La Plaza de la Independencia en Lambayeque (1929)
Lo hemos manifestado en alguna otra oportunidad: “atractivos turísticos
de las ciudades lo constituyen también sus plazas, plazuelas, plazoletas,
parques y jardines”. Pues bien, la generosa y benemérita ciudad de San Pedro de
Lambayeque cuenta, para el caso, con un sugestivo y atractivo espacio
denominado, desde el 19 de mayo de 1920, como “Plaza de la Independencia”.
Se ubica entre las avenidas Huamachuco,
antigua calle de Santo Domingo, y Andrés Avelino Cáceres y las calles Justo
Figuerola y Estrada y Francisco Bolognesi. La plaza está rodeada de jardines,
algunos árboles, entre los que destacan hermosas y decorativas poncianas de
follaje denso, y dotada de viejas y originales bancas de madera y fierro para
confort de los transeúntes y visitantes de turno.
Alrededor del extenso perímetro de la
plaza se encuentra, por el norte: el colegio Nuestra Señora del Carmen, por el
este: una villa militar, por el sur: el emblemático colegio Juan Manuel
Iturregui, y por el oeste: una oficina del Banco de la Nación, el edificio de
la Comandancia de la 7ma Brigada de Infantería del Ejército, acantonado en esta
ciudad, y la nueva Biblioteca Municipal Emiliano Niño Pastor.
A escasos seis meses de las celebraciones del primer Centenario de la Independencia de Lambayeque (27/12/1820 – 27/12/1920), se da inicio a la reconstrucción total de la Plaza Mayor o Principal de Lambayeque, hoy Plaza de Armas "27 de Diciembre”, siendo alcalde el Sr. Miguel Baca Matos.
Meses antes, el 22 de septiembre de 1919, se había
instalado la Comisión de Fiestas de Independencia de Lambayeque
presidida por el síndico Sr. Rafael Delgado y compuesta por los señores
Edilberto Samillán, Roberto Barandiarán, Arístides Pita y Carlos Ruiz. Para el
efecto se destinó también una partida especial denominada: “Celebración 1er.
Grito de Independencia en Lambayeque el 27 de diciembre de 1820”, ésta
ascendía a la suma de 150.00 Libras peruanas, procedente del cobro de
veredas (Izquierdo Castañeda, 2006: 5,6).
Dicha comisión se encargó de concluir los 1,200 metros de
vereda que se encontraban inconclusas para ese año, parte de este material se
utilizó en el pavimentado de la plaza principal. Se empedraron y adoquinaron
las arterias que la circundaban y se colocaron también las primeras doce bancas
de madera construidas por el maestro carpintero Víctor M. Cornejo Pinto, sus
estructuras de fierro se trabajaron en la ciudad de Trujillo (Ibid.).
Ahora bien, para el arreglo de la
futura “Plaza de la Independencia”, se organizó un Comité, nombrado por el
subprefecto ad hoc de la provincia. Aparte, “el Club Sport apellidado “Pascual
Saco” secundado de algunas familias, se distribuyó los sardineles o pozas,
donde, previó sembrío, había de formarse el jardín en los distintos
compartimientos”. (Menéndez Rúa, 1935: 207).
La idea, primigenia, era inaugurarla
para el centenario de la independencia de Lambayeque, pero, lamentablemente,
los magníficos trabajos en bronce que la engalanarían no habían sido culminados
para tan significativa fecha. Por lo que el 27 de diciembre de 1920, se puso,
solamente, la primera piedra e inauguró el espacio, rodeado ya de jardines y
algunas veredas, donde se emplazaría la futura plaza.
Al siguiente año, con motivo de
celebrarse el primer Centenario de la Independencia del Perú, se inauguró, por
fin, la imponente “Plaza de la Independencia” - denominada así, por Decreto emitido por el gobierno central el 19 de mayo de 1920 - en honor a los
próceres de la independencia de Lambayeque. (Ver ANEXO)
Al centro de la plaza se levanta, sobre gradas de piedra granito, un pedestal “sencillo y elegante”, y en su cúspide una lograda estatua de bronce, de tamaño natural, que representa al prócer de la independencia de Lambayeque coronel Pascual Saco Oliveros, de pie, vistiendo uniforme militar, con charreteras y botas de montar, y portando entre sus manos una espada.
Estatua del coronel Pascual Saco Oliveros (Memo Luna 2017)
En las cuatro esquinas de la plaza, mirando al centro, se encuentran los bustos de bronce dedicados a otros cuatro próceres lambayecanos: Juan Manuel Iturregui Aguilarte, José Leguía Meléndez, José Ignacio Iturregui, y José Rivadeneira y Tejada.
Todas estas obras fueron esculpidas por uno de los destacados exponentes de la primera generación de escultores peruanos de las dos primeras décadas del siglo XX, el chalaco David Lozano Lobatón (1885 – 1936), en su taller de Barrios Altos en la ciudad de Lima.
Como lo hemos manifestado,
líneas arriba, el 28 de julio de 1921 se inauguró solemnemente la flamante
plaza.
“Hechos los preparativos de rúbrica, y
reunidas las gentes, - que resultaron muchedumbres – se dio comienzo a la
ceremonia por la Estatua de Pascual Saco. El Sr. Prefecto de entonces, plecaro
hijo de esta Ciudad, Dn. Moisés Escurra, descorrió el velo que cubría al héroe.
Los de los bustos, fueron descubiertos por miembros de familia más o menos
allegados, como eran las Señoritas: Baca. Iturregui, Elena Cúneo Leguía, y
Victoria Rivadeneira. Apadrinaron tan impresionante ceremonia el Sr. Juan Aita
y la Sra. de Echandía, en representación del Augusto Presidente de la República
y de la Sra. Francisca Iturregui de Leguía y Martínez. Asistieron el Regimiento
de Infantería No 1 y el de Zapadores No 1. La Banda tocó el Himno Nacional y se
hicieron nutridas y prolongadas salvas” (sic) (Menéndez Rúa, 1935: 208).
Autoridades civiles y
militares con ocasión de la inauguración del monumento al coronel Pascual Saco
Oliveros (1921). (Antiguas fotos de Chiclayo).
Ahora bien, hace algún tiempo atrás, nuestro apreciado amigo el historiador chiclayano Erik Mendoza Samillán, insertó una fotografía en el prestigioso Grupo de Facebook “Antiguas Fotos de Chiclayo”, rescatada, por él, de la prestigiosa y desaparecida revista limeña “Variedades” de 1920.
Hemos tenido la oportunidad de revisar aquella vieja revista que en original posee nuestro dilecto amigo el bibliófilo y bibliógrafo chiclayano Miguel Ángel Díaz Torres. La leyenda, que acompaña la antigua vista, a la letra dice:
“Como un detalle típico y muy nuestro, ofrecemos
los retratos de dos centenarios: Trinidad Sarrin que cuenta con cien años de
edad sobreviviente de la guerra de la independencia, y que relata aún las
gloriosas hazañas de los libertadores y Basilia Escut, que da razón de Bolívar,
a quien conoció personalmente, pues cuenta con la friolera de 114 años, ambos
ancianos fueron premiados por el municipio”.
Página
del ejemplar de la revista "Variedades" de Lima (1920). (Colección:
Miguel Ángel Diaz Torres)
Recuerdo que en esa ocasión hicimos un comentario al respecto en este mismo espacio. En él anotábamos que tal vez el nombre de la noble anciana, que en la vista se nombraba como Basilia Escut, acompañada de don Trinidad Sarrín, se trataría de un homónimo de doña Basilia Escute, así su apellido materno completo.
Ahora - hechas las averiguaciones del caso - sabemos que no se trataba de un homónimo, ni mucho menos, ya que la longeva anciana de recogidos cabellos canos que aparece en dicha fotografía, no era otra que doña Basilia Escute, natural de esta generosa y benemérita ciudad de San Pedro de Lambayeque.
Queremos agregar que el nombre completo del acompañante de doña Basilia,
era: don Manuel de la Trinidad Sarrin. Bautizado en la iglesia parroquial de
Lambayeque el 10 de junio de 1816. O sea que al momento de posar para el lente
del reportero de la revista limeña “Variedades” contaba con 104 años de edad.
Don Manuel de la Trinidad, fue hijo legítimo de don José Sarrin y de doña
Jacoba Tancún, nobles apellidos indígenas o nativos de Lambayeque.
Don
Trinidad Sarrin Tancún y doña Basilia Escute
Doña Basilia Escute fue hija de don Anejo Escute y había nacido en la ciudad de Lambayeque en 1807. De ella se narraba un viejo y divertido acontecimiento, del cual, doña Basilia, había sido protagonista. El breve hecho se suscitó con motivo de las celebraciones del Centenario de la Independencia del Perú, el 28 de julio de 1921.
La ya centenaria doña Basilia Escute, había sido especialmente invitada a la ceremonia de inauguración de la “Plaza de la Independencia” y, por ende, a la develación de la estatua de bronce del prócer lambayecano coronel Pascual Saco Oliveros, ubicada al centro de la misma. Se dice que al momento de correr el velo que cubría dicha estatua, sumamente emocionada y en voz alta, doña Basilia, exclamó, a viva voz: ¡adioo! ¡igualito a mi pascualito!
No era para menos, ya que doña Basilia Escute contaba con 13 años de edad al momento de declarar y proclamar esta ciudad su independencia del anacrónico régimen español, la memorable noche del 27 de diciembre de 1820. Por lo tanto, había llegado a conocer, y muy de cerca, al mismo Pascual Saco Oliveros, a don Juan Manuel Aniceto Iturregui Aguilarte y a don José María Lastres y Martínez de Tejada, ilustres próceres lambayecanos cuyos restos reposan hoy en el Panteón Nacional de los Próceres de la ciudad de Lima. En fin, daba cuenta detallada de todos los que tuvieron activa y decisiva participación en tan memorable jornada.
No cabe duda que, doña Basilia, narrara también, y con lujo de detalles, los fatídicos efectos causados por los copiosos aguaceros y catastróficas inundaciones que asolaron notablemente su tierra natal a lo largo del siglo XIX (1828, 1871 y 1878).
En su larga vida tuvo dos compromisos, el primero con un señor de
apellido Vergara, con el cual, se sabe, tuvo un hijo llamado Miguel Vergara
Escute. El segundo, con don José de la Encarnación Seclén, con el que
procrearon siete vástagos, de los cuales, al momento, hemos podido fichar
solamente a cuatro: don Pedro de la Encarnación, don José de la Encarnación,
don José y doña María del Carmen Seclen Escute.
La centenaria matrona lambayecana doña Basilia Escute
En el ocaso de su vida, doña Basilia, se convirtió en acérrima adepta al gobierno del presidente don Augusto Bernardino Leguía Salcedo, su “paisano y “amigo”, como ella misma decía.
Doña Basilia Escute dejó de existir en horas de la noche del 8 de septiembre de 1922, a la edad de 115 años, en su domicilio ubicado en la antigua calle de “San Carlos”, arteria que abarcaba la antigua calle de “Santo Domingo” hoy “Huamachuco”, el Parque Infantil y buena parte de la vieja calle de “Tancún”, hoy “Emiliano Niño Pastor”, en esta ciudad.
A las diez de la mañana del siguiente día, don Joaquín Poemape Seclen,
que para esa fecha contaba con 42 años de edad, soltero, de profesión
agricultor y con domicilio en la antigua calle “la Ladrillera”, hoy calle “28
de Julio”, asentaba en el Libro de Registro de Defunciones de la Municipalidad
Provincial de Lambayeque, el lamentable, pero, a la vez, esperado suceso.
Personajes lambayecanos presentes
en uno de los tantos actos conmemorativos en honor al prócer de la
independencia de Lambayeque coronel Pascual Saco Oliveros. Finales de la Década
de los 40s. del siglo pasado (Archivo del autor).
Colocación de ofrendas florales ante el monumento del coronel Pascual Saco Oliveros con motivo de conmemorarse un aniversario más de su nacimiento (2019).
Autoridades civiles y
militares al pie del monumento al coronel Pascual Saco Oliveros, con motivo de
conmemorarse el CCXXVII aniversario de su nacimiento. (2022).
ANEXO
“La ciudad de Lambayeque – dice Marco Antonio Cabero – ese generoso y benemérito pueblo que le vio nacer hará justicia a su primer soldado, repatriara sus restos y levantará (siquiera) una modesta estatua, que represente a su héroe en el momento en que su persuasiva palabra, rinde las fuerzas españolas, para desfilar, al frente de ellas, en dirección a la plaza de armas, a dar el grito de independencia”. (Leguía y Martínez, 1972: 391).
La deuda de gratitud cuyo
pago se recomienda en las anteriores bellas palabras, acaba de pagarse con un
decreto - cumplido ya – expedido el 19 de mayo de 1920…” (Ibid.).
El Decreto fue rubricado
por nuestros coterráneos el entonces presidente de la República don Augusto
Bernardino Leguía Salcedo y don Germán Leguía y Martínez, a la sazón, ministro
de Gobierno y Policía.
Veamos a continuación la Transcripción
literal del Decreto por el que se denomina a la antigua Plaza Mayor o Plaza
Principal de Lambayeque como “PLAZA 27 DE DICIEMBRE”, y se designa también el
espacio donde se levantaría la denominada “PLAZA DE LA INDEPENDENCIA”,
erróneamente conocida, hoy, como “Parque Pascual Saco Oliveros”.
DECRETO
Considerando:
Que la ciudad de Lambayeque proclamó
solemnemente la Independencia del Perú el 27 de diciembre de 1820, dando ese
ejemplo de civismo a los demás pueblos del departamento de la Libertad y, con
ellos, a la nación entera, según textualmente lo confirma el Decreto
Legislativo del 18 de diciembre de 1822, expedido por el Primer Congreso
Constituyente del Perú; y
Que la importancia y la trascendencia de
aquel acto imponen la necesidad patriótica de conmemorarlo, en la fecha, ya
próxima de su centenario.
DECRETA:
Art. 1º - La plaza principal de
Lambayeque, en cuya antigua Aduana – hoy centro escolar de varones –
transformada en cuartel en 1820, fueron amagadas y rendidas, por espontáneo
empuje popular, las fuerzas realistas comandadas por el entonces capitán don
Antonio Gutiérrez de la Fuente, llevará en lo sucesivo la denominación
histórica de “Plaza 27 de diciembre”.
Art. 2º - Instáurese en dicha Plaza una
placa de Bronce, de que actualmente carece; y elévese, en los vértices de sus
cuatro ángulos, otros tantos obeliscos de mármol, en cuyas caras
respectivamente se inscriban: 1º- Los nombres de los jefes militares y civiles
que efectuaron el pronunciamiento; - 2º - Los de los miembros del ayuntamiento
que extendieron y firmaron el acta de proclamación oficial; - 3º - Los del
patriota que facilitó su domicilio para el acuerdo, del síndico procurador que
levantó el acta popular posterior de 31, y de los suscriptores principales de
esta última; y - 4º - Los de los vecinos notables que a la cabeza del comicio armado,
emprendieron, en la noche del 27, el ataque sobre la tropa realista:; y los de
los voluntarios distinguidos que, después del mismo, partieron al cuartel
general Libertador de Huaura, a incorporarse en el ejército de San Martín.
Art. 3º - Abrase, en el paraje descampado
existente, a la entrada de la ciudad, entre la estación del F.C. de Eten, la
plaza de abastos, la fábrica de tejidos en actual construcción y la calle
fronteriza a este último establecimiento, otra plaza debidamente ornada, que se
nombrará “Plaza de la Independencia”.
Art. 4º - Eríjase en esta plaza:
1º- Un monumento central
que ostente en lo alto la estatua del patriota lambayecano don Pascual Saco
Oliveros, agente primordial de la rendición realista; y 2º- en cada uno de los
ángulos del perímetro, los cuatro bustos de los patriotas lambayecanos, general
don José Rivadeneira, mártir de la libertad; don Juan Manuel Iturregui,
cabecilla principal entre los promotores de la transformación separatista; José
Leguía y José Ignacio Iturregui, actores sobresalientes del gran
acontecimiento, que, salvando éste del olvido, expidieron a solicitud
municipal, el interesante informe de 6 de mayo de 1869.
Art. 5º - Organícese el “Álbum de la
Independencia norperuana” en que corran los fotograbados de las actas
originales de proclamación de emancipación nacional, en las diversas ciudades
del Norte del Perú. Con los documentos antecedentes y subsiguientes; y los de
los lugares en que realizáronse los actos respectivos, procurando en lo posible,
la reproducción de los mismos en la forma que tenían hacia la fecha o en el
tiempo más próximo al año de esos sucesos.
Para ello las
municipalidades de las provincias del Norte de la República procederán, en el
plazo máximo de 60 días, contados a partir del presente decreto, a remitir al
Ministerio de Gobierno las fotografías necesarias para el objeto, o los
documentos originales que deban ser reproducidos, en el Álbum. El Fisco
reintegrará, en el primer caso, cualquier gasto impelido en la reproducción: o
devolverá, en el segundo, las piezas originales remitidas en forma conveniente
y segura.
Art. 6º - El Ministerio de Gobierno queda
encargado de llevar a la práctica el presente decreto, y de comunicar, a los
funcionarios y corporaciones que correspondan, la parte que a cada cual
pertenezca en su cumplimiento y ejecución. (sic).
Dado en la casa de Gobierno en Lima, a los 19 días del mes de mayo de 1920.
A.
B. Leguía.
Bibliografía
IZQUIERDO CASTAÑEDA, Jorge La Plaza de Armas de Lambayeque. Suplemento Dominical del Diario “La
Industria” de Chiclayo. 18 de febrero del 2006.
LEGUÍA Y MARTÍNEZ, German. Historia de la
Emancipación del Perú: el Protectorado. Tomo III. Publicaciones de la Comisión
Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Lima – 1972.
MENÉNDEZ RÚA, Ángel. Boceto histórico de la Iglesia de Lambayeque. Imprenta La Gaceta. Lambayeque 1935.
Revista “Variedades”. Lima, 1820. Colección particular del Bibliófilo y Bibliógrafo chiclayano Miguel Ángel Diaz Torres.
Fotografía
Guillermo Luna Lorenzo (Memo
Luna).
Revista “Variedades”. Lima.
Archivo fotográfico del autor.
Municipalidad provincial de Lambayeque. Oficina de Relaciones Públicas e Imagen Institucional.
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