Entre las principales acciones del conflicto del 41, figuran la captura de Machala, capital de la provincia El Oro, el bombardeo y ocupación de Santa Rosa y la impresionante toma de Puerto Bolívar.
La captura de Puerto Bolívar por paracaidistas
peruanos fue uno de los actos más espectaculares de ésta guerra. Hasta ese
momento sólo los alemanes en Creta y los rusos en Finlandia habían realizado
operaciones militares similares (Caretas, 1966, p. 37). Aunque cabe destacar que Puerto Bolívar fue
capturado por apenas tres paracaidistas de la Aviación Peruana.
Esta arriesgada misión, la primera operación
aerotransportada en América del Sur, fue tan favorable que otras naciones
enviaron carta de felicitaciones al gobierno peruano, entre estas cartas, se
dice, se encontraba una misiva enviada por Adolfo Hitler.
Como sabemos, las tropas vencedoras estuvieron
comandadas por el General de brigada Eloy Ureta, convirtiéndose así, en el
indiscutible artífice de la victoria. En el principal estratega del histórico
triunfo de nuestras fuerzas armadas.
Pero también es justo reconocer, que todo esto
no hubiera sido posible sin el calificado concurso de un profesional e
eficiente Estado Mayor, secundado de aguerridos oficiales, que al frente de sus
valerosos soldados, con sus cascos franceses marcados con un sol radiante,
cumplieron, paso a paso, sin dudas ni murmuraciones, las ordenes emanadas del
Comando único.
A propuesta del Poder Ejecutivo, el Congreso
Nacional, por unanimidad de votos, tanto en la Cámara de Diputados como en la
de Senadores, le confirió, al vencedor de Zarumilla, el ascenso a la alta clase
militar de General de División. Al mismo tiempo se le condecoraba con la Gran
Cruz de la Orden del Sol.
General de División Eloy G. Ureta Montehermoso |
En enero de 1942, Ureta visitó su tierra
natal, la Heroica ciudad de Chiclayo. En sencilla pero solemne y concurrida
ceremonia efectuada en el salón de actos de la municipalidad, el alcalde Sr. Luís
Benjamín Gayoso Ugaz, lo declaró “Hijo Predilecto de la Ciudad”, haciéndole
entrega de las llaves de la ciudad. Por su parte don Ismael Aspíllaga Anderson, propietario de la hacienda Cayaltí, puso en sus manos una Espada de Honor y una tarjeta de oro y plata, confeccionadas con el peculio de un selecto grupo de lambayecanos.
En el momento de hacerle entrega de éstos dos símbolos de la gratitud y el aprecio de sus codepartamentamos, Aspillaga le manifiestó:
"Permitidme, General Ureta, que ponga en vuestras manos esta espada, forjada al calor del cariño y del aprecio de vuestros codepartamentamos y amigos, y que ella os diga siempre el recuerdo de las horas vividas en nuestra frontera norte, en la cual estaís dejando, y dejareis, estoy seguro, el más ejemplode patriotismo y las más fehaciente prueba de lo que significa la satisfacción del deber cumplido como soldado y como ciudadano ¡Viva nuestro paisano el General Ureta!" (M. Ureta, 1953, p. 55).
En el momento de hacerle entrega de éstos dos símbolos de la gratitud y el aprecio de sus codepartamentamos, Aspillaga le manifiestó:
"Permitidme, General Ureta, que ponga en vuestras manos esta espada, forjada al calor del cariño y del aprecio de vuestros codepartamentamos y amigos, y que ella os diga siempre el recuerdo de las horas vividas en nuestra frontera norte, en la cual estaís dejando, y dejareis, estoy seguro, el más ejemplode patriotismo y las más fehaciente prueba de lo que significa la satisfacción del deber cumplido como soldado y como ciudadano ¡Viva nuestro paisano el General Ureta!" (M. Ureta, 1953, p. 55).
Cumplidas a cabalidad sus funciones en el
Agrupamiento del Norte, el heroico y brillante Agrupamiento que bajo su comando
nos ofrendó un glorioso hecho de armas, el Supremo Gobierno lo designó para el
cargo de Inspector General del Ejército.
En 1944, a su solicitud, Ureta, se apartó de
la carrera militar, con la clara intención de entrar en las arenas políticas,
más claro, de intervenir en el proceso electoral de 1945.
Su paso por ésta fugaz etapa, también estuvo a
la altura de sus más hondas y plenas convicciones. Porque ya en el llano, se
dice fue tentado, más de una vez, para tomar por asalto el poder. Sin embargo, el
egregio soldado que con justo orgullo mostraba una límpida foja de servicios, revelaba
también, de paso, sus virtudes cívicas, reflejadas en su pleno respeto a la
democracia formal. Ureta, era un hombre de Ley.
Organizaciones populares y los partidarios del
fallecido presidente Sánchez Cerro, agrupados en el partido Unión
Revolucionaria, lanzaron su candidatura a las elecciones de 1945. Su deseo, expresado a sus más cercanos amigos y colaboradores, era; "la unión de los peruanos como el mejor medio de gobernar sin exclusiones" (M. Ureta, 1953, p. 95). Así lo hizo constar en el Manifiesto a la Nación publicado con motivo de su postulación a la presidencia de la República.
Sin embargo, el Frente Democrático Nacional que lideraba el jurista arequipeño José Luís Bustamante y Rivero, ganó las elecciones apoyado por Oscar R. Benavides, el Partido Aprista, el Partido Comunista y otras agrupaciones más.
Sin embargo, el Frente Democrático Nacional que lideraba el jurista arequipeño José Luís Bustamante y Rivero, ganó las elecciones apoyado por Oscar R. Benavides, el Partido Aprista, el Partido Comunista y otras agrupaciones más.
Culminado el proceso electoral, Eloy Ureta, en
gallardo gesto que lo enaltece visitó a su contendor estrechándole la mano con efusión "y se puso inmediatamente a las órdenes del mandatario ungido por el voto del pueblo, para continuar prestando sus servicios a la Patria como soldado y como ciudadano" (Ibíd., p. 128)
Con esto, Ureta, daba genuinas pruebas de su patriotismo y desinterés cívico.
En enero de 1946, la célula parlamentaria aprista,
sus adversarios de ayer, presentaron en la cámara de Diputados el proyecto de
Ley en que se elevaba a la jerarquía de Mariscal al General de División Eloy
Ureta, en mérito a su “elevada conducta cívica, espíritu patriótico y
excepcional aptitud en la carrera de las armas” (Ibíd., p. 10). El proyecto fue aprobado por
ambas cámaras, y Ureta se convertía el vigésimo octavo mariscal del Perú.
En horas de la mañana del domingo 10 de junio
de 1946, en el marco de una impresionante parada militar realizada en el Campo
de Marte, con la presencia de tropas de diferentes unidades del Ejército, la
Marina, la Aviación y la Policía, se dio inicio a la ceremonia pública de entrega
de la insignia o bastón de mando al Mariscal Eloy Ureta, de manos del
Presidente de la República Dr. José Luís Bustamante y Rivero.
A fines de 1949, bajo el periodo de la Junta de
Gobierno presidida por el general Manuel Odría, el mariscal Ureta fue designado
como Embajador en España, cuyo mandatario era el generalísimo Francisco Franco.
En Madrid, escribiría su libro "Apuntes Sobre una Campaña (1941)",
aparecido en 1953. En sus poco más de 450 páginas se describen, con lujo de
detalles, los planes y operaciones llevadas a cabo durante el Conflicto de
1941.
Después de seis años de eficiente y meritoria labor, el 25 de noviembre de 1955, Ureta, renunció a la representación diplomática. Regresó al Perú y se retiró de toda actividad pública. En 1962, motivado por su delicado estado de salud, retornó a España.
Sus restos mortales fueron depositados en una severa capilla ardiente levantada en la sede de la Embajada del Perú en esa ciudad.
Después de seis años de eficiente y meritoria labor, el 25 de noviembre de 1955, Ureta, renunció a la representación diplomática. Regresó al Perú y se retiró de toda actividad pública. En 1962, motivado por su delicado estado de salud, retornó a España.
El 10 de octubre de 1965, a la edad de 72
años, el soldado, el político, el diplomático y el mariscal, magnifica muestra de
una impresionante foja de servicios prestados a la Patria, entregaba su alma al
Señor en la ciudad de Madrid, España, donde había también ejercido el cargo de
embajador de nuestro País. Hacía años que el héroe de Zarumilla residía en la
Madre Patria, motivado por su delicado
estado de salud.
Sus restos mortales fueron depositados en una severa capilla ardiente levantada en la sede de la Embajada del Perú en esa ciudad.
Trasladados a la ciudad de Lima, fueron
velados en el Centro de Instrucción Militar del Perú (CIMP).
Los restos del Mariscal salen del CIMP con rumbo al Cementerio Presbítero Maestro |
Los restos del mariscal hacen su ingreso al Cementerio Presbítero Maestr |
Después de rendírsele los honores de
reglamento correspondiente, sus restos fueron trasladados temporalmente a la “Cripta de los
Héroes” en el cementerio Presbítero Maestro de Lima, mientras se culminaba, en
el mismo cementerio, el mausoleo especial - diseñado por el escultor Artemio
Ocaña Bejarano - donde reposarían definitivamente los restos del héroe de
Zarumilla.
Para terminar, debemos agregar: que un extenso malecón, situado al Norte de la generosa y benemérita ciudad de San Pedro de Lambayeque, denominado "Mariscal Eloy Gaspar Ureta Montehermoso", honra la memoria del ilustre militar chiclayano.
Mausoleo del mariscal Eloy GasparUreta Montehermoso |
Para terminar, debemos agregar: que un extenso malecón, situado al Norte de la generosa y benemérita ciudad de San Pedro de Lambayeque, denominado "Mariscal Eloy Gaspar Ureta Montehermoso", honra la memoria del ilustre militar chiclayano.
Bibliografía
ALAYSA Y PAZ SOLDÁN, Luís. Mi
País (Lecturas Peruanas) Segunda Serie. Imprenta Publicidad América Lima –
1943. (Colección particular del abogado e historiador Freddy Centurión
Gonzáles).
ABC Revista Independiente. Una
Historia Sin Fin. Director Aníbal Aliaga I. Lima. Febrero de 1981.
(Colección particular del profesor Julio Alejandro Fonseca Rivera).
BACHMANN, Carlos J. Departamento de
Lambayeque. Monografía Histórico – Geográfica. Imprenta Torres Aguirre,
Lima – 1921.
CARETAS Ilustración Peruana.
Informe. El
Conflicto con Ecuador. DIEZ DÍAS DE GUERRA. Diciembre 12 – 22, 1966.
(Colección particular del bibliófilo y bibliógrafo Miguel Ángel Díaz Torres).
MONTOYA, Eddy, FIGUEROA,
Guillermo. Lambayecanos en la Historia. Editorial Kemoy. 1986.
URETA, Eloy G. Apuntes Sobre
Una Campaña (1941). Madrid 1953 (Colección particular del abogado e
historiador Freddy Centurión Gonzáles).
URETA, Mario. Eloy G. Ureta. Trayectoria
de una Vida. Lima – Perú 1973. (Colección particular del bibliófilo y
bibliógrafo Miguel Ángel Díaz Torres).
VALCÁRCEL, Carlos Daniel. Capitán
FAP José Quiñones Héroe Nacional. Comandancia General de la FAP. Dirección
General de Información. Editorial Monterrico SA. La Victoria – Lima. (Colección
particular del Sr. Vicente Sierra León).
Fotografía
Las fotografías nos han sido
gentilmente proporcionadas por el Mayor EP. Rafael Eduardo Panduro Molina, y
son parte de las vistas que se proyectaron con motivo de la conferencia que,
sobre el ilustre mariscal chiclayano, dicte, a pedido del citado oficial, en el
auditórium del Museo Tumbas Reales de Sipan, como antesala a la proyección del
histórico documental “Alerta en la Frontera”, el 5 de junio del presente año.
PD. Agradezco
sinceramente el diploma que, por tal razón, se me otorgó a nombre de la Séptima
División de Infantería del Ejército, de manos de su Comandante General el
General de Brigada Jorge Gonzáles Talledo.
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