroquial de la ciudad. En ella están presentes, aparte de
las autoridades religiosas, las autoridades municipales presididas por el
alcalde de la ciudad, autoridades políticas, civiles, militares, representantes
de las hermandades y asociaciones religiosas de la ciudad. Terminado el oficio
sale de la iglesia la magna y piadosa procesión con el párroco de turno
llevando entre sus manos y bajo palio la sagrada eucaristía - Cristo hecho
Hostia - que porta la pesada custodia.
El imponente desfile, discurre solamente por
el alfombrado perímetro de la plaza de armas “27 de Diciembre” de esta devota
ciudad.
En horas de la tarde del siguiente día se
realiza el acto de bajada del Santísimo Sacramento en el local institucional de
la Hermandad de esta generosa y benemérita ciudad. La función siempre es
apadrinada por una autoridad política de turno o por un personaje solvente de
la localidad.
La "Hermandad del Santísimo Sacramento – Corpus
Christi" portando sus respectivos estandartes (Memo Luna, 1993)
Festividad del Corpus Christi en Lambayeque (Memo Luna, 2015)
Festividad del Corpus Christi en Lambayeque
(Memo Luna, 2020)
BIBLIOGRAFÍA
CASTAÑEDA MURGA, Juan. El Corpus Christi en Trujillo, siglos XVI y
XVII. Pueblos, Provincias y Regiones en la Historia del Perú. Religiosidad
popular. Mitos, creencias y festividades religiosas. Academia Nacional de
Historia. Lima, 2006.
IZQUIERDO CASTAÑEDA, Jorge. El Retablo Mayor de la Iglesia de
Lambayeque. Suplemento Dominical del Diario “La Industria” de Chiclayo.
2005.
IZQUIERDO CASTAÑEDA, Jorge.
Corpus Christi. La fiesta de la Eucaristía en Lambayeque.
LEÓN BARANDIARAN, Augusto, Rómulo PAREDES
GONZALES. A Golpe de Arpa. Folclore lambayecano de
humorismo y costumbres. Lima 1934.
LEÓN BARANDIARAN, Augusto. Mitos, Leyendas y Tradiciones Lambayecanas.
Contribución al Folclore Peruano. Editado por el Club de Artes y Lectores de
Lima. Lima. Agosto 1938.
MENÉNDEZ RÚA, Ángel. Boceto Histórico de la Iglesia de Lambayeque.
Imprenta La Gaceta. Lambayeque. 1935.
DOCUMENTOS
ARL. Archivo Regional de Lambayeque
Causas Civiles 1792.
APL. Archivo Parroquial de Lambayeque
Libro Cofradías de 1797 a 1855.
AHSSL. Archivo de la Hermandad del Santísimo
Sacramento de Lambayeque
Libro de Actas de Asamblea de Mayordomos. 1999 – 2003.
FOTOGRAFÍA
Guillermo
Luna Lorenzo (Memo Luna).
Hans
Heinrich Brüning.
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