Eloy Gaspar Ureta Montehermoso |
Es por todos nosotros conocido, que a lo largo de la denominada etapa
republicana tanto Perú como Ecuador mantuvieron desacuerdos en torno a los
límites de sus fronteras. Estas discrepancias, azuzadas sobre todo por el
Ecuador, devinieron, en muchos casos, en escaramuzas fronterizas,
movilizaciones generales y enfrentamientos armados.
A mediados de noviembre de 1940, el General de División César A. De la
Fuente, entonces Ministro de Guerra, había hecho saber al entonces coronel Eloy
Ureta el malestar que cundía en el Gobierno en torno a las actitudes hostiles
de que hacía gala el vecino País del Norte, y la decisión adoptada por el
Presidente Manuel Prado Ugarteche, de crear, en el menor tiempo posible, un
agrupamiento de fuerzas, cuyo comando y organización se le iba a confiar a él.
Ureta, aceptó gratamente el cargo.
Ureta, en sus Memorias,
escribe: “Acepté el cargo, desde luego gustoso, ya que esta designación me
honraba doblemente, de un lado, por la confianza que el país depositaba en mí;
de otro, porque iba a poner a prueba en el terreno de la realidad mis teorías
profesionales dentro de la técnica militar desarrollada por mí, como profesor,
desde diversas cátedras hasta ocupar la dirección de la Escuela Superior de
Guerra, centro de los más altos estudios militares de nuestro Ejército” (Ob.
Cit., 1953, pp. 31, 32).
A principios de 1941, el Perú tuvo conocimiento de que el Ecuador "había
iniciado una actitud bélica traducida en la compra masiva de armamentos, la
creación múltiple de nuevos puestos fronterizos, el reforzamiento bélico de los
mismos y el soliviantamiento del pueblo ecuatoriano mediante una orientada
campaña llevada a crear un clima agresivo y revanchista contra el Perú" (ABC, 1981, p. 8).
Ante estos hechos el Gobierno peruano, por Decreto Supremo de 11 de
enero de 1941, creó el Agrupamiento del Norte. La organización de ésta gran
unidad se puso en marcha “a principios del mes de marzo de 1941, concentrándose
en la Zona del Norte (Departamentos de Tumbes y Piura), bajo las órdenes del General de Brigada Dn. Eloy G. Ureta" (Alayza y Paz Soldán, 1943, p. 458).
Pero la persistencia de
incidentes fronterizos y la sistemática infiltración de efectivos militares ecuatorianos en
nuestro territorio, obligó a que el comando peruano
del recientemente creado Agrupamiento, cuya jefatura, como hemos visto, había
recaído en el flamante General de Brigada Eloy Ureta, que tenía como jefe de
Estado Mayor al Teniente Coronel Miguel Monteza Tafur, tomara las previsiones
del caso.
Ureta, que era considerado por sus camaradas
de armas como “uno de los oficiales más competentes con que contaba el Ejército
del Perú” (IEHEP. EA, 2018, p.16) tendría el mando total de las fuerzas de tierra, mar y aire, y, por
ende, la total conducción de las operaciones en caso de presentarse una acción
armada.
En los primeros días de julio de 1941, los inquietantes
partes de inteligencia recibidos de la frontera Norte del País, en torno a las continuas
incursiones de soldados ecuatorianos en suelo peruano, y las reiteradas manifestaciones
hostiles en varias localidades del vecino País del Norte, hacían presagiar
funestos acontecimientos.
Al final, el enfrentamiento armado se suscitó.
Al final, el enfrentamiento armado se suscitó.
Inmediatamente se puso en marcha el plan concebido de antemano por el
Estado Mayor liderado por el Comandante General del Agrupamiento, General de
Brigada Eloy Ureta. Aquí es oportuno recordar, que dicho Estado Mayor estaba
compuesto, en gran parte, por oficiales que habían sido sus alumnos en la
Escuela Superior de Guerra.
Los
entretelones, los pormenores, además de los hechos de armas en sí, han sido
tratados, in extenso, por connotados historiadores nacionales tanto civiles
como militares. Sin embargo, se exhibe en las redes sociales un documental
histórico titulado “Alerta en la Frontera”, filmado en los propios campos de
batalla en 1941, y cuya proyección, hasta hace poco inédita, recomendamos ver.
El historiador Luís Alayza y Paz Soldán, nos dice: "La batalla de Zarumilla es el triunfo de la Justicia y el más claro timbre de nuestro ejército. En ella funcionaron como los de un cronómetro los múltiples y complejos engranajes de la acción bélica, dirigidos y preparados por un hombre superior, que domina la difisil ciencia de la guerra, culto y sereno, previsor y noble: el General Eloy Ureta" (Ob. Cit, 1943, p. 461).
Lamentablemente, el éxito de la operación se empañaría trágicamente con la muerte del teniente de Aviación José Abelardo Quiñones González, natural de la ciudad de Chiclayo, quien en un patriótico y temerario acto, al ser alcanzado por la artillería enemiga el avión XXI-41-3 que piloteaba, afectándolo en sus partes vitales, "envuelto en llamas y lejos de utilizar su paracaídas, en el uso del cual era experto, con plena conciencia de sus actos, mantuvo el equilibrio de su máquina y describío con ella un ceñido viraje enrrumbándola hacia la posición enemiga, estrellándose contra ella y destruyendola por completo" (Valcárcel, p. 237).
El Gobierno del Presidente Manuel Prado Ugarteche, lo ascendió póstumamente, por acción heroica, al grado de Capitán. Este hecho lo convertiría también en el Patrono de la hoy Fuerza Área del Perú (FAP).
Unidades de tanques de guerra runbo a sus posiciones de combate |
Solamente nos resta decir, en este punto, que a
Ureta le correspondió la máxima responsabilidad en la conducción de las
operaciones en el frente Nor – Occidental, comprendido entre Boca de Capones y
la quebrada de San Francisco, sobre el río Chinchipe. Un frente de
aproximadamente 50 kilómetros.
Los días 23 y 24 de julio de 1941, quedaran grabados en la memoria de todos nosotros, en esos dos días se realizaron las victoriosas operaciones en Zarumilla.
Los días 23 y 24 de julio de 1941, quedaran grabados en la memoria de todos nosotros, en esos dos días se realizaron las victoriosas operaciones en Zarumilla.
El historiador Luís Alayza y Paz Soldán, nos dice: "La batalla de Zarumilla es el triunfo de la Justicia y el más claro timbre de nuestro ejército. En ella funcionaron como los de un cronómetro los múltiples y complejos engranajes de la acción bélica, dirigidos y preparados por un hombre superior, que domina la difisil ciencia de la guerra, culto y sereno, previsor y noble: el General Eloy Ureta" (Ob. Cit, 1943, p. 461).
Lamentablemente, el éxito de la operación se empañaría trágicamente con la muerte del teniente de Aviación José Abelardo Quiñones González, natural de la ciudad de Chiclayo, quien en un patriótico y temerario acto, al ser alcanzado por la artillería enemiga el avión XXI-41-3 que piloteaba, afectándolo en sus partes vitales, "envuelto en llamas y lejos de utilizar su paracaídas, en el uso del cual era experto, con plena conciencia de sus actos, mantuvo el equilibrio de su máquina y describío con ella un ceñido viraje enrrumbándola hacia la posición enemiga, estrellándose contra ella y destruyendola por completo" (Valcárcel, p. 237).
El Gobierno del Presidente Manuel Prado Ugarteche, lo ascendió póstumamente, por acción heroica, al grado de Capitán. Este hecho lo convertiría también en el Patrono de la hoy Fuerza Área del Perú (FAP).
Así como Quiñones se inmolaba en el exitoso
bombardeo de Quebrada Seca (en la denominada
Batalla de Zarumilla), en la captura del puesto ecuatoriano Angulo, entregaba
su vida, en aras de la Patria, un destacado combatiente del Batallón de
Infantería N° 1, el joven Demetrio Acosta Chuez, nacido en la ciudad de
Lambayeque, el 8 de octubre de 1920.
Demetrio Acosta Chuez |
En ésta acción murieron también los siguientes
combatientes: Sargento Primero Mariano Báldarrago Roldán; Soldado Jeremías
Pérez Becerra; Soldado Pastor López Castillo; Soldado Eugenio Fuentes Duáres y el
Soldado Julio Santisteban (Montoya - Figueroa, 1986, pp. 68, 69). Debemos agregar: que éste último soldado, era natural del actual distrito de Mórrope.
Demetrio Acosta Chuez, fue ascendido póstumamente
a Sargento Primero. La ciudad de Lambayeque, su Patria chica, ha sabido honrar
su memoria.
Actualmente una calle del Pueblo Joven San
Martín lleva su nombre, así como también un cuartel y un equipo de la Primera
División de Futbol de ésta ciudad. Además, todos los 23 de julio de cada año, se
realiza una ceremonia cívica patriótica al pie de la casa donde nació el héroe. Sus restos,
que fueron trasladados a ésta ciudad a finales de la década del 80 del siglo
pasado - a iniciativa del que suscribe - reposan en un significativo mausoleo en el cementerio “El Ángel” de
Lambayeque. (Continuara).
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