Plano del Seminario de Operarios Eclesiástico de Lambayeque (Baltazar Jaime Martnez Compañón. 1874) |
Hace algun tiempo atrás,
Luís Enrique Escobar Costa, natural de Lambayeque, hijo de mis dilectos amigos
Luís Escobar Chulli y Nela Costa Saavedra, ambos oriundos de Motupe y con larga
residencia en esta generosa y benemérita ciudad, publico, en su cuenta de
Facebook, una vieja fotografía que dataría, tal vez, del año de 1910.
Para hacerlo consultó con las personas que gentilmente le habían proporcionado la vista, con el propósito de que le indicaran el nombre del espacioso inmueble que se encontraba retratado en la antigua toma, la unánime respuesta fue: que se trataba del “antiguo mercado de abastos de Lambayeque”. Con este membrete aparece colocada en su cuenta.
Para hacerlo consultó con las personas que gentilmente le habían proporcionado la vista, con el propósito de que le indicaran el nombre del espacioso inmueble que se encontraba retratado en la antigua toma, la unánime respuesta fue: que se trataba del “antiguo mercado de abastos de Lambayeque”. Con este membrete aparece colocada en su cuenta.
Supuesta fotografía del Mercado de Abastos de Lambayeque (1910) |
Pero como su publicación causo cierto revuelo en nuestra comunidad, creo que es nuestro deber dar a conocer algunos pormenores, no tanto del antiguo mercado de abastos de esta ciudad en sí, sino de una, hoy por hoy, desconocida y magnifica construcción del siglo XVIII, que se levantara precisamente en buena parte del área en que hasta en año de 1967, albergara las estructuras del ahora desaparecido “antiguo” mercado de abastos de esta ciudad.
Queremos recalcar que
para el desarrollo de esta entrega hemos tomado, como fuente escrita de primera
mano, la tesis, que bajo el titulo de LOS SEMINARIOS DEL OBISPO MARTINEZ
COMPAÑON EN EL NORTE PERUANO, elaborarán Ramón Gutiérrez, Rodolfo Vallin y
Mireya Muñoz, aparecida en HISTORICA (PUCP). Vol. VIII. N 92. Diciembre 1984.
Ahora bien, rescatemos
juntos parte del devenir histórico de este imponente y desaparecido edificio
dieciochesco lambayecano. Veamos.
Monseñor Baltasar Jaime
Martínez Compañón y Bujanda, nacido en Cabredo – Navarra (España), fue obispo
de Trujillo del Perú (1778-1788). Durante su permanencia en el episcopado
realizó una importante Visita Pastoral a las ciudades y pueblos de su diócesis,
que abarcaba los actuales departamentos de Amazonas, Cajamarca, La Libertad,
Lambayeque, Loreto, Piura y San Martín, esta se plasmó:
“en una serie de obras de promoción humana,
social y religiosa: creación de pueblos, escuelas de primera enseñanza, trazar
caminos y edificación de templos. Se realizaron cientos de dibujos (acuarela y
tinta) donde quedaron recogidos mapas del territorio, planos de las ciudades,
retratos de personas, flora, fauna y escenas de la vida cotidiana de los
habitantes. Esa valiosa colección se conserva en el Archivo del Palacio Real de
Madrid” (F. Javier Campos y Fernández de Sevilla, p. 167).
Baltazar Jaime Martínez de Compañón
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En 1784, durante su
visita eclesiástica al pueblo de San Pedro de Lambayeque - en el Archivo Parroquial de la ciudad de Lambayeque se conserva el Auto concreto de su
Visita a este lugar - se percata de “las dificultades derivadas de tener
concentrados curatos en una sola Iglesia tanto para españoles como para indios
y mestizos” (Ibíd.: 124) dictando al respecto algunas medidas correctivas. Además plantea
la necesidad de “instalar un Seminario que facilite el adelantamiento de los
niveles de enseñanza y de vocaciones sacerdotales” (Ibíd.). A las finales, debido a
su densidad demográfica, el partido de Lambayeque lo ameritaba.
El terreno elegido, en
pampa y sin construir, donde se levantaría el Colegio, se encontraba situado en
la periferia, al lado Este del pueblo, frente a la tina de elaborar jabón y
curtir pieles de Irigoyen. El sitio, de bajo costo por los motivos antes
mencionados, era un “terreno a propósito para el barro y adobes necesario para
la construcción y el agua al pie, que es el mayor costo de la fábrica y un
horno para hacer y quemar ladrillos" (Ibíd.: 124, 124).
Con ocasión de los
trabajos de construcción del nuevo y moderno edificio de la biblioteca
“Emiliano Niño Pastor” de esta ciudad, salió a luz el pozo de agua o “noria”
que sin duda sirvió para el abastecimiento del líquido elemento en la fábrica
del Colegio, es más, se ubicaron, al lado Oeste del terreno, vestigios de los
hornos que sirvieron para la fabricación de los ladrillos. Durante las
excavaciones también se encontró, al pie de los hornos, un piso de adobes en
buen estado de conservación.
Para cristalizar la obra
del Colegio se convocó al clero, al vecindario y a los vecinos notables con el
fin de que efectuaran donaciones para su construcción. El anuncio, hecho
público, calo en el sentir de la población, obteniéndose con esto un espléndido
resultado que rebaso las expectativas.
“Así, el Maestro de Obras Francisco Robledo
se comprometió a construir a su costa la capilla y Tomás Veliz a poner toda la
tablazón de umbrales y pilares para la fábrica del Colegio. En esta primera
derrama se obtuvieron además 2163 pesos y el compromiso de aportes de 687 pesos
anuales.
La participación de los
artesanos también fue importante. Como el Teniente Coronel Don Domingo
Figuerola donó 12 marcos de plata de piña para hacer la Custodia, el Maestro
Platero Juan Esteban Bulnes donó la hechura del primer cáliz para el colegio y
el Fundidor Tomás Matos las campanas.
De la misma manera el
Herrero Basilio Pardo se obligó a hacer toda la obra que se ofreciere para el
Colegio y el Carpintero Joaquín Bastidas donó puertas” (Ibíd.).
Agreguémosle a todos
ellos al presbítero don Francisco Peralta Sousa, que entusiasmado con tan
importante obra, vario su primigenio testamento, otorgado ante el escribano de
cabildo y público don Manuel Vásquez Meléndez el 3 de agosto de 1782, mediante
un codicilo, otorgado ante el escribano Josef Vásquez Meléndez, el 14 de mayo
de 1874. Aquí el texto literal de la cláusula variada:
“Por
tanto poniéndolo en efecto por via de Codicilo, o como mas haya lugar de
derecho, ordena y manda lo siguiente = Que en el dho su testamento ordenó, se
diesen después de su fallecimiento al convento y monasterio de Nuestra Señora
del Carmen de Trujillo dos ornamentos costosos de tisu de oro, y de plata con
su alva, y singulo correspondiente, bajo de ciertas condiciones, y ahora es su
ultima Voluntad se entregue todo en la misma forma, y
con las calidades que en dha clausula se expresan, al Colegio Seminario de
Operarios Eclesiasticos, que trata de fundar, y establecer en este Pueblo el
Ilustrisimo señor Obispo Diocesano = (sic) (Archivo Regional de
Lambayeque (ARL). Escribano Josef Vásquez Meléndez. Tomo XVI).
Aquí, otra perla más. El
24 de mayo de 1874, don Manuel Albújar y don Antonio Farro, indios principales
del pueblo de Lambayeque, pedían licencia al Obispo diocesano Martínez de Compañón
para poder colocar en la iglesia
parroquial de San Pedro de este pueblo una “efigie”
del Señor Cristo Pobre, que decían estaban “a
sus expensas costeando” (sic).
De paso le solicitaban,
al citado Obispo, les permitiese pedir limosna para cubrir los gastos que demandaban
“el mejor culto y veneración de dicha
soberana efigie” y poder, con el tiempo, formar también una cofradía. Todo
esto, manifestaban, mientras se concluía la “obra del Colegio”, lugar donde,
Albújar y Farro, habían determinado colocar la “sagrada efigie” (Izquierdo Castañeda, 2008: 10). La imagen fue
trasladada a la iglesia en 1785, lo que nos lleva a sospechar que la obra del Colegio
o Seminario se encontraba en sus comienzos.
Ahora bien, la adquisición de los
terrenos con todo no fue simple ya que se trataba de una cuadra sita a espaldas
de la antigua calle de las Cruces, hoy calle “Junín” donde se encontraban instalados
algunos ranchos. “Si bien los dueños estaban de acuerdo en cederlos en abril de
1784 se realizó un peritaje y tasación de su valor por el Alarife Dionisio
Jarrín y la intervención de Matías de Soto y Soraluce Vicario de San Roque
"y persona inteligente en materia de obras"" (Ibíd. 125).
El arqueólogo e
historiador trujillano Juan Castañeda Murga, tuvo acceso a cierta información
proveniente del Archivo Histórico de Colombia, y en conversación personal me manifestó
que las personas posesionadas en el espacio donde se levantaría el Colegio o Seminario fueron
reubicadas, principalmente, en el barrio de las Tres Cruces. En un inédito e interesante documento
fílmico, que tuvo la gentileza de mostrarme, se pueden apreciar los nombres de
cada uno, y no eran pocos, de estos nativos propietarios.
Prosigamos. "Es justamente el
Presbítero Matías de Soto quien habría de correr con la fábrica de la obra
mientras que la faz administrativa estaría a cargo del cura de la Ramada de
Santa Lucía Don Ignacio de Luna" (Ibíd.).
El acaudalado presbítero
don Matías de Soto y Soraluce, nació en Lambayeque y fue bautizado en su
iglesia parroquial en 1720. Siendo capitán de milicias disciplinadas
contrajo matrimonio, en 1746, con la no menos acaudalada dama lambayecana doña
María Antonia de Gastelú y Robles, no teniendo, a la postre, ninguna
descendencia. Matías de Soto y Soraluce, “Vistió lo hábitos eclesiásticos y fue
Licenciado Presbítero. Cura de la Parroquia de San Roque de Lambayeque 1760-87.
Falleció en 1796” (Zevallos Quiñones, 1948: 103).
El denominado Seminario de
Operarios Eclesiásticos El Salvador del pueblo de San Pedro de Lambayeque, de
cuya existencia no queda huella alguna en la memoria de los actuales habitantes
de esta ciudad, y que a grandes rasgos hemos tratado de rescatar del olvido,
tuvo, a las finales, una existencia efímera. Parece que su construcción se inició
en 1785, pero la nefasta presencia del recurrente fenómeno “El Niño”, muy fuerte,
que asolo sin piedad nuestro litoral en el verano de 1791, trajo por los suelos
las magníficas estructuras de este impresionante
edificio, estando algunas de ellas aún por concluirse.
Así como en el pueblo de Lambayeque,
las ciudades de Trujillo, Cajamarca y Piura, también contaron con seminarios de la misma naturaleza. Sin embargo el Seminario o Colegio de Lambayeque fue
edificado poco después de los anteriormente citados. “El proyecto de Lambayeque
es sin duda el más completo del conjunto, quizás debido a la circunstancia de
realizarse totalmente ex Novo, y probablemente por el hecho de aprovechar las
experiencias anteriores” (Ibíd.: 126).
Y aquí una muy ligera
descripción del colegio lambayecano: “El Templo más amplio, de tres naves y
torre se abre sobre una plazoleta-atrio que define la localización de la portería.
Sobre el costado de la Iglesia hacia la calle se formaban cuatro tiendas con
cuyas rentas se mantendría el Seminario” (Ibíd.).
Plano de Lambayeque,
mandado elaborar por el obispo Martínez de Compañón. En la leyenda y con la
letra N figura el Seminario de Operarios Eclesiásticos de Lambayeque.
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He revisado algunas pequeñas
notas en las que recordaba haber apuntado algunas fugaces referencias sobre
este desaparecido Seminario o “Colegio”, término, este último, conque el común de
Lambayeque solía denominarlo. Estas anotaciones datan de 1996, año en que nos propusiéramos
elaborar un artículo sobre los primitivos nombres de las calles de esta ciudad.
Mi bunker, el Archivo Regional de Lambayeque.
Al final, el artículo fue
publicado en el Suplemento Dominical del Diario “La Industria” de Chiclayo, en
marzo de 2007, bajo el título “Las calles originarias de Lambayeque”. En él hacemos
referencia a la “calle del colegio”, que con el tiempo se le comenzó a llamar
calle “del antiguo colegio” o " del desolado colegio" en el año de 1809. Desde finales del siglo XIX, se le comenzó a denominar como calle "del Mercado" o "de la Plaza" (Izquierdo Castañeda, 2007: 5).
Esta arteria es hoy la
cuadra N° 01 de la actual calle “Miguel Grau”. Esta es pues la cuadra que en
algún momento albergara el Colegio Seminario de Operarios Eclesiásticos El Salvador de
Lambayeque, y también es la cuadra donde se construyera y ubicara el mercado de abastos
de Lambayeque, que fuera reconstruido en 1926, por la Comisión de Irrigación de
Piura y Olmos a cargo del ingeniero norteamericano Charles Sutton. Hoy en este
terreno, y en esta cuadra, se levanta la moderna Biblioteca “Emiliano Niño Pastor” de está ciudad.
El "antiguo" y desaparecido mercado de abastos de Lambayeque (Memo Luna, 2005) |
Biblioteca "Emiliano Niño Pastor" de Lambayeque |
Bibliografía
GUTIÉRREZ, Ramón, VALLÍN,
Rodolfo, MUÑOZ Mireya. LOS SEMINARIOS DEL OBISPO MARTINEZ COMPAÑON EN EL NORTE
PERUANO, HISTORICA. Vol. VIII. N 92. Diciembre 1984.
F. JAVIER CAMPOS Y
FERNÁNDEZ DE SEVILLA, OSA. El obispo de
Trujillo del Perú Martínez Compañón y su obra (1778 – 1788). www.realacademiabellasartessevilla.com.
IZQUIERDO CASTAÑEDA,
Jorge. Las calles originarias de
Lambayeque Suplemento Dominical del Diario “La Industria” de Chiclayo.
Marzo 2007.
IZQUIERDO CASTAÑEDA,
Jorge. Una joya del arte virreinal en
Lambayeque. Suplemento
Dominical del Diario “La Industria” de Chiclayo. Octubre 2008.
ZEVALLOS QUIÑONES, Jorge.
Lambayeque en el siglo XVIII. Tomos
I, II, III. 1946, 1947, 1948.
Documentos
Archivo
Regional de Lambayeque (ARL).
Registro Notarial. Escribano
Josef Vásquez Meléndez. Tomo XVI.
Fotografía
Guillermo Luna Lorenzo (Memo
Luna)
Luís Enrique Escobar
Chulli.
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