Cerco perimetral de la iglesia San Pedro de Lambayeque (1910) |
Una
visita “in situ” a la obra
Recientemente hemos
tenido la oportunidad de observar, in situ, la “meteórica “obra, que se venía
ejecutando, hasta hace algunos días atrás, en el atrio de la iglesia parroquial
de Lambayeque. Y cuando decimos “meteórica”, es porque aún no nos explicamos a
que se debió el apuro en tratar de iniciar los trabajos sin contar con el
debido monitoreo arqueológico, motivando con esto la temporal paralización de
la obra.
De haberse procedido
correctamente, se hubieran ratificado oportunamente los “vicios ocultos” y se
hubiera ahorrado el tiempo que demora el replanteamiento del expediente
técnico. Debemos entender, de una vez por todas, que esta clase de proyectos
deben estar enmarcados a partir de los principios más precisos y científicos
posibles. Y es aquí donde la investigación histórica se convierte en el ineludible
primer paso a dar en la elaboración de todo proyecto de conservación,
restauración o puesta en valor del Patrimonio Cultural de la Nación, sea este
mueble o inmueble. ”Existe la necesidad
de poseer – argumentan los conservadores argentinos arquitectos Graciela
Viñuales y Ramón Gutiérrez – un detallado conocimiento histórico del mismo
antes de proceder a realizar tareas que lo afecten”.
Ahora bien, a primera
vista hemos contemplado lo que desde hace algún tiempo atrás veníamos
sosteniendo, en el sentido de que el “alma” o cuerpo del cerco perimetral de la
iglesia estaba construido, desde un principio, de adobe con mortero de barro, y
enlucido solamente con argamasa compuesta de yeso, cal y arena de río (lavada),
donde la cal cumplía un rol muy importante.
El total decapado del
cerco perimetral ha dejado expuestos los viejos materiales con que fue
construido en un principio. Se ha procedido a retirar la gruesa capa de cemento
“escarchado” (concreto) que lo cubría y que no cabe duda acelero su deterioro.
Sabemos que reparaciones con cemento: es fatal en este tipo de construcciones.
Adobe y cemento son dos materiales que se repelen. El exceso de humedad que
trae consigo el cemento hace que la arcilla del adobe pierda cohesión.
El revestimiento de
ladrillo con mortero de cemento, amén del burdo y grueso mortero de concreto,
encajono al viejo cerco de adobe, lo aprisionó de tal manera que no lo dejo
respirar dejándolo a merced del ataque corrosivo de las sales. Producto de
esto, el adobe se contaminó, perdió cohesión, y en algunos tramos se desintegró
paulatinamente.
Se puede observar también
que el primitivo muro de adobe era de menos espesor que el que actualmente
luce. Ahora ya no nos cabe ninguna duda que el enchapado de ladrillo es
posterior. Recuerdo que al respecto emitimos, en nuestra cuenta de Facebook,
algunas hipótesis en torno al año en que fue colocado este revestimiento. La breve
y ligera inspección, in situ, nos ha dado nuevas luces, porque todo parece
indicar, ahora, que el revestimiento de ladrillo sería posterior incluso al año
de 1874, fecha que diéramos, en un principio, como inicio de tal revestimiento.
Año este, en que se reiniciaron los trabajos de reparación en la iglesia,
seriamente afectada por las copiosas lluvias y fatal inundación del fatídico
verano de 1871.
Lo que sí resulta un
hecho, es que la iglesia parroquial de Lambayeque ya contaba con un cerco
perimetral corrido para las últimas dos décadas del siglo XIX. Lo avala la
litografía aparecida, el 28 de enero de 1888, en la revista limeña "El
Perú Ilustrado" (Año 1, Semestre II, N° 38), que a continuación
publicamos.
El enchapado o
revestimiento de ladrillo que cubría el cerco fue realizado usando argamasa de
cemento, arena y agua, sobre todo en la parte que mira al atrio de la iglesia,
este se ha mantenido, casi en su totalidad, gracias a su sólida base de
concreto, cosa que no ha ocurrido con el lado que mira a la Plaza de Armas “27
de Diciembre”, y calle “8 de Octubre” de ésta ciudad, donde el adobe, ahora
expuesto, ha perdido cohesión y solamente muestra, en la parte que mira a la calle
principal “2 de Mayo”, algunos tramos calzados con ladrillo y mortero de
cemento.
Cerco perimetral de la iglesia con sus almenillas
adosadas. Se observa el revestimiento de ladrillo con mortero de cemento
|
Prosigamos:
Después de revisar
pacientemente una antigua fotografía de la iglesia (1910), hemos constatado que
la parte del cerco perimetral que se ubica en la esquina que forman la antigua
calle “San Roque”, hoy “Dos de Mayo”, y “San Isidro”, hoy “Bolívar”, no tenía
la línea oblicua, chaflán u ochava, que hoy ostenta.
Esquina que forman las calles “2 de Mayo” y “Bolívar”,
el cerco perimetral no muestra el ochavo que hoy exhibe (1910)
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Cierre perimetral en ochavo de Cerco pretil de la iglesia.
Esquina que forman las calles “2 de Mayo” y “Bolívar” (Memo Luna, 1989)
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Es más, después de
analizar otra antigua fotografía (Brüning, 1911) podemos sostener, ahora, que
la parte del cerco perimetral que se
ubica en la esquina que forman la antigua calle “Real de Mercaderes” hoy “8 de
Octubre” y “San Isidro” hoy calle “Bolívar” tampoco poseía el ochavado que
actualmente muestra.
Cierre perimetral del cerco, en ochavo. Esquina que
forman las calles “Bolívar” y “8 de Octubre” (Brüning, 1911)
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En la toma captada por
Brüning, en 1911, se puede observar que el cerco perimetral de adobe era de
menos espesor, esto antes de que se le colocara el revestimiento de ladrillo
con mortero de cemento y, sobre este, una gruesa capa de concreto armado que a
todas luces acelero su deterioro. Si ponemos atención podremos observar también
que el cerco era de más altura, esto obedece a que todavía no se contaba con la
vereda de concreto que le resto un poco más de 15 cm. de altura. En segundo
plano la Casa Salcedo, derruida en 1962. En el extenso terreno que ocupara,
este histórico inmueble, se levantan los modernos “Chalets” de los oficiales
superiores de la Séptima Brigada de Infantería acantonada en esta ciudad.
Las torrenciales lluvias
e inminente inundación que trajo consigo la recurrente o cíclica presencia del
fenómeno “El Niño”, muy fuerte, del bienio 1925 – 1926, en nuestro litoral,
acarreo funestas consecuencias en la ciudad de Lambayeque. Como es natural, la
iglesia fue una de los edificios afectados, sobre todo el atrio y su cerco
perimetral. En septiembre de 1935, se iniciaron los trabajos de reconstrucción
de las almenillas, y desde esa fecha también data, sin duda, el ochavo de las
esquinas del, hoy, maltratado cerco perimetral.
Estamos convencidos que
las innumerables intervenciones, tanto en el atrio como en el cerco perimetral
de la iglesia lambayecana no acabaron, ni mucho menos, con la historia de este
Patrimonio Cultural lambayecano, muy por el contrario: surgirán más preguntas
sobre qué se encuentra exactamente bajo de los cimientos de esta iglesia. Su
historia continuará saliendo a la luz. Los misterios sobre sobre su proceso
vital en el tiempo serán resueltos algún día.
No
hay mal que por bien no venga
Reza una frase de origen
popular: “No hay mal que por bien no venga”. Valga este optimista y conocido
refrán para reflexionar sobre la obra que se venía ejecutando, sobre todo, en
el cerco perimetral de la iglesia. Decimos esto, porque al haberse retirado la
gruesa capa de la “intrusa” argamasa de concreto que cubría todo el cerco, los
especialistas han podido percatarse que el agresivo ataque de las sales ha
contaminado y ha dañado irreversiblemente la totalidad de su estructura. Al
final, esta contrariedad ha tenido un resultado favorable. Tenemos que agregar
también, que el total decapado del cerco se ha convertido en una fuente
extraordinaria para el examen de su proceso vital a través del tiempo.
A raíz de todo esto, se
efectuaron dos importantes reuniones en el transcurso de esta semana, una en el
local de la Dirección Desconcentrada de Cultura, filial Chiclayo (ex – INC) y
la otra en el salón de actos de la Municipalidad Provincial de Lambayeque. En
la primera, después de escucharse las diferentes exposiciones y opiniones
respecto al destino que debería darse al contaminado cero perimetral de la
iglesia lambayecana, se llegó a la conclusión de que este debería ser
reconstruido desde sus bases.
En la segunda reunión, ya
con la presencia de miembros de la Municipalidad, de representantes de la
Empresa, a cargo de los trabajos, de miembros de la iglesia parroquial, de los
encargados de la supervisión de la obra, de los proyectistas y del que
suscribe, se reiniciaron las exposiciones y se vertieron nuevas opiniones, al
final, y después de una tensa pero a la vez armoniosa deliberación, se optó por
el camino más sensato “la reconstrucción, desde sus bases, del cerco
perimetral”. Para esto se conservara su tipología original, su parte estética,
y se rescataran algunos viejos elementos para que sirvan de "testigo".
En su
construcción se emplearan el ladrillo y adobe con mortero de barro y se
utilizara yeso, cal y arena de rio (lavada) tanto para el mortero de la arcilla
cocida, como para el enlucido total del cerco. En síntesis: se tratara de
preservar, en lo posible, la herencia cultural, aunque el adobe tenga actualmente
muchos detractores.
Usando un término del
vocabulario popular, ahora muy en boga entre los pobladores de esta ciudad,
diríamos también con ellos: “el cerco, no da para más”, o, simplemente, “el
cerco, ya fue”. Lamentable, pero cierto.
Que importante conocer un poco mas de nuestra historia., y mas aun de nuestra querida ciudad de Lambayeque..Gracias Jorge Izquierdo por dardos a conocer detalles de tan importantes acontecimientos de Lambayeque.
ResponderEliminarMuy interesante las reflexiones y analisis de Jorge Izquierdo,tengo una inquietud,conocer la fecha probable de inicio de la construcción de la iglesia.de acuerdo a lo opinado se va a reconstruir como era antes en las esquinas?
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