Acta de proclamación de la independencia de Lambayeque
27
de diciembre de 1820
“En el pueblo de Lambayeque, a las diez de
la noche del día de hoy, veintisiete de diciembre de mil ochocientos vente, y
primero de la independencia de este pueblo, los señores doctor don Pedro
Antonio López y Vidaurre, alcalde de primera nominación y abogado de la
audiencia nacional del distrito; don Melchor Sevilla, alcalde de segunda
nominación y teniente del escuadrón (de milicias) de Pacasmayo; los regidores,
Dr. D. José maría Muga, alguacil mayor y subteniente del regimiento de
infantería de milicias de este pueblo; don José Manuel Poemape, depositario de
la caja de propios; don Eugenio Crisanto Yerren; don Valentín Mondragón,
subteniente de milicias de infantería de este partido y alcalde provincial, don
Pedro Yuyas; los síndicos procuradores Mariano Quesada y don Hilario Gil – que
componen el primer ayuntamiento de esta población – se han reunido los señores
susodichos en hora imtempestiva (sic) y en la casa del señor alcalde de segunda
nominación don Melchor Sevilla, por graves varias razones, siendo entre ellas,
la que más ha obligado a esta Junta, extraordinaria en tiempo y lugar, eludir
el continuo espionaje y las trabas que, por ser español europeo el subdelegado
presidente (Manuel Jacinto Romero) podría oponer a las miras beneficiosas de esta
corporación, si se reuniese en la casa consistorial; resolvieron cautelarlo
todo del modo expresado y, en su consecuencia, después de haber hecho presentes
las diversas cartas del Excmo. Sr. D. José de San Martín, general del Ejército
Libertador del Perú, escritas a varios individuos de este cuerpo, y
conferenciado muy detenidamente sobre el espíritu de todos sus capítulos; e
igualmente después de haber balanceado la justicia de la causa que defiende,
por cortejo de sus papeles públicos, superiores en todo a los buenos conceptos
de los papeles de lima; convencidos, en mérito de todo, de la buena causa que
defienden las armas patrióticas, de cada uno anticipadamente estaba persuadido;
y tratando de dar ejemplo a los demás cabildos de esta provincia, adicto al
sano sistema de la libertad e independencia de la América del gobierno español,
a que desgraciadamente ha estado sujeta hasta el día, por el duro sistema
colonial, deseando romper las cadenas opresoras de tan ignominiosa esclavitud –
por un rasgo generosos y unido de la libre y espontánea voluntad de este
ilustre cuerpo – ha resuelto jurar, como de facto jura, la independencia
absoluta del gobierno español, por sí y a nombre de toda esta población a quien
representa, satisfecho, hasta la evidencia, de ser este voto común,
subordinándose totalmente al sistema de constitución y leyes que el gobierno
supremo de la Patria estableciere para el arreglo, buen orden y felicidad de
todos sus hijos nacidos en esta América, protestando ante Dios, y la faz de
todo el universo, sostener y defender, con sus vidas y haciendas, la santa
religión que profesa, los códigos y las leyes que en lo presente y futuro
dictare la Patria para el mejor orden y régimen de sus pueblos, previniendo
que, si este juramento no lo hace con todas las demostraciones y solemnidad que
desea este cuerpo, y el modo público que correspondería, no es por otra causa
que la de evitar el escándalo de las opiniones de los jefes militares de esta
población, que juzgan poder contrariar sus votos y juramentos, en mérito del
total recato y falta de noticia de este ayuntamiento, conque ha procedido hasta
el día el señor comandante militar, acerca de cuanto se le ha comunicado de
oficio sobre el estado de los negocios públicos; para cuya constancia así lo
dijeron y firmaron, previniendo que, sacándose copia certificada de esta acta,
se remita, en tiempo oportuno, al Excmo. Sr. Capitán general y en jefe del
Ejército Libertador, para su superior satisfacción, siendo del resorte de esta
corporación el manifestar – variadas las circunstancias – de un modo solemne y
público, sus sentimientos patrióticos, en celebridad del día feliz en que ha
recuperado el Perú la antigua libertad en que fué creado por el Eterno, de que
certificamos.- Firmados: - Dr. Pedro Antonio López y Vidaurre.- Melchor
Sevilla. – José María Muga.- Eugenio Crisanto Yerrén.- José Manuel Puémape.-
Pedro Yuyas.- Valentín Mondragón.- Dr. Mariano Quesada.- Hilario Gil.- Ante mí;
José Manuel Otiniano, secretario patriótico”.
Acta
de proclamación de la independencia de Lambayeque
31
de diciembre de 1820
“En Lambayeque, a treinta y un días de
diciembre de mil ochocientos veinte, los señores que componen este cabildo
patriótico, juntos y congregados en esta sala nacional, primeramente el señor
subdelegado don José Díaz de Arellano, que preside; los señores alcaldes, Dr.
D. Pedro Antonio López y Vidaurre, de primera nominación, abogado de la real
audiencia del Distrito; y señor don Melchor Sevilla, de segunda nominación, y
teniente de caballería de Pacasmayo; los regidores, don José María Muga,
alguacil mayor y subteniente de milicias del regimiento de infantería de
Lambayeque; don Eugenio Crisanto; don José María Puémape, depositario de la
caja de propios; subteniente don Valentín Mondragón, alcalde provincial y
subteniente de milicias de dicho pueblo; y del síndico procurador don Hilario
Gil, dijeron; que, penetrados del mismo entusiasmo y amor a la libertad e
independencia, con que, en reunión y representación de todo este numeroso
vecindario, juraron privadamente en el acto que precede, por las razones que en
ella se expresan ratifican su antecedente juramento, por si y en nombre de todo
este público, que, congregado espontáneamente, por las calles y plazas de esta
población, desde las tres de la mañana de este día, los precisó a que, sin que
se perdiesen momentos, se jurase y proclamase la libertad e independencia, con
la solemnidad que exige la vehemencia de sus deseos; en cuya consecuencia, y de
la interrupción que ocasionó uno que otro vecino que se introdujo en esta sala,
hemos tenido a bien ratificar nuestro antecedente juramento, despojándonos,
como nos despojamos, de los cargos que hasta este instante hemos tenido,
suplicándole a este generoso pueblo que, en obsequio y consideración a nuestras
fatigas y desvelos excesivos, que nos ha costado sostenernos en circunstancias
tan críticas y delicadas, se sirvan ahorrarnos en lo sucesivo, si fuera
posible, de los onerosos cargos que hemos servido, resignando en sus manos la
misma autoridad que de ellos recibimos para que disponga de su arbitrio, y que,
para su satisfacción y conocimiento, se lea esta acta, como la antecedente.-
Así lo dijeron y firmaron, de que certifica.- José Díaz de Arellano.- Dr. Pedro
Antonio López y Vidaurre.- Melchor Sevilla.- José María Muga.- Eugenio Crisanto
Yerren.- José Manuel Poemape.- Valentín Mondragón,. Hilario Gil.- Ante mí, José
Manuel Otiniano, secretario patriótico.
Acta
de proclamación de la independencia del pueblo “medio y bajo” de Lambayeque
31
de diciembre de 1820
Viva la Patria! 1820.- en el pueblo de
Lambayeque, a los treinta y un días del mes de diciembre, último del despotismo
y primero de la independencia y libertad de dicho pueblo, en la casa habitación
del procurador síndico, Dr. D. Mariano Quesada y Valiente, como a las dos de la
mañana, se constituyó el pueblo medio y bajo de su vecindario, representado en
un crecido número de individuos, expresándose así por medio de dos de sus
caudillos: “Sr. Dr. D. Mariano: el pueblo ocurre a Ud. como a su padre y
director. Estamos persuadidos de que se insidia contra nosotros, a fin de
impedirnos el proyecto (que, por consejo de Ud. tenemos) de jurar nuestra
independencia y libertad, en la plaza pública de este pueblo, a la hora sexta
de esta presente mañana. Por tanto, Ud. nos ampara, nos dirige, y de su voz
dependen nuestras operaciones, que no tienen otro objeto que la pronta jura de
la libertad de nuestra patria, por lo que no obedecemos a otro alguno que no
sea a Ud.-”.
Estas patrióticas expresiones con otras
más, que manifestaban el sagrado entusiasmo y liberal espíritu del pueblo,
fueron oídas por expresado síndico procurador con el dulce placer de un buen
patriota, que veía puestas en planta y en el efecto sus miras y diligencias
anteriores; y, procurando conservar el orden tranquilidad y quietud de la
población, no menos que la seguridad de los particulares, se produjo de este
modo: Hijos, por mi destino de síndico procurador, soy el depositario y
representante de vuestros votos, uniformes con los míos; deseo vuestra
independencia y la mía; nuestra felicidad y la de nuestro país, me harán
arrostrar los mayores peligros y sacrificios. Reposad en la casa de nuestro
padre; y esperemos la luz del día, para que verifiquemos nuestro proyecto”.- En
este estado, y siendo cuasi incontenible el fuego que animaba el espíritu del
pueblo, e instado con entusiasmo a ser los primeros en enarbolar el estandarte
de la libertad y proclamar la Patria, aún con anticipación a las demás clases
dela población con el objeto de que ella fuese la primera que, en toda la
provincia de Trujillo del Perú, proclamase y jurase la independencia, cuyo acto
sería tan del agrado de nuestro libertador, el Excmo. Sr. D. José de san
Martín; y, habiendo tenido noticia de que los demás vecinos, estimulados por
esta heroicidad patriótica del pueblo, que se había hecho ya pública, trataban
de hacer lo mismo a las seis de la mañana, accedió el síndico procurador a
poner en efecto proyecto y decisión; para cuyo sagrado acto, tomando en la mano
un estandarte bicolor, que había costeado de antemano para su vez, se
constituyó en el patio de dicha casa y requirió al pueblo del modo siguiente:
“Hijos, aquí tenéis la insignia de vuestra independencia: ¿Qué queréis? –
Contestaron a una voz: Jurarla jurarla! – Continúo el síndico ¿Qué causa os
mueve a esta determinación? –Contestaron: Nuestra espontanea voluntad y el bien
de nuestra Patria – Repuso el síndico: Pues haced la señal de la cruz, y ante
el Eterno y este estandarte, os requiero
así: ¿Juráis ante Dios, juráis seguir la sagrada religión católica, que
profesamos; juráis vuestra libertad e independencia, y vuestra sumisión y
obediencia a las leyes y mandatos que se dicten y pueden dictarse por el
supremo gobierno, cuando se forme y, en el entretanto, por las autoridades
respectivas? – Contestaron todos a una voz: Si juramos.- Pues, si así lo hiciereis, dijo el síndico, Dios os
ayude, y, si no, os lo demande”.-
Cuyo acto solemne, repetido por tres veces
del mismo modo, terminó en vivas y expresiones, manifestando su común regocijo
y agradecimiento a nuestro libertador, el Excmo. Sr. San Martín, en tales
términos, que, formándose una agradable alternativa entre las voces de los
concurrentes y los instrumentos músicos, que ya, á esa hora, se hallaban entre
ello. No se oían otras expresiones que las de Patria, Libertad, Excmo. Sr. San
Martín. Posteriormente, a las cinco de la mañana, se dirigió el pueblo,
presidido por el síndico procurador, tremolándose el estandarte entre vivas y
aclamaciones, orquesta de música y común regocijo, a la plaza pública de esta
población; y, constituido en ella, volvió el concurso para que ratificase su
juramento, lo que verificó en los mismos términos que quedan referidos. En
consecuencia, circulando dicha plaza, se paseó el estandarte con los mismos
vivas y expresiones patrióticas, por las calles acostumbradas; de suerte que
alumbró nuestra independencia y libertad a este pueblo, como la aurora al día,
en el instante en que el estandarte se regresó a la casa del procurador, y,
colocado en sus balcones, quedó expuesto al público, tremolándose en obsequio
de la patria, y celebrándose con las mayores demostraciones del más sincero
placer; cuya festividad duró por todo el día; e iluminándose en la noche la
calle y plazas, el estandarte acompañado de un sinnúmero de pueblo, y
recibiendo salvas su tránsito por los cuarteles, se recogió a la misma casa, en
que fue cortejado el pueblo, como todo el día, manifestando el procurador su
singular gozo.
Por lo que se concluyó esta acta, en la
que, con preferencia, se ha demostrado el patriotismo de los que en ella
intervienen, ofreciendo, últimamente, el procurador ponerla personalmente en
manos de nuestro libertador el Excmo. Sr. D. José de san Martín, para su
superior satisfacción. Para cuya constancia la firmó, en unión de los
individuos que pudieron hacerlo, y, por los que no, el presbítero don Pedro
Celestino Adán, que, como buen patriota, asistió a toda ella; todo lo que
certifico y juro, en la más solemne forma.- Dr. D. Mariano Quesada, síndico
procurador.
Nota.- Siguen 59 firmas y
luego una elación de 111 nombres.
Acta
de proclamación publica de la independencia de Lambayeque
14
de enero de 1821
“En Lambayeque, a los catorce días del mes
de enero de mil ochocientos veintiuno, este muy ilustre ayuntamiento, compuesto
del señor gobernador político y militar, y de todos los señores que suscriben;
consecuentes con lo acordado en actas de dos y cinco de este presente mes,
juntos y congregados en esta casa consistorial; se refrendó la ratificación
que, en treinta y uno del último diciembre, hizo del juramento de libertad e
independencia la noche del veintisiete del próximo pasado; y, seguidamente,
presentes que fueron las corporaciones seculares, en esta sala prestaron el
mismo juramento, habiéndose proclamado el nuevo sistema de independencia en los
días dos y ocho del mes presente, con la mayor pompa, y grandeza y lucimiento
posibles en este pueblo, y conforme a lo acordado en el acta de cinco de este
mes. Evacuada la ratificación por los señores de este ayuntamiento, y los jefes
y subalternos de esta aduna patriótica y factoría, se dirigió a la plaza
pública el señor comandante militar; y, habiendo recibido el juramento de su
tropa, vuelto a incorporarse en esta corporación, como presidente de ella; en
unión de los jefes expresados, pasó a la iglesia matriz, en donde, al tiempo
del evangelio, se le recibió el juramento público al venerable clero; y, en
seguida a todo el numeroso vecindario, que concurrió muy gozoso a la solemne
función, misa y te deum que le cantaron en el templo; de donde, restituido este
ayuntamiento a esta sala consistorial, arengaron, por el cabildo, el señor
alcalde primera nominación, Dr. D. Pedro López y Vidaurre, y, por el clero, el
presbítero don Manuel Vargas Machuca; con lo que se cerraron las satisfacciones
públicas en la mañana de este día, por lo respectivo a este ayuntamiento, que,
en obsequio del público regocijo, alegría y contento de este vecindario, y para
perpetua memoria del entusiasmo patriótico de todos sus vecinos, ha creído no
deber silenciar que, en los siete días que corrieron desde el ocho de este mes,
en que se publicó el bando, hasta este día, en que se hizo la solemne jura, ha
porfía han explicado la efusión de su gozo, con iluminaciones vistosas y
alegres; candeladas graciosas, adorno de sus calles, tan divertidas en estos
festines, que solemnizaban las diversas orquestas; y no sólo el cabildo y las
personas principales; sino también la plebe, con sus instrumentos comunes de
guitarra y tambores, han tomado parte en el regocijo, invadiendo las calles y
las plazas con el más íntimo alborozo; y, no contentos con tales
demostraciones, han dado principio ya las casas pudientes a las funciones
privadas que tienen dispuestas, para sellar, en privado, con lucidos saraos y
magníficos convites, las satisfacciones públicas de los días precedentes. De
todo lo que, conforme a lo dispuesto por el señor gobernador intendente del
departamento en 29 de diciembre de 1820, se remitirán certificaciones por
triplicado, con inserción del acta primera de este libro y de la segunda del
día dos de enero corriente, por el presente secretario, acompañadas del oficio
que corresponde, por esta corporación, que, finalmente requerirá a todos los
pueblos del partido, a quienes se le mandó ejecutar lo mismo, de orden de su
señoría, contestar el recibo, y dar noticia a este ayuntamiento de si han
cumplido con cuanto se les previno. Así lo dijeron y firmaron, de que
certifico. – Juan del Carmen Casós.- Dr. D. Pedro Antonio López y Vidaurre.-
José María Muga.- Eugenio Crisanto Yerren.- José María Poemape.- Valentín
Mondragón.- Pedro Yuyas.- Hilario Gil.- Ante mí, José Otiniano, secretario
patriótico.
JORGE
ResponderEliminarNO SE TIENE LA RELACIÓN Y FOTOCOPIA DE LOS 59 FIRMANTES Y 111 NOMBRES
?
GRACIAS
OTTO SALCEDO T.
¿Qué paso? ¿Por qué no firmó Juan Manuel Iturregui, Pascual Saco Oiveros?
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